LA LECHE DE SOJA Y LOS PRODUCTOS ELABORADOS CON SOJA SIN FERMENTAR NO SON ACONSEJABLES
En varias ocasiones hemos traído a nuestras páginas los resultados de estudios realizados por diferentes instituciones de todo el mundo según los cuales la soja reportaría innumerables e importantes beneficios para la salud.
Bien, pues son cada vez más los expertos que afirman que los productos fermentados de soja -el miso, el tempeh, la salsa de soja y el natto- se pueden ingerir pero con mucha moderación porque si no también son dañinos pero no es en modo alguno aconsejable tomar los que contienen ese alimento sin fermentar, leche de soja incluida.
No solo no tendrían las propiedades beneficiosas que se les atribuye sino que pueden perjudicar gravemente la salud.
Bien, pues son cada vez más los expertos que afirman que los productos fermentados de soja -el miso, el tempeh, la salsa de soja y el natto- se pueden ingerir pero con mucha moderación porque si no también son dañinos pero no es en modo alguno aconsejable tomar los que contienen ese alimento sin fermentar, leche de soja incluida.
No solo no tendrían las propiedades beneficiosas que se les atribuye sino que pueden perjudicar gravemente la salud.
Si el lector revisa en nuestra web –www.dsalud.com- la sección de Noticias comprobará que en al menos nueve ocasiones nos hemos hecho eco de estudios que aseguraban haber descubierto o confirmado alguna nueva propiedad o indicación de la soja (aparecen en los números 7, 18, 23, 33, 62, 64, 101, 105 y 108). Incluso le dedicamos íntegra la sección de Alimentación del nº 48.
Bien, pues de la misma manera que en su momento dimos cuenta de los resultados de las supuestas bondades de la soja queremos ahora recoger los informes de otros estudios –algunos de ellos realizados hace años pero de los que hemos tenido conocimiento recientemente- que ponen en entredicho algunas de esas cualidades, especialmente en lo que a las proteínas de la soja se refiere cuando ésta no han sido fermentada.
Y es que se asegura ahora que, en contra del mensaje interesado que durante décadas ha estado lanzando la industria de la soja, en Oriente -de donde este alimento es originario y donde según se nos ha hecho creer se consume a diario en cantidades importantes, algo que se supone explicaría la buena salud general de los orientales- no es consumida de forma directa ni frecuente sino en pequeñas cantidades, de vez en cuando y siempre transformada en subproductos fermentados.
Por tanto todo indica que la soja sigue guardando secretos… o más bien la industria que la comercializa que no quiere que lleguen a oídos del consumidor algunos aspectos de este alimento oriental que podría dañar seriamente su imagen y sus ventas.
“La soja es naturalmente tóxica ya que contiene antinutrientes y sustancias que alteran nuestros equilibrios hormonales.
Y en su procesamiento se añaden otros venenos.
Además en su mayoría es transgénica”.
Así de contundente se mostraba en junio de 2005 Alfredo Embid -coordinador de la Asociación de Medicinas Complementarias- en un artículo publicado en la revista Medicina Holística que básicamente resumía lo contenido en los numerosos textos científicos publicados en Soy Online Service (invitamos al lector a leerlos en su web
-www.soyonlineservice.co.nz/home.html- o en la de la Asociación de Medicinas Complementarias: www.amcmh.org).
Un texto en el que Embid desmintió ya entonces gran parte de las afirmaciones que sobre la soja hace la industria alimentaria desde hace décadas.
Como la de que se consume de forma habitual y masiva desde hace milenios en Oriente cuando como Embid decía en su texto “un estudio del uso histórico de la soja en Asia muestra que sólo fue usada por los pobres.
Éstos, cuando no tenían nada que comer, consumían frijoles de soja pero preparándolos cuidadosamente para destruir antes todas sus toxinas”. Asimismo explicaría que la soja sólo se consumía tras su fermentación.
Según él en Asia la soja “es sólo un complemento alimenticio que se utiliza fundamentalmente como condimento en forma de salsa de soja y en otros productos fermentados que ni se comercializan ni se toman apenas en Occidente como el miso, el tempeh o el natto”.
Respecto a las fórmulas de soja para alimentar a bebés que cada vez son más empleadas en Occidente alegando que así se hace en los países orientales Embid lo desmiente igualmente: “Las fórmulas de leche de soja rara vez se usaban en Asia para alimentar a los niños”.
Y para apoyar su afirmación recuerda que “ya en un escrito de 1930 el doctor Ra Guy, del departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de Pekín (China), se dice que nunca se ha usado leche de soja para alimentar a los niños en Pekín.
Esa fórmula no se hace en las casas sino que es vendida en las calles como una bebida caliente rica en proteínas siendo usualmente bebida por ancianos en vez de té.
La leche de soja, aparte de ser dañina para los niños, es difícil de preparar’”.
http://www.dsalud.com/index.php?pagina=articulo&c=114
MAS INFO:
http://buenasiembra.blogspot.com/2011/01/recetas-de-leches-vegetales.html
http://buenasiembra.com.ar/salud/alimentacion/la-leche-animal-743.html
http://buenasiembra.com.ar/salud/terapias-alternativas/el-kefir-un-alimento-para-la-vida-1247.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario