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lunes, 9 de mayo de 2011

La albahaca,en la cocina y como medicina...


Además de la cocina, su uso es posible en medicina

La albahaca, una hierba de orígenes reales, recuerda los sabores más típicos del mediterráneo.

Posee un aroma y sabor inconfundibles que ha inspirado al más fino de los paladares y de paso, la gastronomía de todo el mundo.

Así como la ve, sencilla y sin muchas pretensiones, la albahaca tiene una muy larga tradición.

Aunque comúnmente se cree que viene de Italia, su origen es oriental.

Esta olorosa planta fue cultivada por primera vez en la India, en donde siempre, incluso en la actualidad, ha sido muy relevante.

Fueron los griegos y los romanos quienes la introdujeron en Europa alrededor del siglo XVI, llegando a América gracias a las migraciones del siglo XVII.

De la albahaca se utilizan sus hojas frescas o secas y su aceite esencial.

Es una hierba muy versátil que tiene innumerables usos medicinales, alternativos y culinarios.

Crece en climas templados; su hábitat son los jardines, las huertas y las macetas.

Al momento de cosechar sus hojas es preciso ir cortando todas las flores que se vayan formando para que la planta pueda desarrollarse.

Se conocen unas 40 variedades, siendo las más comunes: la albahaca genovesa, que tiene un perfume fuerte y es bastante común; la napolitana, con olor a menta y hojas parecidas a la lechuga; la albahaca morada, menos común con hojas dentadas, y la albahaca anís, que se usa en el sudoeste asiático.

Cocinando con albahaca


La albahaca mediterránea se ha convertido en la variedad más común y más usada en la cocina occidental, con un aroma marcadamente dulce con notas de clavo y anís, fácilmente distintivo.

Su sabor resulta cálido, un poco picante y con acento mentolado.

Sólo las hojas de albahaca son utilizadas en cocina y es recomendable usarlas siempre frescas porque pierden casi toda su fragancia y saben ligeramente distinta cuando están secas.

Ocasionalmente, los brotes de sus flores se emplean en ensaladas o para decorar algún plato.

Lo habitual es añadir las hojas de albahaca fresca al final de las cocciones o en el momento de servir.

En la cocina occidental, la albahaca es la hierba que comúnmente acompaña al tomate en ensaladas, sopas y salsas, logrando combinaciones asombrosas con el ajo y el aceite de oliva como base para todo tipo de preparaciones.

En toda la región del mediterráneo es utilizada para aromatizar una gran variedad de platos de carne, pollo, pescados, cocina de mar, arroces y granos.

Algunas veces se usan en salsas y mermeladas de frutas y combinada con frutas frescas, en particular con fresas, frambuesa y ciruela.

Comprar y conservar

-El gusto de la albahaca se siente más si se cortan las hojas con la mano y no con un cuchillo.

-Tiene muy corta vida, pero para prolongarla, manténgala en un frasco con agua.

-La albahaca se puede congelar en cubetas para hacer hielo.  Su aroma se perderá, pero su sabor se mantiene si se usa en poco tiempo.

-Al momento de comprar albahaca fresca, ésta debe tener una fragancia aromática y no poseer hojas amarillas.

-La albahaca seca se debe guardar en frascos de vidrio bien cerrados y en lugares secos y oscuros.

Rincón alternativo

La albahaca, además de deliciosa, es útil para problemas tan complejos como los respiratorios. Sus beneficios se han extendido por todo el planeta y hoy en día forma parte de las hierbas que se utilizan en medicina alternativa con fines curativos.

Su poder medicinal se relaciona mucho con los problemas respiratorios: no sólo alivia la congestión del pecho cuando se mezcla con miel y limón, sino que es un remedio efectivo contra la sinusitis, cuando se hacen vaporizaciones con el agua resultante de su infusión.

Los naturistas sostienen que la albahaca desinflama el colon, pues ayuda a limpiar estómago e intestinos. 

También se usa cuando hay ardor en las vías urinarias; para aliviar las cefaleas y migrañas y para bajar la fiebre.  


Sopa de tomate, albahaca y crutones

Ingredientes para 6 personas:

1 pan baguette o un pan campesino sin corteza y cortado en cubos pequeños.

Aceite de oliva en cantidad suficiente

4 tazas de caldo vegetal o de pollo

10 tomates maduros pelados, sin semilla y picados

12 a 14 hojas de albahaca fresca, más cantidad adicional para decorar

3 cucharadas de mantequilla blanda (opcional)

Sal y pimienta negra recién molida (al gusto)

4 cucharadas de crema de leche (opcional)

3 tomates maduros pelados, sin semilla y picados para decorar.

Preparación

Precaliente el horno a 180 grados (350 Celsius).  Disponga los cubos de pan en una placa para horno, pincélelos ligeramente con el aceite de oliva y sazónelos con la pimienta. Hornéelos hasta que estén levemente dorados y reserve.

Caliente el caldo junto con los tomates en una olla mediana y deje que la mezcla hierva durante 5 minutos.  Licúela junto con la albahaca hasta que esté suave.

Póngala de nuevo en la olla, añada la mantequilla, sal y pimienta y deje cocinar durante unos minutos más.

Mientras tanto, caliente la cucharada de aceite de oliva y fría ligeramente los tomates pelados.

Sirva la sopa en los platos. Disponga una buena cantidad de crutones (cubos de pan horneados) en cada uno y decórelos con crema de leche, un poco de los tomates sofritos y una ramita de albahaca.

De Himilce Tejada
http://www3.diariolibre.com/noticias_det.php?id=6811

1 comentario:

  1. Hola, muy buena información, no conocía el tema d elso aportes a la salud.

    Buen aporte,
    Abrazo

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