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martes, 3 de agosto de 2010

La alimentación y la depresión


LA ENFERMEDAD SE HA VINCULADO CON LA DEFICIENCIA DE NUTRIENTES

Jaclin Campos
jaclin.campos@listindiario.com

La depresión abarca un amplio espectro de síntomas que van desde la tristeza, la sensación de culpa, vergüenza y vacío, hasta los trastornos del sueño y el apetito, la fatiga y la pérdida de energía.

En el entendido de que lo psicológico afecta lo biológico -y viceversa- el abordaje de esta enfermedad requiere un manejo integral que preste atención a elementos y acciones conscientes que pudieran contribuir a mejorar esta sensación de pérdida. Una de esas acciones es la alimentación y, como consecuencia, la nutrición.

“La alimentación es determinante en el tratamiento de la tristeza, depresión, melancolía, pérdida de interés e incapacidad para disfrutar las actividades habituales”, dice Dulce Ureña, especialista en nutrición aplicada.

“Es efectivo en estos tiempos el uso de hierbas y plantas medicinales como auxilio inofensivo, siempre dirigido por un profesional de la medicina natural experimentado”, añade la también conductora y productora del programa “Consulta abierta”.

Explica que, frente a un caso de depresión, conviene descartar la posibilidad de hipoglucemia. En este caso es frecuente la depresión al caer la tarde, cuando los niveles de glucosa descienden.

“En este caso es conveniente ingerir carbohidratos integrales, y nueces u otros granos proteínicos, que sustenten los niveles prolongados de azúcar en la sangre”, sugiere la especialista.

Nutrientes


Se ha relacionado la depresión con la deficiencia de ciertos nutrientes. Entre estos, el litio, magnesio, potasio, hierro, ácido fólico, ácidos grasos omega 3 y 6, selenio y de un aminoácido llamado triptófano.
En consecuencia, consumir alimentos que contengan dichos nutrientes mejorará la condición emocional.

Por otro lado se encuentran los productos cuyo uso y abuso contribuye a desencadenar el problema. En esta lista se inscriben sustancias como el alcohol, que, aunque muchos lo consuman en momentos de alegría, es un depresor del sistema nervioso central. Esta y otras drogas, dice

Ureña, conducen a la pérdida precipitada de vitaminas y minerales. ¿La consecuencia? “Un estado depresivo inexplicable para quien lo padece”.

“Es por ello, que siempre será importante hacer una evaluación biológica que nos permita apoyar los niveles nutricionales y energéticos del paciente sicológico”, afirma Ureña, directora del centro médico naturista Ce-Natura.

¿Cómo debe alimentarse una persona con depresión? De forma sana y balanceada, como cualquier otro individuo; sin embargo, debe prestar atención a aspectos puntuales. El primero de ellos tiene que ver con el desayuno, que, según Ureña, es “en extremo” la comida principal para los depresivos.

Además, “es determinante mantener el equilibrio de tres comidas diarias, eligiendo una cena lo más ligera posible a base de ensaladas y/o vegetales guisados o al vapor”. La ingesta de carbohidratos complejos, entre ellos cereales integrales y víveres, ayuda a incrementar los niveles de serotonina, “el químico del cerebro que nos ayuda a estar felices”. Para combatir la depresión, asimismo, recomienda ingerir verduras, nueces y frutos secos ricos en selenio, y alimentos con alta presencia de triptófano, un aminoácido que se convierte en serotonina y que puede encontrar en kiwis, almendras, cereales, trigo, verduras y miel.

Si consume dulces o café para animarse, comete un error. Según Ureña, el azúcar y la cafeína “dan una elevación rápida falsa, pues el letargo regresa relativamente rápido”. Por eso aconseja excluir de la alimentación productos como el té, café, alcohol, chocolate y colas, aparte de los productos blancos de la harina, el azúcar, los colorantes,  añadidos químicos y condimentos fuertes, “incluyendo todos alimentos derivados de animales”. Tienen luz verde los azúcares naturales: miel, melao y jugo fresco de caña, que endulzan y dan energía.

Pero no sólo de pan vivirá el hombre. “Una persona que sufre depresión ñsegún Ureñañ puede superarla siendo más activa, y dirigiendo su atención hacia la gente y las cosas”. Aconseja tomar el sol media hora diaria, hacer ejercicio al aire libre (aumenta los niveles de endorfinas y reduce el estrés) y aprender técnicas de relajación y meditación.

LAS HIERBAS QUE CURAN

Existen varias plantas cuya efectividad para contrarrestar la depresión ha sido comprobada, en diversos estudios científicos. Dulce Ureña, investigadora y consultora de salud natural, cita las siguientes:

La hierba de San Juan: estudios han determinado que es tan efectiva como los medicamentos antidepresivos. Incrementa el sueño y reduce los niveles ansiedad. “Su uso debe separarse del uso de antidepresivos químicos, por proporcionar efectos parecidos”, advierte la nutricionista.

El Ginkgo biloba: neutraliza los radicales libres que pueden dañar las células nerviosas al igual que otras células.

El noni: ayuda a estabilizar los trastornos de ánimo.

La kava: se usa para tratar el insomnio, la depresión y la ansiedad.

También se recomiendan las cáscaras disecadas y/o semillas de limón maduro y naranja dulce, el cardamomo y la infusión de pétalos de rosa.

MAS INFO: http://buenasiembra.com.ar/salud/psicologia/psicoterapia-corporal-energetica-375.html

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