Entrada destacada

La Cúrcuma Sana el Cáncer y no mata a los Pacientes....

Mejor que la quimio: la cúrcuma mata el cáncer y no a los pacientes ...

BUENASIEMBRA

martes, 10 de noviembre de 2015

Alimentos ecológicos....

Alimentos ecológicos:
más nutritivos, saludables y respetuosos con el medioambiente


La investigación agrícola principalmente se ha concentrado en el estudio del aumento de producción y la reducción de costes en el procesado de los alimentos, por eso no sólo están dejando de cumplir su finalidad de nutrir y por tanto, de generar salud, sino que además, desde cada vez más amplios sectores científicos, se ha empezado a denunciar los alimentos como causantes de las modernas enfermedades degenerativas (obesidad, enfermedades cardiovasculares, cáncer, etc.)



A esta preocupación por la salud se añade la creciente sensibilidad de la opinión pública por las consecuencias negativas de la actividad agraria sobre el medio ambiente, por lo que la producción de alimentos de calidad, mediante técnicas agroecológicas es la alternativa de obtención de alimentos  más acorde con un futuro equilibrado.

La exposición humana a los pesticidas es un hecho bien estudiado en los últimos años, existiendo información de los efectos agudos y continuos de estos productos en casos de intoxicación.

También son bien conocidas las consecuencias que tiene sobre el desarrollo y funcionalidad de diferentes órganos y sistemas, que abarca desde las alteraciones neurológicas, reproductivas, endocrinas o inmunológicas, hasta fracasos funcionales y alteraciones importantes del comportamiento.

Son conocidos los trabajos sobre incidencia y mortalidad por cáncer en poblaciones agrícolas, cuyo riesgo es superior al resto de la población en general, para algunas localizaciones tumorales (cerebrales, cáncer de pulmón, ovario y próstata, los sarcomas de partes blandas y algunos tipos específicos de leucemia).

Los abonos desequilibrados y la forma en que éstos se suministran al suelo, como sales solubles y no bajo forma orgánica, modifican profundamente la bioquímica de la planta.

Por tanto, los abonos químicos alteran la composición de los alimentos.



Los fertilizantes nitrogenados, reducen del contenido de materia seca por aumento de la cantidad de agua en el protoplasma celular.


El contenido de agua en los alimentos frescos por el empleo de abonos nitrogenados, puede variar entre el 5 y 30% más que en los alimentos ecológicos, así un aumento del 15%, implica que cada 7 kg de fruta u hortalizas producidas con agricultura convencional contienen 1 L de agua más que los producidos ecológicamente. También disminuye el contenido de vitamina C.

Además el empleo de fertilizantes de síntesis repercute sobre la calidad del producto durante su conservación, y pueden influir de forma importante en la producción de pérdidas durante el tiempo de almacenaje, debido a que un exceso de nitrógeno produce tejidos blandos con escaso niveles de materia seca.

El abuso de los fertilizantes nitrogenados de síntesis en agricultura convencional puede provocar la presencia de residuos en vegetales y si se acumulan en grandes cantidades pueden tener efectos cancerígenos.

Los fertilizantes potásicos afectan a la composición de las plantas al reducir el contenido de magnesio, por existir un antagonismo con el potasio, y también provocar la disminución de calcio y otros oligoelementos. Los abonos fosfatados reducen el contenido en carotenos (provitamina A).

Otras consecuencias de la utilización de abonos nitrogenados son el aumento del contenido en proteínas en la planta, pero de menor valor biológico, disminución de la cantidad de oligoelementos, menor conservación de los productos, debido al aumento de la cantidad de agua de los mismos, y disminución de la resistencia frente a plagas y enfermedades de los cultivos.

La acumulación de nitratos en el suelo y en los alimentos también es debida a un excesivo abonado con nitrógeno.

En este sentido, las técnicas de producción ecológicas y la asociación de cultivos son favorables para producir hortalizas con baja concentración de nitratos, especialmente en cultivos de invierno y con las condiciones ambientales del litoral mediterráneo.


