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miércoles, 17 de abril de 2013

La Diabetes puede Prevenirse.

La diabetes puede prevenirse

Por Dra. Alejandra Hintze / Especial para Clarín Buena Vida

Contra lo que se cree, esta enfermedad afecta más a quienes no pueden acceder a alimentos de calidad. Y si bien la carga genética existe, en la diabetes tipo 2, el 90% de los casos se vincula con la ingesta de harinas y la falta de actividad física.



Según la  Organización Mundial de la Salud, en el mundo hay más de 347 millones de personas con diabetes, una enfermedad que a largo plazo es mortal.

Más del 80% de las muertes por esta enfermedad se registran en países de ingresos bajos y medios, dado la falta de educación y la imposibilidad económica de ingerir buena calidad de alimentos. Casi la mitad de esas muertes corresponden a personas de menos de 70 años y un 55% son mujeres.

Esta patología, absolutamente evitable, está en aumento. La OMS prevé para 2030 una duplicación de las muertes por diabetes.

La clave está en la educación sobre la diabetes tipo 2 en toda la población. Tanto en los que tienen el diagnóstico como en los que no, ya que es posible prevenirla.

Cuando se tiene la enfermedad, se transita un arduo camino para evitar los daños que produce la glucosa elevada en los órganos vitales (el corazón, el riñón, el cerebro, las arterias, los nervios, los ojos, la piel, la inmunidad, etc.), a los que deteriora lenta, pero progresivamente.


Sus razones


La diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce. La insulina es una hormona que regula el azúcar en la sangre.

El efecto de la diabetes no controlada es la hiperglucemia (aumento del azúcar en la sangre) que, con el tiempo, daña gravemente muchos órganos y sistemas.

Existen varios tipos de diabetes. La diabetes de tipo 1 (también llamada insulinodependiente, juvenil o de inicio en la infancia), que se caracteriza por una producción deficiente de insulina y requiere la administración diaria de esta hormona.

Este tipo de enfermedad no se puede prevenir y tiene una importante carga genética.

En cambio, la diabetes de tipo 2 (también llamada no insulinodependiente o de inicio en la edad adulta), se debe a una utilización ineficaz de la insulina.

También tiene una carga genética, pero en menor grado, y se debe, en gran medida, al sobrepeso, la mala alimentación a base de harinas y a la falta de actividad física.

Este tipo de diabetes comprende el 90% de los casos.

Los síntomas pueden ser inespecíficos y de una evolución muy silenciosa, por lo que la enfermedad puede diagnosticarse tardíamente cuando ya tiene varios años de evolución y han aparecido las complicaciones.

La consulta al médico en forma regular para hacer el control de salud es la clave para realizar un  diagnóstico temprano.

Hasta hace poco, este tipo de diabetes sólo se observaba en adultos, pero en la actualidad, con el aumento de la obesidad infantil, también se está manifestando en niños.

Existen estados de transición entre la normalidad y la diabetes, llamados intolerancia a la glucosa y la alteración de la gucemia en ayunas  y, quienes los sufren, corren mayor riesgo de progresar hacia la diabetes de tipo 2, pero es evitable.

Este es el momento indicado para tomar seriamente los cuatro puntos que previenen la diabetes y lograr  una buena calidad de vida. La fórmula preventiva es la siguiente:

•    Tener una dieta saludable

•    Hacer actividad física regular

•    Mantener un peso corporal normal

•    No fumar


Con estos cuatro ítems cumplidos, se puede prevenir la diabetes de tipo 2 o retrasar su aparición.
Si ya se ha diagnosticado, a estos cuatro pilares básicos  se les agrega la medicación necesaria según el caso (sea vía oral o insulina inyectada por debajo de la piel). Bajo ningún aspecto la medicación reemplaza los cuatro mandamientos de la diabetes, sino que la suplementa.

Se ha demostrado que medidas simples relacionadas con el estilo de vida son eficaces para prevenirla. La meta es alcanzar el mejor control posible de la glucemia y para ello es necesario:

•    Alcanzar y mantener un peso corporal saludable con una nutrición adecuada que evite la ingesta exagerada de azúcares y grasa.

•    Realizar actividad física al menos 30 minutos diarios con una intensidad de regular a moderada. En caso de tener que bajar de peso, es necesario una actividad más intensa.

•    Consumir una dieta saludable que contenga entre tres y cinco raciones diarias de frutas y hortalizas. Todas las comidas del día deben incluir frutas y verduras.

•    Evitar fumar, puesto que aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares asociadas.

•    Comer con poca sal para evitar la hipertensión, que asociada con la diabetes multiplica el daño a los órganos vitales.

•    Buscar información sobre los alimentos de alto contenido de grasas e hidratos de carbono y saber cómo evitarlo.

Por otro lado, tener un contexto familiar y laboral saludable lleva a una vida saludable. Es importante que se revierta el círculo vicioso que se genera alrededor de la diabetes y se convierta en un círculo virtuoso.

Siempre hay que buscar un profesional para diagramar una dieta saludable y para abandonar el hábito sedentario. Es difícil hacer cambios en la vida cotidiana, por lo que se debe tener en cuenta que el asesoramiento especializado es de gran ayuda.

La doctora  Alejandra Hintze es médica coordinadora del Servicio de Emergentología del Hospital Británico de Buenos Aires e integrante del staff del Equipo Deportológico del Vilas Club. www.alejandrahintze.com.ar


MAS INFO:
http://buenasiembra.com.ar/salud/alimentacion/macrobiotica/obesidad-hipotiroidismo-diabetes-1290.html

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