(Entrevista a Joseph Pâmies)
Josep Pàmies es un agricultor de Balaguer (Lleida) que se ha estado significando en los últimos años por su lucha “a muerte” contra los cultivos transgénicos y por su espíritu rebelde a la hora de acatar directrices que con el traje de la legalidad ocultan atentados contra la vida.
Miembro de Show Food y uno de los impulsores de la plataforma Som lo que Sembrem, ha sido una figura clave en la recogida de firmas que ha permitido llevar al Parlamento catalán la Iniciativa Legislativa Popular para reclamar que Catalunya sea declarada territorio libre de transgénicos. Pero este hombre no está interesado solo en combatir. Es también uno de los artífices de una ‘Dulce Revolución’…
INTERESA QUE ESTEMOS ENFERMOS
–Os presento la Stevia rebaudiana.
Tras ocho años cultivándola y regalándola, se ha convertido en el emblema de mi lucha. Es una planta de origen paraguayo que tiene la virtud de resolver o controlar la diabetes, entre otras cosas. Es el mejor sustituto del azúcar de caña o remolacha, tan nocivos por la manipulación a la que los somete la industria, y de los edulcorantes químicos. ¡Fijaos que dulce es! Durante estos ocho años los testimonios de su efectividad se han multiplicado.
Centenares de diabéticos cultivan la stevia en sus casas, o vienen a buscármela. Puedo dar o vender la planta en maceta, pero me prohíben vender las hojas e indicar sus propiedades en una etiqueta. Yo no les hago caso: vendo las hojas y las etiqueto. De modo que me han expedientado, pero aún no me han sancionado. Aunque se ha avanzado en el tema de la medicina natural porque algún país tiene la homeopatía o la acupuntura dentro del sistema sanitario, el tema de las plantas está prácticamente igual en toda la Comunidad Europea:muy perseguido.
–¿Cuál es el problema que enfrentamos, desde el punto de vista legal, con las plantas medicinales?
–Que está prohibido etiquetarlas con sus propiedades sanadoras y algunas, como la stevia, venderlas y etiquetarlas como hierbas medicinales. En una herboristería no encontraréis ninguna propiedad en la etiqueta
porque está prohibido. Saben que hay hierbas que son una fuente de salud; en muchísimos casos hay investigaciones científicas detrás que lo han demostrado.
Por ejemplo, en el caso de la stevia hay más de 50 estudios publicados. Pero no interesa que sea legal porque la stevia mermaría el negocio de las insulinas transgénicas, de las pastillas para la hipertensión, de las pastillas para la diabetes… También podría echar abajo la industria del azúcar, que es muy potente… Así como la industria de los edulcorantes (aspartamo transgénico, sacarina, ciclamatos…). Con una sola planta destruyes el negocio de cuatro o cinco grandes industrias; un negocio sucio, con el que nos están enfermando.
–Lo que sí que es legal es vender la planta en maceta, ¿verdad?
–Sí; como planta ornamental es legal venderla. Con la perilla ocurre lo mismo; puedes venderla, pero no el aceite derivado de sus semillas. Yo vendo hojas de perilla, y espero que no me lo prohíban, pero si me lo prohíben no les haré caso, porque las hojas y semillas de perilla constituyen un excelente antialérgeno. Y a ver quién puede más, si la sociedad o bien el Gobierno, en el supuesto de que me haga una represión tan fuerte que tenga que dejar de hacerlo. En este caso continuaría vendiendo ambas plantas en maceta. Pero para llegar al gran público tiene que ser con bandejitas de hierbas con etiquetas que indiquen las propiedades.
Así se puede llegar a los restaurantes, supermercados, tiendas… La etiqueta es clave, pero la ley del etiquetaje prohíbe, en uno de sus artículos, etiquetar las plantas con sus propiedades. Si bien hace dos excepciones de lujo, que son los productos funcionales, que pueden ser lácteos o bebidas (gaseosas, coca-colas, etc.). Estos pueden añadir el extracto de una planta y hacer constar en la etiqueta sus propiedades medicinales. Por ejemplo, el Danacol presume de que va bien para el colesterol. Sin embargo yo no puedo decir que la planta de la que se ha sacado el extracto que han incluido en el Danacol va bien para el colesterol, y que es más efectiva aún.
Hay también margarinas que presumen de tener omega-3 alardeando de que va bien para la circulación de la sangre, cuando el omega-3 está en una sardina o en la semilla de la linaza, y estas tampoco pueden etiquetarse y publicitar sus propiedades. Esto es una excepción de lujo que es una vergüenza. La presión de la industria de la leche y las aguas minerales es tan fuerte que también condiciona, como las farmacéuticas, a los gobiernos, que hacen las leyes a su medida.
