Dolor de Espalda
Bloqueo
físico
Cuando hablamos de dolor de espalda
nos referimos principalmente a la columna vertebral.
Bloqueo emocional
La persona a la que le duele la parte
BAJA de la espalda, es decir, la región del sacro, es aquella para quién la
libertad es sagrada, y teme perder su libertad de movimientos cuando los demás
necesitan su ayuda.
Con frecuencia es una persona que teme por su supervivencia.
Sentir dolor de la quinta lumbar a la undécima dorsal (de la parte baja de
la espalda hasta la cintura) está relacionado con el miedo a la escaséz y con la
inseguridad material.
De hecho, como la espalda es el sostén del cuerpo humano,
cualquier dolor en ella. se relaciona con no sentirse bien sostenido.
La parte
baja se asocia con el area del "tener".
Por ejemplo: tener bienes
materiales, dinero, un cónyuge, una casa, hijos, un buen oficio, títulos, etc. El
dolor en este lugar significa que la persona necesita tener para sentirse
apoyada, pero no se atreve a reconocerlo o admitirlo ante los demás.
Lo lleva
todo sobre su espalda, porque quiere hacerlo todo ella misma.
Es muy activa en
el terreno físico, puesto que su miedo a la escaséz se manifiesta sobre todo en
el nivel material, que para ella representa un buen apoyo.
Por otro lado, tiene
problemas para pedir ayuda a los demás, y cuando por fin se decide a pedirla y
no la recibe, se siente todavía más inmovilizada y su dolor de espalda empeora.
La persona con dolor en la parte ALTA de la espalda, es decir, de la décima
dorsal hasta las cervicales (de la cintura hasta el cuello), sufre de inseguridad
afectiva.
Es una persona para quién el "hacer" es muy importante, porque eso es
lo que le dá seguridad. Cuando alguién hace algo por ella se siente querida.
Por
otra parte, manifiesta su amor por los demás haciendo cosas para ellos.
Del
mismo modo, la espalda puede dolerle lo suficiente como para proporcionarle una
excusa por no hacerlo todo, porque teme que si hace demasiado, ya no la ayudarán.
Espera mucho de los demás, y cuando sus expectativas no se cumplen, tiene la
impresión de soportar una gran carga. Como le cuesta trabajo "hacer" sus
demandas, cuando lo logra se siente inmovilizada si el otro no responde a ellas.
Entonces el dolor empeorá.
Este dolor puede también presentarse en una persona que
se siente demasiado vigilada en lo que hace.
Bloqueo
mental
Si te duele la parte BAJA de la
espalda, la región del sacro, en lugar de creer que vas a perder tu libertad
ayudando a alguien, toma mas conciencia de tus límites; exprésalos a la persona
adecuada, y actúa en consecuencia.
Recuerda que si quieres cosechar ayuda debes
haberla sembrado antes.
Es posible que en el pasado hayas vivido la
experiencia de sentir que se aprovechaban de ti, pero este miedo a revivír esa
misma experiencia te impide dar, lo cual te ayudaría a recibir más. Si temes por
tu supervivencia, date cuenta de que es solo tu parte afectiva dependiente. la que
cree que no puedes sobrevivir solo.
Tienes todo lo necesario para lograrlo.
En lo
que respecta al dolor en la parte baja de la espalda y la cintura, tiene que ver
con aceptar que tienes derecho a querer "tener" bienes materiales o a alguién
para sentirte seguro y apoyado.
Así podrás disfrutarlo más. Aún cuando en lo más
profundo de ti creas que no esta bien querer demasiado lo material, deberás
comenzar por darte el derecho de tenerlo para que después, puedas ser capaz de
sentirte sostenido sin todos esos haberes.
En lugar de creer que nadie se ocupa
de tí, te sugiero que comiences a hacer más demandas. No obstante, ten en cuenta
que no porque pidas algo los demás deben dártelo.
