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La Cúrcuma Sana el Cáncer y no mata a los Pacientes....

Mejor que la quimio: la cúrcuma mata el cáncer y no a los pacientes ...

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viernes, 27 de febrero de 2015

Un Polifenol del aceite de oliva mata las células cancerosas

Un polifenol del aceite de oliva mata las células cancerosas, en menos de una hora.

El mecanismo de acción de este antioxidante se ha dilucidado por investigadores de Estados Unidos

http://buenasiembra.com.ar/salud/alimentacion/aceite-prensado-en-frio-230.html

Un poco de aceite de oliva virgen en una ensalada, parece algo insignificante, sin embargo siempre que sea de excelente calidad, este aceite vegetal contiene componentes valiosos, entre ellos el polifenol oleocantal (OC), cuya virtud es que sirve para matar las células cancerosas en menos de una hora, mediante un proceso que se ha dilucidado recientemente por un equipo de investigadores de la Universidad de Rutgers y el Hunter College de la City University de Nueva York (EE.UU.), cuyos resultados de la investigación se han publicado en la revista Molecular & Cellular Oncology.

El oleocantal es un compuesto antioxidante que se encuentra en el aceite de oliva virgen extra, siempre que haya permanecido bien conservado y obtenido por extracción en frío (por debajo de 27 °C). Esta molécula ya era conocida por inhibir la proliferación de ciertas células cancerosas en ratones, pero el mecanismo de actuación no se conocía en detalle.

Los investigadores, Onica LeGendre, Paul Breslin y David Foster, decidieron estudiar in vitro los efectos del OC en células cancerosas (próstata, mama, páncreas) y no cancerosas. Se encontró que las células cancerosas mueren, pero mucho más rápido de lo esperado.

Apoptosis, el suicidio de las células cancerosas

Las células que mueren sufren apoptosis, un tipo de suicidio, que dura de 16 a 24 horas. En presencia del OC las células cancerosas murieron en un plazo muy corto de tiempo, 30 minutos para la más rápida. La apoptosis, por tanto, no podía ser el único proceso responsable.

A través del análisis detallado de los factores celulares en  placa de Petri, los investigadores establecieron una hipótesis, Oleocantal penetra en las células cancerosas y destruye los lisosomas, unas pequeñas bolsas internas en las que se acumulan residuos. Los lisosomas son mayores en células cancerosas que en células normales y también son más frágiles.

El OC daña visiblemente la membrana de estas bolsas mediante la inhibición de una enzima, por lo que las funciones celulares comienzan a fallar y la célula muere. Mientras que las células sanas, permanecen intactas. "Atacar la estabilidad de la membrana lisosomal representa un nuevo enfoque para inducir la muerte de células cancerosas", concluyen los autores.

Más de 2 litros de aceite de oliva

Para lograr una medicina contra el cáncer a partir del aceite de oliva, hay un gran trecho que los investigadores no han franqueado. En primer lugar este estudio cubre los cultivos de células aisladas, muy alejados de la complejidad de un organismo multicelular.

Y además haciendo cálculos: En un aceite de oliva virgen extra de alta calidad, el oleocantal está a una concentración de aproximadamente 0,2 mg/ml, dosis que muestra efecto contra el cáncer en ratones, según estudios previos se precisa administrar 0,15 mg por ratón. Así, una persona de 90 kg (el equivalente a 3000 ratones) debería consumir 450 mg de OC para obtener la misma dosis eficaz, lo que equivale a beber 2,25 litros de aceite de oliva.

La dosis utilizada en los ensayos con ratones es muy elevada pero es razonable pensar que una exposición continua a diario de oleocantal, a lo largo de la vida podría tener un efecto considerable a los niveles observados. Como es habitual en este tipo de investigaciones, se llega a la conclusión: "se necesitan más ensayos y estudios en animales y humanos". fuente

MAS INFO:
http://buenasiembra.com.ar/salud/alimentacion/el-aceite-de-oliva-recien-prensado-alivia-el-dolor-520.html

martes, 2 de diciembre de 2014

Una Receta anti cáncer, sencilla y efectiva...

Es el turno para ver una receta anti cáncer a base de té verde, cúrcuma entre otros ingredientes que gracias a su poder alcalino y desintoxicante no solo va a ayudar a prevenir el cáncer sino a ayudar a curarlo en el caso de que la enfermedad ya se haya manifestado.

Receta anti cáncer con limón y cúrcuma

Lo primero vamos a ver cuáles son los ingredientes y la forma de elaborarlo para después hablar de las propiedades nutritivas de cada uno de sus componentes.


Ingredientes


1 Cucharadita de té verde Sencha

1 Trocito de cúrcuma fresca o una cucharadita de cúrcuma en polvo

La piel de un limón

1 Taza de agua

1 Pizca de pimienta




Elaboración


Colocamos todos los ingredientes en una tetera a excepción del agua. Se caliente el agua hasta que empiece a burbujear pero sin llegar a hervir y la echamos en la tetera.

Dejamos que infusione durante 8 minutos y después lo colamos.

Esta infusión se debe de beber todas las mañanas en ayunas que es cuando el organismo mejor va absorber y aprovechar todos los nutrientes.


Propiedades de los ingredientes

 El té verde tiene propiedades anticancerígenas poderosas siendo rico en Epigalocatequina-3-galato (EGCG) que es un gran antiangiogénico induciendo a la apoptosis o suicidio de las células tumorosas.

Esta receta anti cáncer también tiene efectos diuréticos gracias al té verde, que además se ven potenciados por los de la cáscara del limón que además por su parte es un excelente antioxidante y contiene mucha vitamina C que es una vitamina anticancerígena como ninguna.

La cúrcuma de la cual ya hemos hablado en este blog es un alimento antiinflamatorio además de que inhibe la angiogénesis.

Por si fuera poco las propiedades anticancerígenas de estos alimentos se ven aun más potenciadas al añadir la pimienta, especie de la cual son muy conocidos por los estudios sus propiedades antitumorales.




miércoles, 19 de noviembre de 2014

Alimentos Altamente Anti-cancerígenos...

a naturaleza nos ofrece una serie de alimentos con grandes propiedades medicinales para tratar y prevenir un sin fin de enfermedades y hoy vemos en este post los 5 alimentos más anticancerígenos que podemos consumir para protegernos frente a esta y frente a muchas otras enfermedades diferentes.

5 Alimentos Altamente Anti-cancerígenos

1. El apio

La apinegina presente en el apio según se ha demostrado científicamente es una sustancia altamente anti-cancerígena, así que tenemos en el apio el primero de los alimentos anticancerígenos, siendo muy efectivo en cánceres de mama.

Esta sustancia provoca la muerte celular de las células enfermas y evita su proliferación acabando con el tumor.

Como bien dijo el investigador Hyder Salmón, las compañías farmacéuticas y la industria alimentaria siempre hacen lo imposible para que no tengamos estos conocimientos, pues obviamente nunca puede ser rentable algo tan económico y poderoso para curar.


2. El brócoli



El brócoli es un vegetal que es altamente alcalino y está comprobado que en un medio alcalino las células de cáncer no pueden prosperar.

Los estudios demuestran que el sulforafano que contiene el brócoli es una sustancia natural que actúa contra el cáncer de forma mucho más eficaz que la quimioterapia y sin causar destrozos y acidez en el organismo como lo hace esta.

Por su parte los isotiocianatos que contiene este vegetal frenan el proceso de proliferación de las células tumorosas en el inicio de la enfermedad, impidiendo que se manifieste cáncer de diferentes tipos.


3. La cúrcuma


Una especia utilizada mucho en la India y cuyos estudios nos indican que resulta ser un alimento que previene de manera natural el cáncer en muchas de sus manifestaciones.

Tiene propiedades anti-angiogénesis, frenando la progresión de la metástasis y provocando la muerte de las células cancerosas.

La cúrcuma es otro alimento altamente alcalino que no debería de faltar en una dieta saludable bajo nuestro punto de vista.


4. El limón



Podíamos pensar que el limón tiene un efecto ácido en el organismo, ya que es un alimento con sabor ácido, pero nada más lejos de la realidad, ya que el limón en el organismo tiene un efecto altamente alcalino.

El limón es uno de los alimentos más anticancerígenos y además de eso se le atribuyen muchísimas más propiedades.
Junto con bicarbonato de sodio, se consigue un remedio natural para no solo prevenir el cáncer sino también para curarlo (esto es algo que han experimentado muchas personas)


5. El aloe vera

Las propiedades del aloe vera son conocidas por ser sobre todo buenas para la piel, pero no todo el mundo conoce sus propiedades para prevenir la aparición de tumores y también para acabar con ellos.

El gel del aloe vera es mucho más efectivo contra el cáncer de lo que pueden ser los tratamientos fraudulentos como la quimioterapia.

