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viernes, 19 de agosto de 2011

La icaroterapia es un sistema holístico...

Icaroterapia: el arte chamánico trascendental


La icaroterapia es un sistema holístico inspirado en el canto chamánico amazónico. Desde tiempos inmemoriales los chamanes, curanderos y maestros vegetalistas (maestros de las plantas), hacen uso del canto medicinal en sus sesiones de curación y rituales.

El canto al cual llaman “Icaros” constituye una herramienta fundamental dentro del botiquín chamánico curanderil amazónico.


A igual que el canto medicinal, todas las artes curativas y manifestaciones de expresión chamánica de la Amazonía constituyen el pilar remoto de la icaroterapia.

Si bien es cierto, la icaroterapia se inspira en un inicio en el canto medicinal chamánico, hace una extensión paralela y compatible hacia otras fuentes de expresión curanderil como la ritualística, danza, sonidos, arte, movimiento y técnicas chamánicas.

Razón por lo cual, la icaroterapia viene a identificarse como un sistema holístico que integra arte, cultura y bienestar con el chamanismo, y que en adelante se le podrá atribuir la frase de: “terapia de la creatividad”.


La idea de hacer icaroterapia es compatible con la metodología de “saber, saber hacer y saber ser”, que implica crear y “recrear”, poniendo las propias “manos a la obra”, algo que en países como Italia se conoce como “fai da te” (“házlo tú mismo”), que en fundamento supone dejar de ser espectadores y vivir la esencia de la vida, haciendo uso de todas las capacidades dimensionales de lo humano, en relación con su naturaleza vital.

La creatividad es uno de los pilares que impulsa esta propuesta terapéutica.

El canto chamánico es una forma por excelencia de expresión creativa, de allí que se considera esencial el desarrollo de la propia voz y el aprender a escuchar al propio cuerpo, a partir de sus propios sonidos, ritmos y vibraciones, que no hacen sino que se integre: el esquema corporal, energético y emocional con dinamismo y sinergia.


La icaroterapia es una terapia puente entre disciplinas de salud y empirismo chamánico, y que básicamente promueve la difusión de la medicina tradicional amazónica, en un contexto de interculturalidad.

Pretende adaptar al mundo esa fuente rica de expresiones de chamanismo, con sus pertinentes elementos y recursos etnomedicinales.

Cabe agregar que si la icaroterapia surge en un inicio inspirado en el uso de las artes medicinales del chamanismo amazónico, que en un tiempo posterior de mediano o largo plazo integrará otras artes chamánicas regionales congruentes. La idea primaria es inserir una propuesta terapéutica chamánica universal al alcance de todos.


El arte con plantas maestras y ayahuasca.


De las plantas maestras de la Amazonía, la liana ayahuasca (Banisteriopsis caapi) que literalmente se traduce del quechua como “soga del muerto”, es la planta maestra por excelencia y consiste en un concentrado obtenido luego de horas de cocción con otra planta llamada “chacruna” (Psychotria viridis) .

La bebida tradicional ayahuasca produce efectos purgativos y modificatorios de los estados de consciencia, efectos comúnmente identificados como alucinógenos (término empleado en el contexto “occidental”).

Sin embargo, para la cultura amazónica representa una bebida sagrada, que se emplea de acuerdo a un contexto chamánico ritualizado y que además debe ser suministrado por un maestro de las plantas maestras o un iniciado en el chamanismo amazónico con demostrada experiencia en su manejo.


En Perú, la Ayahuasca ha sido objeto en las últimas décadas de fuente de inspiración para artistas plásticos, literatos, poetas, cineastas, músicos e investigadores. Se cuenta con una cantidad impresionante de obras referidas a los efectos de las visiones con el uso de ayahuasca.

Muchas veces se identifica a los artistas plásticos que utilizan plantas enteógenas (plantas maestras), como “artistas visionarios”. Un artista de este género de arte debe consumir periódicamente plantas maestras como la ayahuasca, para producir pinturas o dibujos.

Sin embargo, hay artistas que luego de haber consumido ayahuasca por años refieren tener el espíritu de la planta impregnado en el cuerpo, por lo que la ingesta de la bebida no se hace indispensable.

Quizás el artista más representativo de este género fue Pablo Amaringo, quién fundó una escuela con el nombre de “Usko Ayar” en Pucallpa (Perú). En adelante, inspirados por la ayahuasca y la obra de Amaringo contamos con Víctor Churay, Rember Yahuarcani, Armando Williams, Christian Bendayán y a Gino Ceccarelli entre otros.


De igual modo, son numerosos los literatos, poetas y escritores emergentes que describen a través de la palabra escrita, sus experiencias personales y espirituales con el uso de plantas sagradas y dietas.

Algunos de los reconocidos poetas inspirados son: César Calvo y Ana Varela. Los músicos no han sido ajenos a la exploración de nuevos estados de consciencia con el uso de plantas como la ayahuasca, tabaco, ampiri, toe, chiric sanango o wachuma (San Pedro).