Es posible que algunas
personas con menor necesidad de tener no comprendan tus necesidades. Si te concedes el derecho de tener
esas necesidades, te será más facil explicarlas.
Para el dolor de la parte ALTA
de la espalda, de la cintura al cuello, necesitas dejar de creer que debes hacer
todo para asegurar el bienestar de los que te rodean.
Siempre serás del tipo de
persona a quien le gusta hacer cosas para los demás, pero debes cambiar tu
motivación. Cuando quieras hacer algo por alguién a quien quieres, hazlo con
amor, por el placer de agradar.
No tienes obligación de ser el sostén afectivo
de todo el mundo.
Además, acepta la idea de que los demás no piensen como tu, ni
que deban hacer todo para hacerte feliz. Pueden quererte aunque no hagan cosas
para ti o no respondan a tus expectativas. Por lo tanto, deberas aprender a
pedir, diciéndoles que necesitas que hagan para sentirte querido y un día,
cuando tu te quieras lo suficiente, ya no tendrás más necesidad de ello.
Bloqueo espiritual
Para conocer el bloqueo espiritual que
te impide responder a una necesidad importante
de tu SER, utiliza las preguntas
sugeridas.
Para precisar mejor la causa de tu problema fisico, hazte las
siguientes preguntas:
BLOQUEO FISICO:
Que adjetivos pueden describir mejor
lo que siento en mi cuerpo?.
Tu respuesta representará lo que sientes ante la
persona o la situación que ha desencadenado el mal.
BLOQUEO EMOCIONAL:
Que me impide realizar esta
enfermedad?.
Tus respuestas a esta pregunta representan el deseo o los deseos
bloqueados.
A que me obliga esta enfermedad?".
Retoma esta respuesta (o
respuestas) y agrega la palabra NO al principio de cada uno de ellas. Estas
frases representan tus deseos bloqueados.
BLOQUEO ESPIRITUAL:
Si me permitiera estos deseos, que
seria?
(Utiliza los deseos encontrados en la etapa anterior).
La respuesta a
esta pregunta corresponde a una necesidad profunda de tu ser, bloqueada por
alguna carencia.
BLOQUEO MENTAL:
Si en mi vida me permitiera ser...
(Repite la respuesta de la pregunta anterior),
que podria sucederme de
desagradable o de no aceptable?.
La respuesta a esta pregunta corresponde a la
creencia no benéfica, que bloquea tus deseos y te impide realizar tu necesidad,
creando así el problema físico.
Cuando conoces la creencia no benéfica o la
manera de pensar que te impide ser lo que quieres, lo primero que debes hacer
para transformarte, es permitirte haber tenido la necesidad de creerla,
estableciendo contacto con el niño que habita en ti, y que la creyó después
de haber experimentado un sufrimiento.
Después, pregúntate si todavía la
necesitas realmente para ser feliz.
Si la respuesta es afirmativa, ello es señal
de que todavía te es útil.
Tu eres quien gobierna tu vida, de modo que puedes
seguir creyendo en ella, pero debes saber que, al actuar así, obtendrás los
mismos resultados que has obtenido hasta ahora.
No esperes ningún cambio. Si
estas convencido de que ésta creencia todavía es cierta pero que el hecho de
creerla no te hace feliz, verifíca en tu interior si estás tan convencido de su
veracidad como hace algunos años.
Es muy probable que ahora lo creas mucho
menos.
Por lo tanto, estás en vias de sanar. Cuando en lo más profundo de
ti sabes que no quieres seguir creyendo la misma cosa, no te queda más que
realizar las acciones necesarias para manifestar tus deseos a fin de permitirte
ser lo que quieres ser.
Para concluir quiero repetir que la
curación solo puede realizarse en el momento en el que no se perdona. Esta etapa
tiene el poder de transformar no solo nuestro amor hacia nosotros mismos, sino
también el corazón y la sangre en nuestro cuerpo físico.
Esta sangre nueva,
reenergetizada por el influjo de éste amor reencontrado, es como un bálsamo que
circula por todo el cuerpo: a su paso transforma y rearmoniza las células.