La alimentación basada en productos ecológicos, mucho más sanos y de menor impacto ambiental, constituye una alternativa a la alimentación convencional, en la que los alimentos sufren una desnaturalización progresiva que hace peligrar la salud de los consumidores, al tiempo que los residuos tóxicos y la erosión física y biológica hacen mella en los ecosistemas empobreciéndolos.
Los métodos de producción ecológica implican importantes restricciones en la utilización de productos químicos de síntesis que dan lugar a la ausencia de residuos de este origen en los alimentos obtenidos.

Las principales prácticas contra los agentes nocivos en agricultura ecológica consisten en mantener y favorecer la presencia de fauna auxiliar y con ello se limitan los riesgos de presencia de residuos de fitosanitarios en los alimentos y la contaminación del entorno.

La producción de alimentos ecológicos, simboliza muchos de los aspectos fundamentales que conducen a los consumidores a decidirse por la comida y el consumo ecológico, como son la preocupación por la presencia de residuos de productos fitosanitarios, el deseo de contribuir y apoyar la existencia de sistemas de agricultura sostenible, o el conocimiento de que los alimentos de producción ecológica pueden contribuir a una mejor comprensión de lo que se come y de qué forma repercute en cuestiones de salud, seguridad, nutrición y palatabilidad.

La mayor concentración de minerales en alimentos ecológicos, se pone de manifiesto, por ejemplo, en el contenido en potasio en lechugas romanas ecológicas, donde se ha encontrado aproximadamente un 20% más de este elemento. También en los contenidos de hierro en la judía-grano, donde las concentraciones en los granos de judía convencionales son de aproximadamente 6 mg por cada 100 g, mientras que los de producción ecológica son de 7.12 mg.


Estos datos ponen de manifiesto que los granos de judía ecológica aportan un 15.7% más de hierro que las convencionales.
Por último indicar también que los resultados más significativos (Raigón, 2007) en diferentes estudios comparativos han demostrado que:

– Las concentraciones de nitratos (sustancias tóxicas) en vegetales es mayor en el caso de las verduras procedentes de cultivo convencional, variando en función de la especie, en promedio, 50% más en el caso de col china, 35% para la lechuga, 65% para la acelga y 28% para la espinaca.

  • Las verduras ecológicas han presentado mayor concentración mineral (25% más de potasio en lechugas, 14% más de calcio en tallos de hinojo, 16% más de hierro en judía grano).

  • Las cantidades recomendadas diariamente, en una persona adulta de Hierro, Sodio, Potasio y Calcio se pueden conseguir con el consumo de 500 g de acelga ecológica fresca, sin que repercuta en riesgo aparente para la salud, por no superar la ingesta diaria admisible de nitratos.

    Las mismas cantidades de elementos nutricionales se podrían consumir con la ingesta de aproximadamente 550 g de acelga convencional fresca, aunque con ello la cifra de nitratos consumidos se duplicaría, apareciendo riesgo para la salud.

  • El zumo de naranja ecológica contiene un 20% más de vitamina C que el procedente de frutos convencionales.

  • Los frutos cítricos ecológicos son más aromáticos, presentando un 24% más de aceites esenciales.
  • En pimiento ecológico verde se alcanza un 10% más de vitamina C y en rojo un 7% más, frente a los convencionales.

  • Las sustancias antioxidantes están en concentraciones superiores en frutas ecológicas, por ejemplo en fresas (26%), zarzamora (40%), manzana (15%) y pimiento (17%).

  • Las variedades tradicionales de lechuga han concentrado mayores contenidos minerales que las comerciales.

  • Las frutas y verduras ecológicas contienen menor nivel de agua, repercutiendo en mayor materia seca, mayor concentración de los sabores, mejor ajuste en la relación del precio y mayor capacidad de conservación.

    La col ecológica puede resistir hasta 24 días síntomas de pudrición, frente a los 6 días de la col convencional. Los frutos cítricos ecológicos presentan seis semanas más de conservación en postcosecha que los convencionales.
Puedes encontrar más información en el libro de
Mª Dolores Raigón “Alimentos ecológicos, calidad y salud”

MAS INFO:
http://buenasiembra.net/salud/alimentacion/index.html

1 comentario:

Adriana Robles dijo...

Muy buen artículo. Lo voy a compartir con todos.<3

Vegetarian CourtesyCheesePapas