En el caso de desear tomar el gel hay que empezar con poca cantidad hasta que uno lo vaya tolerando cada vez mejor.

Es algo que depende de cada persona. Fuente

MAS INFO: http://buenasiembra.com.ar/salud/terapias-alternativas/index.html

jueves, 6 de noviembre de 2014

Para Reducir los Tumores, Cataplasmas con Fitoterapia ...

complementarios o naturales contra los tumores están loscataplasmas a base de plantas medicinales que en algunos casos ayudan a reducir el tumor.



Cataplasma con fitoterapia para reducir los tumores
En algunos casos lo que sucederá es que el tumor se reblandece y se hace que otros tratamientos tengan más efecto sobre dicho tumor.
Como decimos no importa que una persona se esté sometiendo a quimioterapia o a otro tratamiento de la medicina convencional ya que el cataplasma no tiene efectos secundarios en ningún aspecto.

 El cataplasma natural


Entre las plantas medicinales con grandes propiedades medicinales tenemos la cola de caballo, que según el señor Kneipp, uno de los pioneros de la medicina natural, es una planta con propiedades para frenar el desarrollo de toda clase.
Los cataplasmas de cola de caballo ayudan frente a los tumores y ahora vamos a ver la forma de preparar este clatapasma.
Las cataplasmas al vapor de Cola de caballo son una excelente ayuda contra toda clase de tumores.
Se pone agua a hervir en una olla y se coloca un colador o bien un escurridor grande en el que se echan 2 puñados de cola de caballo y se mantiene todo en el fuego tapado.
Después de unos 5 minutos se envuelve la cola de caballo que ya está caliente y blanda en un trapo que sea de tela delgada. Este trapo se aplica en la zona del tumor cuando esté caliente pero sin que llegue a quemar.
Se puede sujetar el trapo con la ayuda de una venda o algo así para que quede bien sujeto al área deseada.
Lo mejor es aplicar el cataplasma por las mañanas durante 2 horas. Lo ideal es que 2 horas antes de levantarnos de la cama se aplique.
Después se vuelve a aplicar el cataplasma por la tarde durante otras 2 horas y por la noche, cuando nos vayamos a la cama volvemos a aplicarlo y nos podemos dormir con él puesto sin problemas.
Es importante que la persona se encuentre caliente y nunca con frío y por eso entre otras cosas siempre que se puede lo mejor es aplicarlo en la cama.


 Acompañamiento para el cataplasma


El cataplasma ayuda a muchas personas a reducir el tumor pero además se pueden y de hecho se recomiendan tomar infusiones de cola de caballo.
Se pueden tomar hasta 3 infusiones al día, siendo 30 minutos antes de las comidas principales el mejor momento para hacerlo.
En combinación con esta infusión, a lo largo del día se recomienda beber otra infusión que consta de 4 plantas naturales.
Estas plantas se combinan para obtener una infusión con propiedades antitumorales y consta de las siguientes plantas:
  • Milenrama
  • Ortiga
  • Maravilla
  • Cola de caballo
Para elaborarla ponemos a hervir la cantidad de 7 vasos de agua y cuando rompa a hervir echamos 3 cucharadas de Milenrama, otras 3 cucharadas de Ortiga y 9 cucharaditas de Maravilla,  y cola de caballo, un puñado.
Se baja el fuego en cuanto echemos las plantas porque no queremos que ierva fuerte y lo dejamos en el fuego durante 5 minutos.Después apagamos el fuego y retiramos dejando que repose otros 5 minutos.
De esta infusión especial beberemos 6 vasos entre horas, que distribuiremos a lo largo del día.

MAS INFO: http://buenasiembra.com.ar/salud/terapias-alternativas/fangoterapia-108.html

martes, 14 de octubre de 2014

Jugo Anticancerígeno que Ayudará a Prevenirlo...


Jugo anticancerígeno con jengibre

Ingredientes:

-5 Manzanas
-4 zanahorias
-1 Trozo de jengibre (tamaño de una nuez)


La elaboración:


Se lavan bien las manzanas y las zanahorias pero sin sacarlas la piel. Solo se quitan los rabos.

Con la ayuda de un pelador o un cuchillo pelamos el jengibre. El jengibre podemos prepararle de 2 formas:

Echarlo sin más en la licuadora con la fruta

Rallarlo y haciendo el jugo con esa ralladura y estrujándola ya que así el jengibre aportará un sabor más suave.Se licua todo y ya está listo para tomar.


Este jugo de fruta y vegetales tiene las siguientes propiedades:


-Es energizante
-Reconstituyente
-Vigorizante
-Relajante
-Depurativo
-Antioxidante
-Antiinflamatorio
-Anticancerígeno


El jengibre es el alimento más anticancerígeno de los ingredientes que conforman este jugo puesto que al consumirse sus propiedades inducen al suicidio de las células cancerígenas o lo que es lo mismo induce a la apoptosis.

Su sabor puede resultar fuerte para algunos y mezclado con la zanahoria y la manzana además de potenciarse sus propiedades se consigue un jugo rico y muy nutritivo.

La fruta sobre todo conviene comerla entre horas y la mejor hora del día para tomar este jugo es en ayunas.

Este jugo está cargado de vitaminas, enzimas y betacarotenos que nos protegen frente a enfermedades como el cáncer, la diabetes, los problemas cardiovasculares etc…

Recordemos que los jugos de frutas y de vegetales nos aportan alcalinidad y en un organismo alcalino las células del cáncer no pueden proliferar.

Puedes ver más información de este tipo en el blog curacancernatural.org

MAS INFO:
http://buenasiembra.com.ar/salud/alimentacion/macrobiotica/la-medicina-natural-ayuda-a-combatir-el-cancer-1125.html

viernes, 7 de marzo de 2014

El Ajo y el Cáncer

Sin lugar a dudas el ajo es uno de los alimentos con más propiedades medicinales que existen, e incluso las evidencias lo vuelven un peso pesado en la lucha contra el cáncer, sea en la prevención o, en el marco de una estrategia integral, el tratamiento del mismo. 




Algunas investigaciones han determinado que menos de un diente de ajo al día reduce el riesgo de cáncer de próstata en un 50%, y disminuye significativamente el riesgo de contraer cáncer de estómago, cáncer de esófago, cáncer de mama, y cáncer de colon.

También se ha verificado que cuanto mayor es la cantidad de ajo crudo o cocido consumido menor es el riesgo de cáncer de estómago o colorectal. 


En el estudio prospectivo europeo sobre cáncer y nutrición (EPIC), una investigación que involucra a hombres y mujeres de 10 países diferentes, vinculó un mayor consumo de la cebolla y el ajo se asociaron con un menor riesgo de cáncer intestinal. 

 Un estudio francés verificó que el aumento de consumo de ajo, cebolla y fibras, iba hermanado a una reducción estadísticamente significativa en el riesgo de cáncer de mama.

Algo muy importante a tener en cuenta es que la capacidad del ajo para combatir el cáncer depende de la forma en que este se prepara.

En la cocina, la mejor manera de mantener las propiedades anticancerígenas del ajo es picarlo o triturarlo, y luego dejarlo reposar durante al menos 10-15 minutos antes de ser consumido en crudo o cocido.

Al romper el ajo se liberan compuestos de sulfuro de alilo que luchan contra las enfermedades y si lo calentamos inmediatamente después de cortarlo se inactiva una de las enzimas más cruciales para que este benéfico proceso ocurra; en razón de ello, tradicionalmente se han recomendado variedades de ajo añejado o macerado.

Incluso, si cocinamos el ajo a un fuego suave incluso hasta 10 minutos después de picarlo, estos benefciosos compuestos no se destruirán.

 ¡Universos de Bendiciones para que vivas cada día mejor!

 Pablo de la IglesiaNaturópata-


MAS INFO: http://buenasiembra.com.ar/salud/alimentacion/el-ajo-el-azafran-para-combatir-las-enfermedades-1403.html

viernes, 22 de noviembre de 2013

Los Superalimentos Anti-Cáncer.

10 superalimentos anti-cáncer


Si se consumen con regularidad, algunos nutrientes pueden reducir el riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer. Cuáles son y cómo incorporarlos en la dieta.


El Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (WCRF) estima que alrededor del 34% de los cánceres se originan en los hábitos y el estilo de vida, incluyendo la dieta.

Pero la buena noticia es que numerosos estudios identificaron varios alimentos que pueden ayudar a combatir la enfermedad. El sitio ivillage.com los agrupó en un listado:


Alimentos

1) Brócoli


Protege de: varios tipos de cáncer, incluidos los de mama, pulmón, colon, próstata y vejiga.