Aún,
cuando intelectualmente te resulte dificil creerlo, que puedes perder con
probar?.
Estas son las etapas del
perdón verdadero:
1 Identifica tus emociones (a menudo
hay mas de una).
Toma consciencia de la acusación que te haces a ti mismo o que
le haces a otro, y de lo que ésta te hace sentir.
2 Asume tu responsabilidad.
Ser
responsable es reconocer que siempre tienes la opción de reaccionar con amor o
con miedo.
¿De que tienes miedo?
Date cuenta también de que tienes miedo de que
te acusen de tener miedo.
3) Acepta al otro y suéltate.
Para
lograr soltarte y aceptar al otro, ponte en su lugar y siente sus intenciones.
Acepta la idea de que la otra persona se acusa y te acusa probablemente de la
misma cosa que tu. Ella tiene el mismo miedo.
4) Perdónate.
Esta es la etapa más
importante del perdon.
Para realizarla, date el derecho de haber tenido y de
tener todavía miedo, creencias, debilidades y limites, que te hacen sufrir y
actuar.
Acéptate tal y como eres ahora, sabiendo que es temporal.
5) Ten el deseo de expresar el perdon.
A modo de preparación para la etapa seis,imagínate con la persona adecuada en el
acto de pedirle perdón por haberla juzgado, criticado o condenado.
Estarás listo
para hacerlo cuando la idea de compartir tu experiencia con dicha persona te
suscite un sentimiento de alegría y de liberación.
6) Ve a ver a la persona en cuestión.
Exprésale lo que has vivido y pídele perdón por haberla acusado o juzgado, y por
haber estado resentido con ella. Menciónale que la has perdonado solo si te lo
pregunta.
7) Haz el enlace con un cordón o una
decisión ante uno de tus progenitores.
Recuerda un acontecimiento similar que
ocurriera en tu pasado con una persona que representase a la autoridad: padre,
madre, abuelos, maestro, etc.
Generalmente será del mismo sexo que la persona
con la cual acabas de realizar el perdón. Vuelve a efectuar todas las etapas con
esta persona (la figura de autoridad).
Cuando la emoción sentida sea hacia ti
mismo, realiza los pasos 1, 2, 4 y 7.
Date el tiempo necesario para realizar el
proceso del perdón.
En cada etapa puede pasar un día o un año. Lo importante es
que tu deseo de lograrlo sea sincero. Cuando la herida es grande y profunda o el
ego se resiste, puede tomar más tiempo.
Si la etapa seis del proceso del perdón
te resulta dificil, debes saber que es el ego el que se resiste. Cuando piensas:
Por que ir a pedirle perdón por estar
resentido con el cuando fue él quien me ofendió?
Tengo toda la razón del mundo para
estar resentido!, es tu ego quien habla.
El deseo mas grande de tu corazon es
hacer la paz y sentir compasion por el otro. No te preocupes por la reaccion del
otro cuando vayas a pedirle perdon.
Respeta su reaccion y la tuya. Nadie en el
mundo puede saber lo que va a suceder.
Si al otro le cuesta trabajo recibir tu
petición de perdón, es que el mismo no puede perdonarse.
Aunque tu lo hayas
perdonado, no puedes hacerlo por él.
Deberá lograrlo por sí mismo.
No eres
responsable de su reacción, solo de la tuya. Por otro lado, el hecho de
perdonarte a tí mismo es un hermoso ejemplo para ayudar al otro a que también lo
consiga.
Recuerda que el hecho de perdonar a alguién no significa que estés de
acuerdo con la ofensa, sino que estás en vias de decir que, con los ojos del
corazón, has sido capazde ver más alla de la ofensa, de ver lo que pasaba en el
interior de la persona.
Gracias a este perdón podrás concederte más facilmente
el derecho de ser tu mismo, con tus sentimientos humanos.
Libro: "Obedece a tu cuerpo AMATE!.
Lise Bourbeau.