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jueves, 5 de enero de 2012

CULTIVO ORGÁNICO, INTRODUCCION

INTRODUCCIÓN AL CULTIVO ORGÁNICO


Desde que los seres humanos comenzamos a desarrollar habilidades para hacer herramientas, las técnicas para obtener alimentos fueron evolucionando para satisfacer la demanda de estos. Así, comenzamos a sustituir progresivamente la recolección artesanal por la agricultura mecanizada.

Casi todas las civilizaciones que lograron “desarrollarse” en la antigüedad manejaban técnicas de riego, almacenamiento y cultivo de productos vegetales.

Actualmente, en las naciones más desarrolladas, el suministro de alimentos depende cada vez más de la agricultura intensiva o extensiva, de la producción industrializada, de la piscicultura, la ganadería o de otras técnicas que aumentan las cantidades de alimentos producidos, a la vez que disminuyen su costo a expensas de la contaminación de la tierra, el agua, el aire y consecuentemente, de los alimentos que serán consumidos. Esto se debe a que estas técnicas dependen de recursos como el agua, tierras extensas y del desarrollo de herramientas mecanizadas, desde la máquina de trillar y la sembradora hasta el tractor y la cosechadora.

Pero además, las herramientas han sido combinadas con pesticidas que aseguran un elevado rendimiento de cosechas, eliminando a los insectos y animales que “perjudican” a los productores.

También se ha recurrido a la modificación genética de las plantas comestibles, para hacerlas más resistentes a las enfermedades, y a la vez más productivas.

Quizás el ejemplo más claro sea el de la soja, uno de los alimentos más completos que existen y uno de los más consumidos por seres humanos y animales, lo que lo convirtió en una de las plantas más estudiadas y cultivadas en el mundo.

Sin conocer aún las repercusiones de los Organismos Modificados Genéticamente sobre la vida, resulta alarmante, que la gran mayoría de las plantas de soja que habitan la tierra hayan sido modificadas por seres humanos para comercializarlas y seguir intentando intervenir en sus genes para mejores rendimientos.

También es preocupante cómo se está dejando en manos de empresas multinacionales la producción de semillas manipuladas genéticamente.

Estas plantas modificadas a la vez requieren  más agroquímicos perpetuando así el circulo comercial de la agricultura moderna relacionado directamente con la disminución de la biodiversidad planetaria.

Las técnicas anteriormente mencionadas están siendo cada vez más cuestionadas. Por un lado, por el continuo desgaste de la tierra que en los peores casos llegó a la desertificación de zonas que ya perdieron para siempre su biodiversidad.

Nombraremos solo algunos ejemplos de zonas con desertificación severa. Madagascar, el país más erosionado del mundo donde casi todos sus bosques tropicales y más de la mitad de su selva lluviosa han sido talados. África, donde en países muy poblados y con pocos recursos, como los de la franja Subsahariana, se observa un incremento de las zonas desérticas y las naciones que durante siglos habían sostenido sociedades prósperas, se encuentran ahora en el límite de la subsistencia.

España, el país de la Unión Europea con mayor índice de desertificación. Sudamérica, donde uno de los ecosistemas con mayor biodiversidad del planeta, conocido como Mata Atlántica, está dejando de existir por una pésima explotación de su madera y para ser poblado con la consecuente práctica de la ganadería y la agricultura intensiva.

El otro ejemplo sudamericano, quizás el más conocido, es Amazonas. En su cara opuesta está Italia, el país con menos desertificación de la Unión Europea, que paradójicamente es uno de los primeros y principales productores de maquinaras agrícolas de última generación.

Pero debido a las alarmantes repercusiones ecológicas y sociales de este tipo de agricultura, recientemente están surgiendo tendencias hacia prácticas agrícolas más sostenibles, que recurren a sistemas naturales de producción. Estos métodos, que se están extendiendo gracias al aumento de consumidores y productores conscientes, estimulan la biodiversidad, la seguridad alimentaria local y el cultivo orgánico.

Afortunadamente estas técnicas se encuentran en pleno crecimiento y prometen un cambio de paradigma en la producción de alimentos. Algunas de las técnicas más conocidas son la agricultura natural propuesta por el maestro japonés Fukuoka y la permacultura propuesta en Australia por doctor Bill Mollison y David Holmgren.

Extraído del libro ALIMENTACIÓN CONSCIENTE






¿Que es el Cultivo Orgánico?



Es un sistema de producción de alimentos sustentable en el tiempo, que mediante el manejo racional de los recursos naturales evita el uso de agroquímicos logrando cosechar productos saludables para los seres humanos y el medioambiente. A su vez, debe mantener o incrementar la fertilidad de los suelos y la diversidad biológica para suministrar los nutrientes destinados a la vida vegetal y animal.

La producción orgánica o ecológica tiene como objetivo principal la producción de alimentos con más sabor, saludables e inocuos para la salud humana y el medioambiente.

Constituye un sistema de producción tanto o más complejo que el convencional, que ha venido desarrollándose fuertemente desde inicios de los ’90, ofreciendo de esta forma nuevas opciones de alimentos para los consumidores.


¿Por qué consumir alimentos de cultivo orgánico?


1. Protege la calidad de vida de las futuras generaciones.

Somos habitantes y administradores de la tierra, como tales, responsables de la calidad y cantidad de los recursos que heredarán las futuras generaciones.

Los alimentos orgánicos, proveen una alimentación segura, libre de pesticidas y residuos de productos químicos sintéticos, muchos de los cuales son cancerígenos.

2. Previene la erosión de los suelos.

Según investigaciones científicas, la erosión que sufren los suelos tratados con fertilizantes químicos es 7 veces más rápida que la capacidad de reconstrucción natural de los mismos. Por el contrario, en los cultivos orgánicos el suelo es el fundamento de la cadena alimentaria, por lo que se intenta mejorarlo cultivo tras cultivo.

3. Mantiene fuera de su plato los productos químicos.

Muchos de los pesticidas utilizados en la agricultura tradicional fueron aprobados por los organismos correspondientes antes de comprobarse sus propiedades cancerígenas.

4. Ayuda a los pequeños y medianos productores.

Las granjas a gran escala están provocando la desaparición de los pequeños granjeros. Se prevé que en el futuro, con la gradual conversión a la agricultura orgánica, se revalorizará la actividad de los productores independientes.

Fuente: http://www.organicoargentina.org/prod_organica.aspx


MAS INFO: http://buenasiembra.com.ar/literatura/libros/textos-gratis-de-permacultura-ecologia-1254.html



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