Por qué funciona: se cree que el sabor ligeramente amargo del brócoli, los repollitos de Bruselas y la coliflor está relacionado con ciertos “poderes” anti-cáncer.

 En estudios de laboratorio, los químicos isotiocianatos y glucosinolatos demostraron interferir con la progresión de la enfermedad.


2) Té verde

Protege de: muchos tipos de cánceres, incluidos los de estómago, vejiga y colon.

Por qué funciona: contiene EGCG, un potente antioxidante que puede detener el daño a nivel genético y que, en estudios con animales, demostró limitar la formación de tumores.

 El té verde es más bajo en cafeína que el té negro o el café, pero si se toma en grandes cantidades puede causar problemas como náuseas y dificultad para dormir.

3) Ajo

Protege de: varios tipos de cáncer, incluidos los de estómago, colon, boca y garganta.

Por qué funciona: los compuestos que generan el olor característico del ajo son potentes agentes anti-cáncer.

Para obtener su máximo rendimiento hay que cortar o aplastar el diente y comerlo crudo o apenas cocido. Todos los alimentos de la familia de la cebolla, incluidos los puerros y los echalotes, brindan beneficios similares.

4) Tofu
Protege de: cánceres de mama y próstata.

Por qué funciona:
las isoflavonas contenidas en los granos de soja pueden ayudar a bloquear los efectos de los estrógenos más fuertes, lo que reduciría el riesgo de padecer cánceres relacionados con hormonas.

Otros alimentos de soja también ofrecen protección, pero si está muy procesada (como en los suplementos) no ha demostrado ser eficaz.

5) Pescados grasos

Protegen de: cáncer de próstata.


Por qué funcionan: los ácidos grasos omega-3 contenidos en pescados como el salmón, la caballa y el atún pueden ser aliados de la salud masculina. Tienen propiedades anti-inflamatorias que reducirían el riesgo de sufrir cáncer de próstata.

6) Cereales de granos enteros

Protegen de: cáncer de mama y de colon.


Por qué funcionan: los granos enteros son ricos en compuestos que se han relacionado con un menor riesgo de tener cáncer. Estos “poderes” se encuentran en el salvado, la avena y la granola. Lo mejor: elegir versiones bajas en sal y en azúcar.

7) Yogurt
Protege de: cáncer de mama y de colon.

Por qué funciona: los probióticos, bacterias beneficiosas que se encuentran en el yogurt, promueven la salud digestiva y pueden aumentar el rendimiento del sistema inmunológico.

En estudios realizados en animales, su ingesta regular demostró aumentar los niveles de componentes anti-cáncer, como el interferón.

8) Naranjas y zanahorias

Protegen de:
cáncer de pulmón, entre otros.

Por qué funcionan: las naranjas y las zanahorias son ricas, respectivamente, en vitamina C y antioxidantes betacarotenos.

Los antioxidantes ayudan a neutralizar los radicales libres, moléculas que causan daños que pueden generar cáncer. Conviene incorporarlos directamente de las frutas o verduras, ya que tomarlos en forma de suplementos no ha demostrado tener efectos protectores.

9) Semillas de lino

Protegen de:
cáncer de mama y colon.

Por qué funcionan: contienen lignanos, estrógenos vegetales que pueden alterar el metabolismo de los estrógenos naturales y proteger contra el cáncer de mama.

Además, estudios de laboratorio sugieren que algunos de sus componentes (los lignanos, los ácidos grasos omega-3 y la fibra) ayudarían a prevenir el cáncer de colon.

10) Salsa de tomate

Protege de: varios tipos de cáncer, incluido el de próstata.

Por qué funciona: contiene licopeno, un potente limpiador de radicales libres. Por eso, los hombres que consumen muchos productos con tomate tendrían un riesgo menor de sufrir cáncer de próstata.

Curiosamente, los efectos son mucho mayores cuando los tomates se han cocinado (y se preparan, por ejemplo, en salsas) que cuando se comen crudos. fuente

MAS INFO:
 http://buenasiembra.com.ar/salud/alimentacion/macrobiotica/%C2%BFpor-que-sana-la-dieta-macrobiotica-1448.html

miércoles, 17 de julio de 2013

El Cáncer, y los Remedios Caseros.


Remedios caseros para el cáncer


El cáncer es una enfermedad cada vez más común, y aunque hoy en día en muchos casos se puede curar, la tasa de mortalidad sigue siendo bastante elevada.

Muchas personas no creen que sea suficiente con la quimioterapia, la radioterapia y otras terapias convencionales, y por eso acuden a remedios caseros para el cáncer. La variedad de remedios caseros para el cáncer es inmensa, y va desde el consumo de ciertos alimentos hasta algunas hierbas específicas.


Remedios-caseros-para-el-cancer-2.jpg 


Hay variedad de alimentos que pueden prevenir y detener el cáncer, ya que una correcta alimentación permite tener un sistema inmunológico fuerte que nos proteja de las enfermedades.

Entre los alimentos para prevenir el cáncer tenemos el brócoli para el cáncer colorrectal, por sus propiedades antioxidantes y sus enzimas que ayudan a desintoxicar el cuerpo.

Por su parte, las uvas tienen un compuesto que minimiza la producción de estrógenos en el cuerpo, lo que reduce las posibilidades de contraer cáncer de pulmón, próstata, colon y mama.

El té verde en hebras -no preparado ya en saquitos- ayuda a luchar contra el cáncer de mama, próstata, hígado, páncreas y piel.

Y el tomate, la guayaba, la papaya, los albaricoques y la sandía tienen compuestos antioxidantes que luchan contra los radicales libres que estimulan la división celular, lo que ayuda a que el cáncer crezca rápidamente.



Existen diversas hierbas para curar el cáncer, aunque no todas son útiles para todos los tipos de cáncer, lo cual es bueno a tener en cuenta antes de seguir un remedio casero equivocado.

Por ejemplo, el polvo de raíz de diente de león es muy útil para curar el cáncer de próstata, de colon, de mama, de hígado y de pulmón.

Se debe tomar entre cuatro y seis meses, y ofrece grandes resultados.

Para hacer un remedio eficaz, debemos tener raíces frescas, cortar las hojas por debajo de la corona y debemos dejarlas secar a 100 grados -debajo de una bombilla es ideal, y tarda 5 días aproximadamente-.

Luego se hace un polvo de estas raíces. Mezclamos media cucharadita cada día en un vaso de algún líquido -agua, jugo de frutas-, evitando bebidas alcohólicas o calientes.

Otras hierbas y plantas que pueden ser útiles son el ginseng, la mirra, el aloe vera,


Otros remedios naturales


Uno de los remedios caseros para el cáncer más polémico fue el que combina el bicarbonato de sodio con el jarabe de arce.

 Esto llevó a que Jim Kelmun esté condenado a prisión por dispensar este remedio, aunque las personas que lo han probado han actuado contra esta decisión.

La mezcla es de una parte de bicarbonato con tres partes de jarabe de arce, agitar bien, calentar durante cinco minutos. Con una cucharadita al día será suficiente para detener y eliminar el cáncer, según personas que han consumido este remedio, muchas de ellas terminales.

Estos son algunos remedios caseros para el cáncer. Como bien dije, ninguno está probado científicamente, y además, no todos sirven para los mismos tipos de cáncer.

Por esta razón, si queremos tener un tratamiento eficaz lo mejor es consultar con un médico experto todas las posibilidades.

¿Tú has probado remedios caseros para luchar contra el cáncer? fuente

MAS INFO: http://buenasiembra.com.ar/salud/alimentacion/macrobiotica/la-medicina-natural-ayuda-a-combatir-el-cancer-1125.html

jueves, 11 de julio de 2013

Las Nueces Contra el Cáncer de Próstata.

Nueces contra el cáncer de próstata


Científicos de la Universidad de California-Davis han demostrado por primera vez que las nueces reducen el tamaño y la tasa de crecimiento del cáncer de próstata en animales. Los resultados de su estudio se han hecho públicos durante la reunión nacional de la Sociedad Química Americana que se celebra esta semana en San Francisco (Estados Unidos).

Las nueces son una fuente rica en sustancias saludables, incluyendo los ácidos grasos omega 3, que se encuentran también en alimentos más caros como el salmón; los tocoferoles gamma, una forma de vitamina E; los polifenoles y los antioxidantes.

Según explica Paul Davis, director de la investigación, "las nueces deben formar parte de una dieta saludable para la próstata, una dieta equilibrada que incluya muchas frutas y vegetales". De hecho, los estudios señalan que los tomates y el zumo de pomelo también reducen el riesgo de sufrir cáncer de próstata.

