Escrito por Rafael Carrasco
Foto: Planta fotovoltaica de la empresa Isofotón situada en Badajoz.
Foto: Planta fotovoltaica de la empresa Isofotón situada en Badajoz.
La energía fotovoltaica está dando pasos de gigante para ser competitiva y permitirnos a todos participar en su desarrollo y en los beneficios que genera. La energía solar por antonomasia, la fotovoltaica, se ha estancado en España durante los últimos dos años. Tras un lustro de records y grandes beneficios que atrajeron a especuladores de todo tipo, en 2008 llegaron el recorte de primas, los cupos draconianos del Ministerio de Industria, la fama de energía que encarece el recibo de la luz y una parálisis a la que no se ve el final por ahora.
Esta situación, que con diferentes matices se ha vivido en otros países, ha devuelto, sin embargo, el desarrollo fotovoltaico hacia su verdadero carril: instalaciones de pequeño tamaño que producen electricidad para la red en los mismos centros de consumo o para autoconsumo; tecnologías más baratas y eficientes y un carácter social que nunca debería haber perdido.
A pesar de la crisis múltiple del sector, se vislumbra una revolución solar en la que vamos a participar todos. De entrada, un informe de la consultora KPMG, llevado a cabo a finales de 2009 para la Asociación de la Industria Fotovoltaica (ASIF), nos anuncia una auténtica “revolución social” de esta forma de energía. A mediados de la próxima década, el coste de la electricidad fotovoltaica igualará el precio del kilovatio comprado a la red y, a partir de ese momento, a los consumidores nos resultará más rentable instalar unos paneles fotovoltaicos y consumir la energía producida por éstos que comprar electricidad a la compañía comercializadora.
Como explica el informe, “el punto de equilibrio entre ambas curvas –coste de adquirir la luz y coste de producirla con fotovoltaica– se conoce internacionalmente como paridad de red, o grid parity, y supone un punto de inflexión clave para el mercado fotovoltaico y el sistema eléctrico en general”. En ese momento podremos decir que hemos entrado en la era solar.
La paridad de red
El estudio Acercándonos a la paridad de red aporta unas cifras que dan una idea de lo que se nos viene encima para bien. La contribución del sector fotovoltaico al Producto Interior Bruto español oscilará entre 3.800 y 5.800 millones de euros; es decir, entre el 0,18 y el 0,28 por ciento del PIB. Creará entre 36.000 y 54.000 empleos directos y el triple de indirectos; todos ellos, trabajo cualificado que no admitirá contratos basura. Por otra parte, la dependencia energética española se reducirá entre un 4 y un 5 por ciento y se ahorrarán entre 2.200 y 2.500 millones de euros en pagos por emisiones de CO2. Además, nos ayudará a cumplir el objetivo europeo de cubrir con renovables el 20% de la demanda energética en 2020. Y, por supuesto, los consumidores nos ahorraremos bastante dinero en el recibo de la luz.
Pero todo esto exige abaratar hoy la tecnología fotovoltaica hasta hacerla competitiva con otras formas convencionales de electricidad, y eso pasa por que las placas usen menos silicio, incorporen otros materiales más económicos o por que los dispositivos que captan la luz solar produzcan más electricidad. En ese objetivo, la eficiencia es una obsesión para los tecnólogos.
Las actuales células que convierten en electricidad la luz del sol no son muy eficientes, puesto que apenas aprovechan el 30% de la energía que les llega, lo que limita mucho su producción de kilovatios. Sin embargo, un grupo de investigadores del CSIC ha patentado recientemente una célula solar cuya eficiencia alcanza el 40% gracias a un cristal compuesto por una superficie nanoestructurada que aumenta la transmisión de la luz en el interior del dispositivo. Según el director de la investigación, Pablo Aitor Postigo, “la fabricación a gran escala de estas nuevas células solares con mayor capacidad tendría el mismo coste que las convencionales” y, por si fuera poco, “para obtener la misma cantidad de energía se necesita menos material semiconductor”.
Teniendo en cuenta el alto precio y la excesivamente concentrada producción de silicio, estos nuevos cristales de nanotecnología pueden suponer un avance decisivo en el mundo solar.
Por ese mismo camino, varios científicos del prestigioso Instituto de Energía Solar de la Universidad Politécnica de Madrid han desarrollado una nueva generación de componentes fotovoltaicos más eficientes y baratos. Según el equipo investigador, la producción a gran escala de células solares multiunión, que tienen rendimientos cercanos al 40%, va a permitir abaratar los costes de la electricidad de origen solar en cuestión de meses. Estas células utilizan, además, materiales semiconductores extremadamente puros que manejan más cantidad de luz.
Fuente: larevistaintegral.com
MAS INFO: http://buenasiembra.com.ar/ecologia/articulos/que-es-permacultura-818.html
http://buenasiembra.com.ar/ecologia/articulos/ecovillas-774.html
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