–Esta historia ¿tiene vías de solucionarse?
–Sí si la sociedad avanza como la sociedad alemana por ejemplo, que ya ha conseguido que la homeopatía esté en el régimen sanitario oficial. Pero aquí la sociedad va mucho más atrasada. Y si la sociedad no presiona los políticos no se mueven. Poco hacen por iniciativa propia; normalmente actúan bajo la presión de la sociedad. Así pues este es el trabajo que tenemos que hacer: presionar desde abajo, organizarnos como sociedad que está harta de medicaciones artificiales y químicas y exigir que la sanidad pública dé a conocer las alternativas naturales para la curación de enfermedades. Mientras los ciudadanos no hagamos nada, nos darán de comer porquería y nos mantendrán vivos pero enfermos.
–¿Cómo nos mantienen enfermos?
–Richard J. Roberts es un premio Nobel de medicina que fue entrevistado en ‘La Contra’ de
La Vanguardia el día 27 de julio de 2007. El título que le pusieron fue este: ‘El fármaco que cura del todo no es rentable’. Explicaba cómo la industria farmacéutica pervierte a los propios investigadores de tal modo que si no convierten un medicamento que cura en otro que cronifica la enfermedad no les pagan la investigación.
También acusaba a los gobiernos europeo y americano de estar vendidos a esta industria, la cual financiaba sus campañas políticas. Son acusaciones muy graves de un premio Nobel de medicina que han pasado desapercibidas, cuando son de tal calado que estaba justificado que le hiciesen personarse en una comisión de sanidad del Parlamento para que desarrollase estos argumentos y le exigiesen pruebas. Esto es lo que habría sido normal en un país realmente democrático y libre de toda culpa. Pero ni la sociedad hemos sido valientes para reclamar que este hombre se personase ante el Parlamento ni el Gobierno ha dicho nada.
Esto da pie a creer que lo que denuncia este hombre puede ser cierto. “Provocar enfermedades, en vez de prevenirlas, es muy rentable. Se cierra un círculo de negocio: primero se provocan las enfermedades (con semillas transgénicas, insecticidas, herbicidas, aspartamos transgénicos, azúcares refinados, leches homogeneizadas…) para que después tenga negocio la industria farmacéutica.La industria farmacéutica está controlando el mundo hoy día. Está controlando no solo los medicamentos sino también las semillas, los pesticidas, los herbicidas, los insecticidas… Así que por un lado te enferman y por el otro te cronifican la enfermedad. Quieren que continúes muchos años vivo pero enfermo, porque esto es rentable.
–¿Qué tienes contra el aspartamo?
–El Instituto Ramazzini, instituto italiano que es una referencia en la investigación del cáncer en Europa, hace cinco años que está diciendo a la Agencia de la Seguridad Alimentaria europea que la mitad de la dosis que estamos tomando los humanos de aspartamo es cancerígena para las ratas.
Esto es muy fuerte. Cabe suponer que interesa que haya cáncer, porque supone un negocio millonario, billonario, de la radioterapia, la quimioterapia, las operaciones… Las bebidas
Light con aspartamo generan más adicción que las normales con azúcar.
–¿Puede ser que algo esté cambiando para bien?, pues me han llegado noticias de que Coca-Cola está trabajando con la stevia…
–Coca-Cola, en alianza con Cargill, ha patentado la stevia para 24 aplicaciones. Unos meses después, Pepsi-Cola también entró en la carrera de hacer bebidas con stevia. “Hace 20 años que Japón obligó a Coca-Cola a sustituir el aspartamo por stevia en la Coca-Cola
light. Incomprensiblemente hasta 20 años después Coca-Cola no ha ‘descubierto’
“el Santo Grial de los edulcorantes”, según palabras textuales pronunciadas en rueda de prensa: la stevia. Ahora ya comercializan un edulcorante a partir de la stevia. Y están haciendo trabajos genéticos con la stevia para que genere solo uno de los dos azúcares que la planta produce de natural, el rebaudiósido. Que es un gran azúcar, pero no es medicinal.
El esteviósido, que es medicinal, no les interesa para nada. Y las plantas que están desarrollando ya son plantas con rebaudiósido casi solo, y dentro de unos años, si nosotros no cultivamos la stevia a partir de sus esquejes, será toda transgénica, sin ninguna propiedad medicinal. Por eso lanzamos la idea de que conservemos esta stevia que aún hoy es medicinal y que la reproduzcamos siempre por esqueje, para evitar que se contamine con la stevia transgénica.