Los científicos mostraron recientemente que las nueces podían combatir la enfermedad cardiaca al reducir los niveles de endotelina, una sustancia que aumenta la inflamación de los vasos sanguíneos. Este efecto se añadía al de la reducción de los niveles en sangre de colesterol 'malo', colesterol de lipoproteínas de baja densidad o LDL.  Dado que las personas con cáncer de próstata tienen niveles elevados de endotelina, los científicos decidieron probar si el consumo de nueces podría ser beneficioso en el cáncer de próstata.

Davis y su equipo alimentaron a ratones de laboratorio, programados genéticamente para desarrollar cáncer de próstata, con el equivalente a 14 nueces peladas diarias durante dos meses. Un grupo control de ratones siguió la misma dieta pero con aceite de soja.  Los ratones alimentados con las nueces desarrollaron cánceres de próstata que eran un 50 por ciento más pequeños que los de los ratones control. Estos cánceres también crecieron un 30 por ciento más lentos.

Por si esto fuera poco, análisis genéticos mostraron que las nueces también tenían grandes efectos beneficioso sobre los genes que participaban en el control del crecimiento tumoral. Así es.

Científicos de la Universidad de California-Davis han demostrado por primera vez que las nueces reducen el tamaño y la tas
a de crecimiento del cáncer de próstata en animales. 

Los resultados de su estudio se han hecho públicos durante la reunión nacional de la Sociedad Química Americana que se celebra esta semana en San Francisco (Estados Unidos).

Las nueces son una fuente rica en sustancias saludables, incluyendo los ácidos grasos omega 3, que se encuentran también en alimentos más caros como el salmón; los tocoferoles gamma, una forma de vitamina E; los polifenoles y los antioxidantes.

Según explica Paul Davis, director de la investigación, "las nueces deben formar parte de una dieta saludable para la próstata, una dieta equilibrada que incluya muchas frutas y vegetales". De hecho, los estudios señalan que los tomates y el zumo de pomelo también reducen el riesgo de sufrir cáncer de próstata.

Los científicos mostraron recientemente que las nueces podían combatir la enfermedad cardíaca al reducir los niveles de endotelina, una sustancia que aumenta la inflamación de los vasos sanguíneos. Este efecto se añadía al de la reducción de los niveles en sangre de colesterol 'malo', colesterol de lipoproteínas de baja densidad o LDL.

 Dado que las personas con cáncer de próstata tienen niveles elevados de endotelina, los científicos decidieron probar si el consumo de nueces podría ser beneficioso en el cáncer de próstata.

Davis y su equipo alimentaron a ratones de laboratorio, programados genéticamente para desarrollar cáncer de próstata, con el equivalente a 14 nueces peladas diarias durante dos meses. Un grupo control de ratones siguió la misma dieta pero con aceite de soja. Los ratones alimentados con las nueces desarrollaron cánceres de próstata que eran un 50 por ciento más pequeños que los de los ratones control. Estos cánceres también crecieron un 30 por ciento más lentos.

Por si esto fuera poco, análisis genéticos mostraron que las nueces también tenían grandes efectos beneficioso sobre los genes que participaban en el control del crecimiento tumoral. Así es.

Asesoria Nutricional Marta Costas compartió la foto de Naturista Alfonso Martinez.

MAS INFO: http://buenasiembra.com.ar/salud/alimentacion/alimentacion-cancer-de-prostata-412.html

viernes, 19 de abril de 2013

El Cáncer se Alimenta de Azúcar.

EL CANCER SE ALIMENTA DE AZUCAR: 
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Por su metabolismo anaeróbico, el cáncer consume primariamente glucosa. Debido a su ineficiencia para usarla, los cánceres tienen un apetito voraz por la glucosa. Es por esto que el exceso de consumo de azúcares tiende a promover el crecimiento del cáncer. La Stevia es el edulcorante ideal para casos de cáncer y apto para todo tipo de persona.



Es sorprendente observar que la Medicina Convencional en el área de la Oncología no considera dentro de un Plan de Tratamiento Integral, este simple concepto: "El Cáncer se alimenta de Azúcar". Como tampoco se les ofrece una terapia de nutrición con base científica, más allá de recomendarle a los pacientes "alimentos saludables". La mayoría de los pacientes reciben poca o nada "Asesoría nutricional" la que debe ser en particular destinada a la lucha contra el cáncer. Eso quiere decir por un lado hacer un terreno lo menos propicio para que la célula cancerígena se desarrolle o se disemine y por el otro fortalecer el sistema inmunológico de manera que sea el propio organismo que se defienda y destruya el cáncer.



Las células cancerígenas consumen 3 a 4 veces más glucosa que las normales, pero ésta glucosa no se transforma en ATP (Energía) sino que fermenta en la célula, produciendo "ácido láctico" como desecho, así el tumor tiene un ph más ácido, terreno fértil para su desarrollo, así les confiere la propiedad por un lado de ser más agresivas y más resistente a los tratamientos y por otro este ineficiente proceso de metabolismo energético hace que el cáncer desperdicie energía y el paciente se siente fatigado, cansado y mal nutrido. Esta es una de las razones del por qué el 40% de los pacientes de cáncer mueren por malnutrición y caquexia.



De ahí que las terapias contra el cáncer deben regular los niveles de Glucosa a través de la dieta, suplementos nutricionales y una orientación profesional acompañada de al autodisciplina del paciente. El objetivo no es eliminar azúcares o carbohidratos completamente de la dieta sino mantener los niveles de glucosa en unos márgenes estrechos para conseguir matar de inanición al cáncer y fortalecer el Sistema Inmunológico.



En este aspecto la ingesta de azúcar debe ser eliminada, sumado a que la azúcar blanca es una sustancia tan adictiva como las drogas, que provoca estragos en el organismo. Cuando consumimos azúcar el sistema inmunológico se debilita durante 6 horas, situación bastante amenazante para el paciente con Cáncer, que ya tiene su sistema inmunológico bastante deprimido, sumado a que el azúcar blanca no nos aporta nada nutritivo, por el contrario, roba vitaminas y minerales principalmente del grupo B, tan necesarias para el paciente con cáncer.



Una de las alternativas desarrolladas por la industria para reemplazar el azúcar ha sido la “Fructosa” sin embargo se ha comprobado que esta aunque se denomine igual que la fructosa de la fruta, no es tal, es un químico y que el cuerpo no la metaboliza como la fructosa natural, porque la considera como extraña.



¿LA SOLUCIÓN ES SUSTITUIR EL AZÚCAR POR ENDULZANTES ARTIFICIALES?





LA SUCRALOSA: Es básicamente azúcar clorada y por lo tanto presenta muchos de los riesgos del cloro. Las dioxinas son un subproducto del procesado del cloro, un carcinógeno muy potente 300.000 veces más que el pesticida DDT (diclorodifeniltricloroetano).



LA SACARINA: También es un cancerígeno, que ha sido prohibido en muchos países en el mundo.



EL ASPARTAMO: Sin duda el más nocivo de los edulcorantes Produce alteraciones a nivel Sistema Nervioso Central, Hepático etc. Tumores en el cerebro, esclerosis múltiple, Lupus epilepsia, síndrome de fatiga crónica, el mal de Parkinson, Alzheimer, linfomas, defectos de nacimiento, fibromialgia y diabetes, entre otras.



Y por increíble que parezca de hecho los edulcorantes artificiales engordan y son iguales de perjudiciales que el azúcar para los diabéticos. Considerando además que existe una estrecha relación entre Diabetes y Cáncer. Lo que ha sido demostrado por varios estudios los cuales han revelado desde hace tiempo la relación que existe entre la Diabetes y el riesgo aumentado de padecer Cáncer, (páncreas, cólon, hígado y otros cánceres) como también la relación en el aumento del avance del Cáncer y la mortalidad en los pacientes diabéticos. Frente a toda esta problemática ¿cuál es la solución para endulzar nuestros alimentos y no dañar el organismo? La respuesta es que ahora lo podemos hacer de una forma natural y además que nos beneficie con un producto maravilloso, se llama STEVIA.
EL CANCER SE ALIMENTA DE AZUCAR
 Por su metabolismo anaeróbico, el cáncer consume primariamente glucosa. Debido a su ineficiencia para usarla, los cánceres tienen un apetito voraz por la glucosa. Es por esto que el exceso de consumo de azúcares tiende a promover el crecimiento del cáncer.

La Stevia es el edulcorante ideal
para casos de cáncer y apto para todo tipo de persona.

Es sorprendente observar que la Medicina Convencional en el área de la Oncología no considera dentro de un Plan de Tratamiento Integral, este simple concepto: "El Cáncer se alimenta de Azúcar".

Como tampoco se les ofrece una terapia de nutrición con base científica, más allá de recomendarle a los pacientes "alimentos saludables". La mayoría de los pacientes reciben poca o nada "Asesoría nutricional" la que debe ser en particular destinada a la lucha contra el cáncer.