Algunos han sido cautivados por los “icaros”, cantos que luego agregan a sus repertorios artísticos, logrando hasta componer propios cantos medicinales con singular éxito, como es el caso del músico Tito La Rosa.

Numerosos cineastas y fotógrafos han tratado de capturar por medio del lente audiovisual, la cosmovisión amazónica y los efectos visuales que producen la modificación de estados de consciencia, existen películas destacadas como “Cuando el cielo es azul” de Sandra Wiese o “Los vientos del ayahuasca” de Nora de Izcue.

Entre tantos documentales sobre la ayahuasca cabe resaltar uno muy bien logrado llamado “La medicina del perdón” de Delia Ackerman.


Icaroterapia, un modo flexible y alternativo de hacer chamanismo.


Cuando nos referimos al sistema holístico “icaroterapia”, no necesariamente estamos haciendo proselitismo ni alusión al consumo de ayahuasca, ni mucho menos promoviendo el uso entre los participantes que se inician en icaroterapia.

Resulta obvio que el consumo de la bebida amazónica ayahuasca es el eje central en la medicina tradicional amazónica, por lo cual es pertinente aclarar que la icaroterapia si bien es cierto respeta ese posicionamiento medicinal, claramente no pretende crear una atmósfera de consumo indispensable, como también hacer pensar que se rechaza su consumo.

En definitiva, la bebida es solo una opción, como otros recursos chamánicos existentes. La posibilidad del uso de ayahuasca tendría un valor similar al empleo de otras prácticas que según nuestra experiencia producen de alguna manera el logro de estados de consciencia elevados.


Considerando el párrafo anterior la icaroterapia promueve y difunde métodos alternativos de modificación de estados de conciencia sin el uso de sustancias, como por ejemplo ciertos estados alcanzados mediante prácticas de meditación, relajación profunda, respiración acelerada, danza etno-chamánica, movimientos o pases, masajes, rituales, sexualidad sagrada, uso de sonidos y a toda práctica o ejercicio individual o grupal, que facilite el desarrollo de estados de consciencia elevados.

El sueño mismo es un recurso natural muy rico en posibilidades de exploración a esos niveles.


Por ejemplo, una sesión de icaroterapia común consistiría en tres partes más o menos definidas: en una primera parte el terapeuta facilitará un proceso de trance por medio del ejercicio de un estado profundo de relajación, compatible con la hipnosis (estado “alfa”).

Luego el terapeuta en la segunda parte de la sesión estimulará el arte creativo, de modo que el grupo participante pueda crear mandalas, máscaras, figuras geométricas o dibujar animales de poder.

En otros casos se solicita que expresen de alguna forma la experiencia narrada del sueño, cuento o mito, en donde como en el caso anterior, casi siempre están presenten elementos arquetípicos sobre los cuales participante y terapeuta trabajan para integrar la experiencia a la vida consciente.

En la parte final, al igual que en las tomas de plantas cada experiencia trascendental debe ser integrada a la vida real en el plano terrenal, de allí la clave terapéutica enriquecedora y creativa de la icaroterapia.


El tipo de danza que se emplea en icaroterapia se denomina “etnodanza”, que es una danza libre, espontánea, y que no presenta mayores estructuras, porque no se pretende que las personas reproduzcan algún género de danza en particular, la idea es participar, descubrir el potencial creativo corporal personal y grupal, romper barreras, estrechar la energía individual, etc.

En la etnodanza por lo general siempre hay un argumento, un procedimiento, pues representa el objetivo que se desea lograr, a fin cada participante trabaje, pero al margen de los formalismos lo más importante es la flexilidad y la libertad de ser y de crear.

La etnodanza es la expresión cultural de los pueblos originarios, la muestra de cómo las culturas originarias se encuentran en estrecho contacto con su cosmovisión y con los elementos de la naturaleza, con la tierra, fuego, aire y agua.

La danza en este contexto chamánico se relaciona con la esencia de la vida y es una forma de vivir la espiritualidad indígena de manera estrecha.


El abordaje con icaroterapia supone un contexto ilimitado y muy rico en posibilidades, los recursos chamánicos a disposición son numerosos y este sistema piloto trata de aproximar a la gente común en prácticas chamánicas esenciales que pueden mejorar su calidad de vida y sus prácticas saludables, puesto de lo que se habla es de la relación misma con la esencia de la vida, del contacto con la naturaleza vital y del arte creativo universal presente en cada uno de nosotros.

La icaroterapia es en definitiva una alternativa chamánica innovadora que intenta crear ese puente entre la persona y su propio mundo interno, en relación con el gran espíritu de la vida.


Por Arnaldo Quispe: info@icaroterapia.org
icaroterapia© http://www.icaroterapia.org/

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