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miércoles, 23 de marzo de 2011

La Cura de La Humanidad


La cura de la humanidad también es la transformación de la manera según la cual cada individuo percibe el universo y se relaciona con él.

Es un proceso que exige energía, y que se vuelve crítico cuando el hombre se apega a lo que fue o cuando tiene planes sobre lo que deberá ser.

Pero, por otro lado, la cura sigue el camino de la evolución y para que pueda realizarse se necesita tan solo la apertura del ser, ya que toda la vida recibe potentes impulsos en dirección a la meta evolutiva.

Cuando el ser inicia esa jornada, normalmente se le presentan tareas externas que constituyen importantes oportunidades.

Entre otras cosas, sirven para que él aprenda a no hacer del servicio un medio de autosatisfacción, y para eso lo conducen a atravesar múltiples pruebas, hasta alcanzar un estado en que es necesario cambiar la polarización de su consciencia.

Llegado ese momento, ya no le es posible continuar relacionándose con el mundo externo a partir de proyecciones fundadas en lo que venía acumulando desde que ingresó en la materia, ni basada en la gran carga personal y hereditaria que se formó a través de los tiempos.

En ese instante, puede ocurrir un renacimiento oculto.

Para que esto pueda suceder, la energía intenta deshacer en el individuo los lazos que él mantiene con el pasado, con lo que fue hasta entonces.

Intenta liberarlo tanto cuanto le sea posible soportar el vacío que, en realidad, es la cuna de su nueva consciencia. Pero el hombre no sabe ser libre.

Es más difícil dejarlo en libertad que mantenerlo encerrado en la prisión de sus propios conceptos.

Esa es la realidad obtusa que aún persiste en el mundo actual, empero la Gracia ya inició su obra y las modificaciones que ella promueve no dejarán que tal situación se prolongue.

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