Eso quiere decir por un lado hacer un terreno lo menos propicio para que la célula cancerígena se desarrolle o se disemine y por el otro fortalecer el sistema inmunológico de manera que sea el propio organismo que se defienda y destruya el cáncer.

Las células cancerígenas consumen 3 a 4 veces más glucosa que las normales, pero ésta glucosa no se transforma en ATP (Energía) sino que fermenta en la célula, produciendo "ácido láctico" como desecho, así el tumor tiene un ph más ácido, terreno fértil para su desarrollo, así les confiere la propiedad por un lado de ser más agresivas y más resistente a los tratamientos y por otro este ineficiente proceso de metabolismo energético hace que el cáncer desperdicie energía y el paciente se siente fatigado, cansado y mal nutrido.

Esta es una de las razones del por qué el 40% de los pacientes de cáncer mueren por malnutrición y caquexia.

De ahí que las terapias contra el cáncer deben regular los niveles de Glucosa a través de la dieta, suplementos nutricionales y una orientación profesional acompañada de al autodisciplina del paciente.

El objetivo no es eliminar azúcares o carbohidratos completamente de la dieta sino mantener los niveles de glucosa en unos márgenes estrechos para conseguir matar de inanición al cáncer y fortalecer el Sistema Inmunológico.

En este aspecto la ingesta de azúcar debe ser eliminada, sumado a que la azúcar blanca es una sustancia tan adictiva como las drogas, que provoca estragos en el organismo.

Cuando consumimos azúcar el sistema inmunológico se debilita durante 6 horas, situación bastante amenazante para el paciente con Cáncer, que ya tiene su sistema inmunológico bastante deprimido, sumado a que el azúcar blanca no nos aporta nada nutritivo, por el contrario, roba vitaminas y minerales principalmente del grupo B, tan necesarias para el paciente con cáncer.

Una de las alternativas desarrolladas por la industria para reemplazar el azúcar ha sido la “Fructosa” sin embargo se ha comprobado que esta aunque se denomine igual que la fructosa de la fruta, no es tal, es un químico y que el cuerpo no la metaboliza como la fructosa natural, porque la considera como extraña.


¿LA SOLUCIÓN ES SUSTITUIR EL AZÚCAR POR ENDULZANTES ARTIFICIALES?

LA SUCRALOSA:

Es básicamente azúcar clorada y por lo tanto presenta muchos de los riesgos del cloro. Las dioxinas son un subproducto del procesado del cloro, un carcinógeno muy potente 300.000 veces más que el pesticida DDT (diclorodifeniltricloroetano).


LA SACARINA:
También es un cancerígeno, que ha sido prohibido en muchos países en el mundo.


EL ASPARTAMO:
Sin duda el más nocivo de los edulcorantes Produce alteraciones a nivel Sistema Nervioso Central, Hepático etc. Tumores en el cerebro, esclerosis múltiple, Lupus epilepsia, síndrome de fatiga crónica, el mal de Parkinson, Alzheimer, linfomas, defectos de nacimiento, fibromialgia y diabetes, entre otras.

Y por increíble que parezca de hecho los edulcorantes artificiales engordan y son iguales de perjudiciales que el azúcar para los diabéticos.

Considerando además que existe una estrecha relación entre Diabetes y Cáncer. Lo que ha sido demostrado por varios estudios los cuales han revelado desde hace tiempo la relación que existe entre la Diabetes y el riesgo aumentado de padecer Cáncer, (páncreas, cólon, hígado y otros cánceres) como también la relación en el aumento del avance del Cáncer y la mortalidad en los pacientes diabéticos.

Frente a toda esta problemática ¿cuál es la solución para endulzar nuestros alimentos y no dañar el organismo? La respuesta es que ahora lo podemos hacer de una forma natural y además que nos beneficie con un producto maravilloso, se llama STEVIA.


MAS INFO: http://buenasiembra.com.ar/salud/articulos/el-azucar-una-droga-mas-1363.html

sábado, 23 de febrero de 2013

Cómo Afrontar el Cáncer de Manera Holística.

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  • “Para solucionar un problema, primero hay que entenderlo”

    Ex oncólogo pediátrico, el Dr. Alberto Martí Bosch dictó en el III Congreso Internacional sobre Tratamientos Complementarios y Alternativos en Cáncer que acaba de celebrarse, una magistral ponencia en la que situó como elementos fundamentales -no únicos- del tratamiento de cualquier enfermedad -cáncer incluido- una alimentación cuya base sean las verduras y las frutas, una dieta hiposódica, una desintoxicación profunda del organismo usando básicamente infusiones de hierbas y baños calientes con sal marina; tratamiento que aún se puede complementar con otras terapias dependiendo de cada situación particular. Hemos hablado de ello con él.

    Los seres humanos afrontamos desde hace unas décadas las llamadas “enfermedades” como una auténtica guerra que hay que librar contra sus “responsables”, agresores externos (bacterias, virus, hongos, parásitos, priones…) a los que hay que combatir.

    Y por eso los médicos utilizan hoy un lenguaje eminentemente bélico y hablan de “librar combates”, de hacer la “guerra a la enfermedad”, de “enemigos a combatir”, de “ataques” -sistémicos o localizados-, de “victorias” y “derrotas. Y por razones obvias otro tanto pasa con el lenguaje con el que se describen las técnicas “médicas” –por eso hablan de cortar, quemar, destruir, bloquear, eliminar…- así como de las ”armas” para hacerlo, cuyo conjunto se define de hecho como “arsenal” terapéutico.

    Incluso en el ámbito del cáncer porque también los tumores se ven como algo patógeno, como la causa del descontrol de un grupo de células anárquicas que amenazan con extenderse por el resto del organismo hasta ocasionar su destrucción –reminiscencia de quienes aún defienden que hay que mantener el control social a toda costa y no permitir la anarquía-, “amenaza” que justifica pues el uso de todo tipo de acciones bélicas de carácter agresivo aunque por ello haya “víctimas colaterales” (las células “sanas”).

    ¿Y a dónde nos ha llevado esta visión de la “falta de salud”? A no saber curar prácticamente ninguna de las llamadas “enfermedades”. Quizás porque en realidad ni existan ni haya “enemigos que combatir”. Por otra parte, aún si fuera así, si éstos existieran, la táctica de agredir nuestro propio organismo con el absurdo argumento de que así lo ayudamos, es sencillamente estúpido.

    Entre quienes así lo piensan hoy está el doctor Alberto Martí Bosch, quien tras compartir durante algún tiempo la filosofía dominante entre la clase médica llegó un día a la conclusión de que lo mejor que puede hacerse ante cualquier proceso patológico es ayudar al organismo a que afronte por sí mismo el problema, potenciando su sistema inmune y llevándolo a un estado de equilibrio y armonía idóneos mediante una desintoxicación profunda y una adecuada nutrición.

    Aunque no renuncie, cuando entiende que hace falta, a combatir los tumores que crecen y ponen en peligro la vida -por impedir en un momento dado el correcto funcionamiento de un órgano- con tácticas más inteligentes y menos agresivas. ¿Cómo? Aplicando a la Medicina la Poliorcética o arte del asedio.

    Díganos, doctor, ¿cómo es posible pasar de la práctica de la Oncología pediátrica a la práctica de la Medicina Natural teniendo en cuenta las enormes diferencias que ambas mantienen sobre el abordaje del cáncer?

    Bueno, yo diría que la Medicina Natural no se lleva mal con la Oncología sino que son determinados sectores los que andan enfrentados. Yo he estudiado y trabajado en la medicina académica. Pero esta medicina que estoy practicando hoy es tan académica como la que me enseñaron en la facultad. Es cierto que es un tipo de medicina que no me enseñaron en la universidad porque se ha preferido ignorarla, pero está ahí y por eso la he podido aprender. Luego, ¿qué me hizo pasar de una medicina a otra?

    Cuando estás en una planta de hospital viendo a diario a niños tratados con quimioterapia vomitando y pidiéndote a gritos que no les pongas la quimio, que la rechazan de plano por lo mal que se encuentran después, y te imploran “Por favor, Alberto no me hagas esto” llega un momento en el que te planteas qué estás haciendo realmente con ese niño.

    Si tu intención es que vaya mejor, si quieres ayudarle a superar una leucemia, un linfoma o un sarcoma pero te das cuenta de que le estás sometiendo a un sufrimiento enorme empiezas a buscar la mejor manera de conseguir que ese niño sufra menos obteniendo el máximo beneficio posible del tratamiento que se le está aplicando. Y eso fue lo que me llevó a indagar en los campos de la Medicina Natural, saber de qué manera podría ayudar al paciente oncológico a mejorar sin interferir con el tratamiento propuesto en el ámbito de la medicina académica, la que te enseñan en la facultad cuando tienes 20 años.


