Tanto que cuando los españoles las conocieron al llegar a América se las tuvieron que llevar.
Tanto que en un contexto de cambio climático en el que no terminamos de saber qué animales van a poblar las selvas o qué agua habremos de beber, un geógrafo norteamericano pasó los últimos 20 años estudiando la agrodiversidad de la papa para diseñar estrategias de sostenibilidad y conservación.
En Estados Unidos, se cultivan y consumen alrededor de 10 variedades de papa, pero en América del Sur pueden encontrarse más de 70 variedades en un solo cultivo.
Se calcula que hay entre 4.000 y 5.000 especies entre Chile, el norte de Argentina, Perú, Colombia, Ecuador y Venezuela. Con tantas variedades, es difícil hasta para los productores llevar un registro de qué crece en su tierra y la del vecino.
Por lo general, los agricultores identifican las variedades por sus propiedades culinarias: las que sirven para harina, sopa o deshidratación por frío. Frecuentemente, el uso tiene que ver con la altura a la que crece la variedad.
Para ordenar toda la información sobre el cultivo intensivo de la papa, primero se estudió la diversidad en cultivos particulares, luego en pequeñas comunidades y después se pasó a la escala del paisaje.
Los satélites facilitaron esta tarea, pero sólo proveyeron parte de la información que permite identificar áreas de agrobiodiversidad que son biológicamente ricas, pero están amenazadas desde puntos de vista ambientales y socioeconómicos.
Fue necesario un nuevo enfoque que permitiera caracterizar estas áreas para elaborar estrategias de protección y conservación de los cultivos.
Los satélites facilitaron esta tarea, pero sólo proveyeron parte de la información que permite identificar áreas de agrobiodiversidad que son biológicamente ricas, pero están amenazadas desde puntos de vista ambientales y socioeconómicos.
Fue necesario un nuevo enfoque que permitiera caracterizar estas áreas para elaborar estrategias de protección y conservación de los cultivos.
Muchos de los expertos son de lugares donde la papa es una especie originaria, pero otros vienen de Europa y el norte de América.
Para unir las bases de datos, los resultados de los estudios se volcaron en mapas. Aquellos familiarizados con técnicas computarizadas señalan las áreas de agrobiodiversidad concentrada utilizando Google Earth, los que no lo están lo hacen en papel.
Una vez que las áreas de interés están en formato electrónico se agrega información como la altura, la pendiente e indicadores socioeconómicos, constituyéndose un sistema de información geográfica que permite comprar la información recabada por más de un investigador.
La idea es que el sistema pueda eventualmente ser utilizado para habilitar a las comunidades locales como fuente de datos.
Para unir las bases de datos, los resultados de los estudios se volcaron en mapas. Aquellos familiarizados con técnicas computarizadas señalan las áreas de agrobiodiversidad concentrada utilizando Google Earth, los que no lo están lo hacen en papel.
Una vez que las áreas de interés están en formato electrónico se agrega información como la altura, la pendiente e indicadores socioeconómicos, constituyéndose un sistema de información geográfica que permite comprar la información recabada por más de un investigador.
La idea es que el sistema pueda eventualmente ser utilizado para habilitar a las comunidades locales como fuente de datos.
Otros cultivos, como el maíz, también podrían beneficiarse con este enfoque, ya que, como la papa, poseen muchas variedades intrínsecamente relacionadas con dinámicas geográficas.
Combinando la información obtenida por todas las fuentes, se espera poder dar con estrategias para el uso sostenible de los extraordinarios niveles de biodiversidad de las papas andinas y que esto constituya un punto de partida en las estrategias de conservación de otros alimentos.
Por ahora, parece que las guarniciones no estarían en peligro de extinción. fuente
MAS INFO:
http://buenasiembra.com.ar/ecologia/articulos/los-bosques-de-alimentos-1488.html
Combinando la información obtenida por todas las fuentes, se espera poder dar con estrategias para el uso sostenible de los extraordinarios niveles de biodiversidad de las papas andinas y que esto constituya un punto de partida en las estrategias de conservación de otros alimentos.
Por ahora, parece que las guarniciones no estarían en peligro de extinción. fuente
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http://buenasiembra.com.ar/ecologia/articulos/los-bosques-de-alimentos-1488.html
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