    ¿Se compensaba al menos el sufrimiento de los niños con los resultados?


    Los resultados que obteníamos eran muy desalentadores. Estoy hablando de hace 30 años, de cuando acabé la carrera. El índice de mortalidad y el índice de sufrimiento del paciente sometido a tratamientos de quimioterapia eran muy elevados. Todos los miembros del equipo llegamos a tener crisis personales. Veías cómo la gente que estaba contigo (compañeros, enfermeras, auxiliares…) terminaban deprimiéndose pronto, tiraban la toalla y se iban. Otros nos quedamos pensando que cuando no hay nada que hacer es precisamente cuando más hay que hacer porque es obligado empezar a buscar. Si con lo que hago no obtengo buenos resultados, me decía, debo encontrar algo nuevo. Esa inquietud es la que te lleva a avanzar.

    Y eso es lo que ha hecho que a lo largo de más de dos décadas haya ido desarrollando una propuesta de tratamiento holístico, integral, con el que sabemos que -sobre todo en el último año- está consiguiendo muy buenos resultados.

    Lo he dicho siempre y lo repito: yo no curo a nadie. Lo que hago es dar al paciente una guía que le ayude a llegar a buen puerto. Eso sí, es verdad que con el tiempo lo que inicialmente era un mero proyecto de trabajo dedicado a ayudar al paciente a que tolerase mejor la quimioterapia y a conseguir potenciar sus efectos, terminó derivando en una vía para provocar la apoptosis celular y conseguir que la célula cancerosa muera por sí misma.

    Y cada vez con más frecuencia veo casos en los que los pacientes alcanzan resultados sorprendentes, pacientes cuya enfermedad -como dirían mis colegas convencionales para justificar mis resultados- “remite espontáneamente”. Así que yo, irónicamente, les digo que sí, que espontáneamente… pero con mucho trabajo. A Dios rogando y con el mazo dando. Porque hablamos de pacientes muy disciplinados, muy motivados y mentalizados en que van a salir adelante por lo que trabajan en su proceso patológico mucho y bien.

    El caso que presenté como ejemplo el 1 de noviembre pasado durante el III Congreso Internacional sobre Tratamientos Complementarios y Alternativos en Cáncer que se celebró en Madrid bajo los auspicios de la World Association for Cancer Research (WACR) y Discovery DSALUD, es el caso más reciente, más espectacular, pero he tenido otros.

    Aunque no podamos aún hablar de curación porque todavía estamos en fases iniciales ya que hasta que el paciente no lleve diez años sin haber recaído no puede considerarse “curado”. Lo que sí tengo claro es que el cáncer debe tratarse de forma holística.


    Pues ese caso, especialmente significativo, impactó al público. ¿Puede resumirlo para nuestros lectores?

    Bueno, es el caso de una mujer de 31 años que acudió a mi consulta después de haber dado a luz. Le habían detectado un tumor cerebral en la 34ª semana de embarazo y tras practicársele antes una cesárea para que diera a luz se le extirpó luego el tumor que estaba situado en la zona parietal derecha.

    Sin embargo al hacerle una revisión general posterior se le detectaron metástasis pulmonares, hepáticas, óseas y musculares, teniendo afectada toda la cadena ganglionar, tanto torácica como abdominal. En suma, estaba “invadida”. Así que dado su estado el equipo médico que la atendía -creo que con buen criterio- decidió no aplicar ni quimio ni radio porque el sufrimiento que le hubieran provocado no justificaba el posible beneficio que pudiera obtenerse.

    Y en esas condiciones llegó a mi consulta. Le habían dado una esperanza de vida de unos dos meses. Obviamente mi primer pensamiento fue intentar proporcionarle la mejor calidad de vida durante el máximo tiempo posible. Pero no por eso renuncié a intentar algo más. De hecho no sólo le sugerí algunos tratamientos paliativos sino que paralelamente puse en marcha métodos terapéuticos que sabía podrían ayudar a que las lesiones tumorales remitieran.

    En suma, seguí los protocolos de medicina biológica que he desarrollado poniéndola inmediatamente a dieta a la vez que desintoxicábamos y alcalinizábamos su organismo y me aseguraba de que no carecía de ningún nutriente mediante el adecuado tratamiento ortomolecular. Asimismo potencié sus defensas con Renoven –antiguo Bio-Bac- y apoyé todo con los protocolos de los doctores Banerji.

    Y ¡oh sorpresa! a los dos meses y medio de tratamiento los residuos tumorales cerebrales posteriores a la intervención quirúrgica habían desaparecido lo mismo que las lesiones pulmonares y hepáticas, mientras la afectación en los ganglios había remitido y las lesiones musculares y óseas habían experimentado una remisión del 50%. Obviamente su calidad de vida mejoró mucho y por ende su esperanza de vida. Y todo esto y en tan poco tiempo ¡con un simple tratamiento de Medicina Natural!

    Es verdad que se trata de un caso sorprendente, de los pocos que uno puede ver, pero también lo es que se trataba de alguien que previamente ¡no había sido sometida a ninguna terapia convencional! No había recibido ni quimio ni radioterapia. Y eso a la hora de salir adelante es fundamental, porque cuando se trata de personas que no vienen con el organismo envenenado o quemado y las defensas bajas es todo más sencillo. El problema es que hoy este tipo de pacientes es poco habitual.

    Cada vez atendemos a más personas que ya han hecho el recorrido completo -cirugía, radio y quimio- y vienen un poco con la actitud ésa de “perdidos al río”. Es decir, a la mayoría ya les han dicho en el hospital que no hay nada que hacer, que no tiene sentido darles más quimio o radio. Llegan desahuciados. Y claro, vienen encima dudando sobre lo que puede hacer la Medicina Natural cuando nada ha logrado con ellos la medicina convencional en la que creen. En suma, casi todos llegan como perdidos.

    Lo singular es que a pesar de eso muchas veces logramos que remonten, que superen el cáncer, pero como han pasado por la radioterapia y la quimioterapia algunos se quedan con la duda de si no habrá sido un efecto retardado de éstas, de si su recuperación se debió a nuestro tratamiento, al convencional o a la sinergia de ambos. ¡Siguen dudando a pesar de que sus oncólogos los habían desahuciado! Por eso son tan importantes casos como el de la joven que he resumido antes y narré en el congreso -completamente documentado- ya que confirma que nuestro tratamiento, por sí sólo, funciona.


    ¿Cuáles son las bases de su protocolo?


    A los oncólogos, a la hora de tratar el cáncer, se nos ha enseñado una medicina que se basa en destruir las células tumorales en lugar de intentar restaurar las rutas metabólicas que son las que han sido dañadas y finalmente llevan al desarrollo del tumor. Y lo que se trata es de entender que si modificamos el “terreno” es posible hasta revertir la evolución de las células tumorales o provocar su suicidio o apoptosis. Se nos dice que cuando aparece un tumor lo primero que hay que hacer, si se puede, es “cortarle la cabeza”; es decir, usar la cirugía.

    Y en caso de no poderse se plantea entonces la radioterapia; es decir, achicharrar al tumor, “enviarlo a la hoguera”; bueno, más bien llevar la hoguera hasta él. La otra opción sería la quimioterapia, es decir, “envenenarlo”. Y se añade gratuitamente que si todo eso falla no se puede hacer nada más. En suma, al oncólogo moderno se le sugiere que puede “cortar, quemar o envenenar”, acciones más propias del siglo XII que de un sofisticado siglo XXI. Realmente patético.

    Es verdad que a veces hay que afrontar el problema de tener que eliminar un tumor porque su crecimiento puede poner en riesgo el funcionamiento de un órgano vital, pero en tal caso lo inteligente es seguir una cuarta vía de carácter igualmente bélico cuyo origen, puestos a jugar con las comparaciones metafóricas, también podríamos encontrar en el siglo XII y en los anteriores, pero que es mucho menos agresiva.

    Porque, ¿qué se hacía en la antigüedad ante una ciudad que se quería conquistar y era difícil de batir? Asediarla. Dejarla sin agua ni comida cortando sus rutas de abastecimiento y modificando el entorno para que nadie pudiera entrar o salir.

    Y luego sentarse a esperar o reforzar el asedio con máquinas y herramientas de asalto. El asedio ha funcionado toda la vida así que se me ocurrió la idea de incorporar ese sistema a la lucha contra el cáncer, para lo cual era imprescindible entender las condiciones de supervivencia de la célula tumoral frente a la célula sana.

    Hoy sabemos que la célula sana vive en un medio alcalino rico en oxígeno, usa muy poco sodio para vivir y utiliza proteínas levógiras -con giro a la izquierda- que son estables en él. Por el contrario, el paciente que desarrolla un proceso oncológico entra en acidosis metabólica -es decir, el terreno se acidifica- y hay entonces escasez de oxígeno –a eso le llamamos hipoxia– lo cual obliga a las células sanas a mutar si no quieren morir. Verá, las células sanas consiguen su energía por oxidación; es decir, gracias al oxígeno generan Adenosin Trifosfato o ATP -por sus siglas en inglés- que es la molécula base de la energía celular.

    Pero cuando el terreno se acidifica y el oxígeno escasea sólo tiene una alternativa si no quiere morir: encontrar otra manera de obtener energía. Y esa posibilidad existe y la explica el llamado Ciclo de Krebs. Sencillamente en lugar de oxígeno el cuerpo utiliza ácido pirúvico mediante un fenómeno conocido como glicolisis que le permite obtener moléculas de ATP, pero que generando también ácido láctico y alcohol como residuos. Se trata pues de una ruta anaeróbica -sin aire- para sobrevivir.

    Es decir, la célula sana aeróbica que vive en terreno alcalino se vuelve anaeróbica, pero en un entorno tan ácido que para poder soportarlo tiene que alcalinizar su núcleo, su citoplasma, para lo cual se carga de sodio de un modo desmesurado. Y asimismo utiliza para alimentarse proteínas dextrógiras en lugar de levógiras ya que las mismas viven en medios ácidos.

    En suma, todo tumor vive en un medio ácido pobre en oxígeno, cargado de sodio, y alimentándose de proteínas dextrógiras. Luego si queremos neutralizarlo sin atacarlo, ¿qué habrá que hacer? Pues usar la táctica del asedio. Y para ello hay primero que desacidificar el terreno alcalinizando al paciente. Lo que se logra erradicando los ácidos que se han acumulado en el organismo. En este ámbito es por eso clave la alimentación -hay que eliminar de la dieta todo lo que acidifica y eso incluye el alcohol, el café, el tabaco, el azúcar, los lácteos, los hidratos de carbono refinados, la carne roja- y tomar periódicamente baños de agua caliente con sal marina.

    En segundo lugar debe seguirse una dieta hiposódica, es decir muy baja en sodio o sal. Nunca he entendido que se le prohíba la sal a un hipertenso o a alguien que tiene mal el riñón o el corazón, y no se le sugiera lo mismo a un enfermo de cáncer.

    Tercero, es preciso aportar al sistema enzimas proteolíticas de acción selectiva, enzimas con capacidad para eliminar las proteínas dextrógiras dejando intactas las levógiras. Y aquí hay que recordar el extraordinario trabajo de D. Fernando Chacón, creador del Bio Bac, producto que logra exactamente eso.

    En suma, si eliminamos las proteínas dextrógiras dejando a las células tumorales sin comida, hacemos una dieta hiposódica -sin sodio las células cancerosas no pueden mantener la estabilidad de la membrana y el citoplasma- y reducimos el nivel de ácidos, el medio se vuelve alcalino y rico en oxígeno.

    Y el oxígeno es tóxico para la célula tumoral anaeróbica. En definitiva, para que las células cancerosas mueran basta modificar su entorno porque no sobreviven en terrenos alcalinos y oxigenados. Da un resultado excelente. Por eso cada vez son más abundantes los casos de remisiones entre los enfermos de cáncer que siguen este protocolo.


    ¿La dieta es pues el primer elemento clave en toda estrategia curativa?


    Siempre nos habían aconsejado no comer carne los viernes y muchas tradiciones reclaman la práctica del ayuno -al menos un día a la semana- pero nadie nos ha explicado claramente por qué. Sin embargo ya Galeno entendió la necesidad de depurar el cuerpo, bien a través del ayuno, bien siguiendo dietas vegetarianas. Las curas a base de limón, cebollas o uvas vienen de la época de los romanos. Y como el 90-95% de las frutas y verduras es básicamente agua, quien se alimenta un tiempo sólo con ellas limpia los órganos encargados de filtrar la sangre de los residuos metabólicos y tóxicos, es decir, los pulmones, los riñones y el hígado.

    Filtros que si se obstruyen llevan al organismo a intoxicarse y acidificarse. A todo el mundo se le explica que cuando el filtro del coche está sucio hay que cambiarlo, pero a nadie se le dice que cuando los filtros del cuerpo están sucios hay que limpiarlos. Pues bien, ayunar o hacer una dieta vegetariana cada cierto tiempo ayuda a limpiar los filtros y a mantener el organismo en un entorno alcalino.

    Obviamente si a la dieta se le agrega la ingesta de determinadas plantas -las hay específicas para cada órgano- mejoramos aún más la limpieza. Porque hay plantas que limpian los pulmones (tomillo, gordolobo, llantén), plantas que limpian el hígado (alcachofera, cardo mariano, diente de león, boldo, desmodium) y plantas que limpian el riñón (té verde, cola de caballo, arenaria).

    Así que podemos coger tomillo, alcachofera y té verde, por ejemplo, y obtener un remedio para limpiar a la vez los tres órganos. En pocas palabras, podemos eliminar ácidos a través del hígado, de los pulmones y de los riñones así como a través de la piel con baños de agua caliente con sal marina gracias a la ósmosis. Y conseguir la deseada alcalinización.


    ¿Sugiere usted a todos sus pacientes que eliminen de su dieta la carne?


    La OMS explicó ya en 1985 que la dieta ideal debe contener un 85% de proteínas vegetales y sólo un 15% de origen animal. Y nosotros estamos comiendo proteínas animales muy por encima de ese porcentaje. Mucha gente ignora que una dieta excesivamente proteica acidifica.

    También tengo que decir que es un error comer huevos por la noche, práctica muy habitual. El huevo tiene una gran carga grasa y una alta cantidad de albúmina. Nosotros recomendamos ingerir por ello sólo dos o tres a la semana y lo hacemos coincidir con el día vegetariano.

    Pueden pues tomarse en el desayuno o en la comida aunque nunca en la cena. En definitiva, la dieta debe ser especialmente suave por las noches: verduras, fruta, arroz o, simplemente, una ensalada.

    La clave está en el hígado, porque para que éste pueda llevar adelante la digestión necesita la presencia de una hormona -el cortisol- que sólo se encuentra en sangre cuando hay sol.

    Y como nuestros hábitos sociales nos hacen cenar cuando éste se ha ocultado -y por tanto, cuando su nivel en sangre es muy pobre- hacer una cena copiosa obliga a una digestión muy pesada. Y si se logra es gracias a que el hígado recibe de la glándula suprarrenal una hormona alternativa, la adrenalina -u hormona del estrés-, que ésa sí está disponible las 24 horas.

    Por eso después de una cena pesada es tan habitual que uno tarde en dormirse o se vaya a la cama con el corazón acelerado. Además hay que tener en cuenta los ritmos circadianos: de día el hígado se encarga de asimilar las proteínas que ingerimos pero de noche su función es básicamente drenar bilis. Y es el cortisol el que determina la inversión de trabajo para que de ser un órgano asimilador pase a ser un órgano drenador.

    Así que si estresamos el hígado todos los días haciéndole asimilar cuando debiera estar drenando, éste no va a eliminar luego adecuadamente los residuos metabólicos, con lo que al final se resiente.

    Se lo digo siempre a los pacientes: el problema con la alimentación no está normalmente tanto en lo que comemos como en los desechos que no eliminamos. Cuando el cuerpo no puede drenar las toxinas las va reteniendo y nos vamos autointoxicando, acidificándonos, abonando con ácidos el terreno para un posible asentamiento tumoral.

    El segundo pilar básico de su protocolo para una buena desintoxicación y alcalinización son los baños de agua caliente con sal marina. ¿Puede explicarlo con más detalle?

    En un principio me planteé seriamente cómo conseguir un sistema terapéutico eficaz y simple para ayudar al paciente, porque éste ya tiene bastantes problemas con su enfermedad para que nosotros le generemos más. Y a ello me ayudaron los trabajos de la doctora Josefina San Martín Bacaicoa -catedrática de Hidrología Médica en la Universidad Complutense de Madrid- y de Schneider, sobre el mundo del termalismo.

    Con ellos comencé a comprender que los baños termales son una excelente solución terapéutica. ¿Por qué son útiles los balnearios? Porque sus aguas son minerales y termales. Es decir, se trata de agua caliente que contiene cloruro sódico y cloruro potásico en una concentración superior a 20 gramos por litro. Y es agua salina en una concentración superior a la del mar y a la de nuestro plasma ya que éste tiene 9,4 gramos de sal por litro y la de los balnearios anda por los 20 gramos por litro.

    Pues bien, cuando uno se sumerge en un lugar donde el agua está caliente enseguida se le dilatan los poros de la piel. Pero como además está muy salada y nuestros cuerpos son en un 70%-80% agua, resulta que al meternos en ella se produce el fenómeno que conocemos como ósmosis, de forma que el agua de nuestro cuerpo sale arrastrando toda clase de toxinas y sales minerales a través de los poros hacia el exterior. Con lo que también la sal sale fuera del núcleo de las células y éstas se alcalinizan.

    Esto me hizo entender el concepto de las “sales de baño”. Siempre me pregunté qué sentido tenía echar sal al baño. Entonces lo entendí. Bueno, pues las bañeras que la mayoría tenemos en el hogar pueden convertirse en balnearios caseros de alto rendimiento y bajo costo. De hecho ¿quiénes fueron los primeros que tuvieron bañera en casa? La gente de clase acomodada. Piénsese que en los años 40 del pasado siglo XX la gente pobre no tenía ni baño. Quienes iban a los balnearios pertenecían a la clase acomodada porque un balneario ni era ni es barato.

    Una estancia de un mes puede costar más de 3.000 euros en la actualidad. Algo que ni un rico paga con gusto ya que éste suele ser alguien que lo que busca es cómo obtener lo que quiere sin pagar por ello. Así que cuando los ricos se dieron cuenta de que los balnearios curan -aunque ignoraran por qué- se decidieron a estudiar cómo tener alguno siempre a su disposición pero sin pagar tanto por ello. Entonces les contaron que el agua de los balnearios cura porque sus aguas son termales. A lo que el rico responde: “¡Que me pongan una terma en casa”.

    Es que las aguas de balneario son minerales, les dicen luego. Y entonces preguntan qué minerales llevan, hablan con algún químico y éste les explica que en las aguas de balneario hay 20 gramos de sales por litro de agua. Así que los ricos, aleccionados, encargan bañeras sabiendo que deben llenarlas hasta la mitad -para que haya unos 100 litros de agua- y luego agreguen dos kilos de sal marina.

    De esa forma la proporción de sal será también de 20 gramos por litro. Y ya tienen un gradiente osmótico. Resumiendo, las bañeras caseras son en realidad artilugios terapéuticos muy eficaces que nadie nos ha enseñado a utilizar. Porque cuando el agua caliente dilata los poros de la piel y éstos se abren el organismo transpira eliminando anhídrido carbónico (CO2) a la vez que expulsa grasas, amoníaco y ácido úrico.

    Y todas esas fracciones ácidas que eliminamos a través de la piel en la bañera ya no necesitan ser desechadas por los pulmones, los riñones y el hígado con lo que les evitamos que tengan que filtrarlas ellos. Basta en suma agua caliente –no hace falta que queme- y dos kilos de sal marina en la bañera para configurar un mecanismo sencillo de alcalinización rápida –media hora de baño diario bastan- a disposición de cualquiera. Y barato. Tales baños suponen una diálisis percutánea, una especie de pulmones, riñones e hígado artificiales de alto rendimiento y bajo coste que casi nadie usa porque no se lo han explicado.

    Bueno, no todo el mundo -y pienso especialmente en las personas mayores- se puede permitir entrar y salir de la bañera todos los días.

    Siempre hay alternativas. A la gente mayor que no puede o debe entrar en la bañera para evitar riesgos mayores le digo simplemente que no se meta. Basta que se siente en una silla, coja un barreño pequeño donde quepan unos diez litros, eche en él agua caliente y un cuarto de kilo de sal marina para mantener la proporción de la que hablábamos y lo disfrute.

    Es verdad que la superficie corporal expuesta es menor pero tres baños de pies al día equivalen a un baño completo. Puede hacer por tanto diez minutos por la mañana, diez al mediodía y diez por la tarde-noche. Y respecto a la temperatura siempre les digo a los pacientes que deben sentirse a gusto. Hay personas a las que les va bien 25 grados y otras a las que les van 30. Con 30 grados a la sombra ya se suda… y la cuestión es sudar.

    Redescubramos a Galeno, o si se quiere, a nuestras abuelas que curaban siempre con cuatro elementos. Lo primero que hacían nuestras abuelas en cuánto decías ¡ay! -y daba igual lo que te ocurriera- era prepararte una lavativa. Y luego nos daban un caldo de pollo o gallina, o un caldo de verduras, o una compota de manzana o pera, o un arroz caldoso, y con eso -la lavativa y el caldo- ya tenían su cura de aguas. El tercer pilar que proponían era una buena sudada.

    Todo lo arreglaban con una buena sudada. Cuando las abuelas no tenían bañera -lo comprobé cuando ejercí la medicina rural en la comarca de la Segarra en Barcelona- ponían agua a hervir, llenaban botellas de cristal con el líquido a 70-80º, las envolvían con toallas -para que el cristal no quemara la piel- y colocaban luego tres botellas a cada lado del enfermo añadiendo cuatro mantas encima. ¡Y no veas tú qué sudada! Bueno, también usaban hierbas medicinales porque a diferencia de la generación actual conocían bien sus propiedades terapéuticas.


    ¿Cuál es el fin primordial de una lavativa?


    Desintoxicarse, y por tanto, proteger el hígado. Un colon tóxico a quien más afecta es al hígado. Y voy a explicarlo de una forma muy expresiva: al lado de cada inodoro hay en todas las casas una escobilla porque la suciedad se pega y cuando activas la cisterna los restos fecales quedan a menudo adheridos.

    Bueno, pues en nuestro intestino pasa lo mismo: por él transitan todos los días restos fecales y siempre quedan restos adheridos a la mucosa. Al punto de que con el tiempo puede llegar a formarse una auténtica carcasa de restos fecales pegados a la mucosa intestinal. Lo sabemos pero no lo valoramos. Y sin embargo tiene mucha importancia. Una de las funciones primarias del colon es recuperar el agua de la digestión y cursar el bolo fecal en estado sólido.

    Para hacer la digestión utilizamos de hecho casi cinco litros de agua que obtenemos con la que ingerimos al beber pero también con el agua presente en la comida -especialmente en frutas y verduras ya que en un 90-95% son agua- y en los jugos gástricos (hasta dos litros y medio). Todo ello sirve para hacer una gran sopa, emulsionar las grasas y micronizar los minerales y oligoelementos para que el intestino delgado lo absorba luego todo.

    Lo que llega pues al colon son sólo los restos no nutritivos, los restos fecales, si bien el organismo -que todo lo aprovecha- recupera el agua deshidratando para ello el bolo fecal. Y esa agua que se absorbe en el colon va a la sangre; es más, va primero directamente al hígado. Luego, si nosotros no hacemos una limpieza periódica del colon cada vez que éste recupera agua, ésta tiene que atravesar la carcasa de restos fecales antes de llegar a la mucosa, atravesarla y llegar al hígado y posteriormente a la sangre. Con lo que acabamos llevando a ésta una auténtica infusión de aguas fecales. 
     En otras palabras, cuando el colon está muy sucio nos intoxicamos inevitablemente. Así que uno debe plantearse hacerse una limpieza de colon cada cierto tiempo. Si se puede, una buena hidroterapia de colon. Si económicamente no se puede, mediante la lavativa de toda la vida.

    Muchas veces lo que yo sugiero a mis pacientes es combinar la ingesta de aloe vera con la lavativa. La idea es que el enfermo ingiera durante una semana zumo de aloe vera para ayudar a desprender los restos adheridos y luego se aplique la lavativa. Basta entonces meterse un par de litros de agua templada/caliente para que el colon quede limpio.


    ¿Cree usted que ha cambiado algo la mentalidad de los oncólogos respecto de la medicina natural en los últimos años?

    Poco a poco… pero sí. Puedo decirle que hay ya bastantes oncólogos y radiólogos de distintos lugares de España que llevan tiempo enviándome pacientes para que les desintoxique porque reconocen abiertamente que haciéndolo sus tratamientos van mejor.

    Otra cosa es que lo pidan aún con la boca pequeña y que su petición siempre vaya acompañada de la coletilla “Mira, Alberto, esto que se quede entre nosotros”. Pero la apertura es cada vez mayor. Claro que hay una especie de run-run entre los pacientes en las salas de espera sobre la eficacia de lo que hacemos y al final todo se sabe.

    Bueno, no es menos cierto que quienes más pacientes nos mandan son los enfermeros/as porque también son quienes tienen más contacto directo con los pacientes. Como es cierto que cada vez más médicos entienden que la Medicina Biológica o Naturista no es una “medicina complementaria” ni una “medicina de confrontación”. Es simplemente Medicina.
    Fuente
    MAS INFO:  http://buenasiembra.com.ar/salud/fitoterapia/cancer-760.html
    http://buenasiembra.com.ar/salud/fitoterapia/naturismo-cancer-739.html