–La manipulación genética para evitar que las plantas sean sanadoras ¿afecta a otras plantas aparte de la stevia?
–Claro. Por ejemplo la Artemisia annua es una planta maravillosa para la malaria. Y el señor Bill Gates ha decidido dar 80 millones de dólares a quien consiga artificialmente una molécula sintética transgénica de esta artemisa, porque no puede ser que los pobres de África y Asia se curen gratuitamente de la malaria con una plantita cultivada en casa.
El remedio se lo tiene que proporcionar la bestia farmacéutica, y para ello la planta tiene que estar patentada. De modo que están a punto de conseguir, de hecho ya lo han conseguido, una molécula de artemisina, muy potente, pero que al ser sintética el cuerpo no la reconoce. Va muy bien en los primeros tiempos, pero después va creando resistencias y contraindicaciones en el ser humano.
Si esta misma artemisa, como tantas otras plantas, la tomas en estado natural, las contraindicaciones prácticamente no existen, porque la misma planta te protege de las contraindicaciones. Mira si sería pues fácil curar la malaria, que genera tres millones de muertos al año.
El Sr. Bill Gates, que tanto alardea de querer salvar a los pobres, en realidad lo que quiere es vivir de ellos, a través de estos mecenazgos. Cuatro gramos de hoja seca en un litro de agua de esta Artemisa son efectivos contra la malaria, prácticamente al 100%. “Tengo la experiencia de una persona que hace de guía turístico en Tanzania. Cogió malaria y en el mismo hospital le preguntaron si quería antibiótico o bien si quería hacerse en casa una infusión de artemisa. Él les dijo que lo que quisieran, y le recomendaron la infusión. Y volvió totalmente limpio a España. Trasladad esto a todas las plantas.
De las plantas que funcionan intentan sintetizar químicamente, genéticamente, la molécula beneficiosa para que ya no haga falta la planta. Es decir, hacen una copia sintética en laboratorio de la molécula natural que funciona. Pero la molécula sola no funciona igual si no va acompañada de todas las propiedades de la planta; esto ocurriría incluso en el caso de que la molécula fuese la natural.
LA SOLUCIÓN, EN MANOS DE LA SOCIEDAD CIVIL
–Así pues no interesa que haya salud y calidad de vidaen la sociedad; quieren que haya enfermedad, la cual saben controlar perfectamente cronificándola. Somos un negocio continuo.
–Y la solución es, mientras las cosas no se muevan a ámbito político…
–…la desobediencia. Hay que incitarla en mucha gente, porque esto provocará debate. Si a mí me han denunciado dos veces por la stevia y no se han atrevido a sancionarme, propongo a las herboristerías que hagan lo mismo. Antes me tendrían que sancionar a mí. Si desobedecemos, por los hechos consumados podemos llegar a cambiar las cosas.
–¿Por qué crees que no te sancionan?
–Supongo que por el miedo a la reacción de miles de diabéticos e hipertensos que gracias a la stevia se están curando o están controlando su diabetes o hipertensión. Y más ahora que la OMS ha autorizado la stevia en todo el mundo mientras Europa todavía se resiste; hasta que Danone o Coca-Cola tendrán los mercados preparados para invadirlos con stevia no la autorizarán. En Estados Unidos han autorizado la stevia definitivamente
…y Coca-Cola presentó, un día antes de la autorización, en la plaza Rockefeller, su nuevo producto de stevia. Es una confabulación total entre administraciones y grandes empresas para dominar el mundo de la enfermedad, la salud y la alimentación.
–¿Qué es la Dulce Revolución?
–Dulce Revolución es una asociación sin ánimo de lucro impulsada por Slow Food Terres de Lleida que acaba de nacer en este mes de abril. Con ella pretendemos dar a conocer a toda la sociedad testimonios individuales que se han curado o que han mejorado de enfermedades graves o terminales con plantas o con terapias naturales. Siempre desde la experiencia personal; no se entienda que esto es una iniciativa más que pretende hacer negocio con plantas o terapias.
Entendemos que la persona que se ha curado de este modo debe ser solidaria con el resto de personas, que deben conocer estas posibilidades. Si podemos conseguir centenares o miles de personas que públicamente digan, con su nombre y apellidos, su dirección y su correo
“estoy aquí, para lo que haga falta”, no hará falta desplazarse a unos pocos puntos de la península para encontrar un testimonio, sino que cada persona interesada tendrá alguno cerca.
–¿Tenéis ya voluntarios dispuestos a dar la cara?
–Sí. Con estos empezaremos, e iremos pidiendo a la gente que sea valiente. Hay personas que nos han mostrado reticencias por lo que dirá su médico. Yo les digo que su médico colaborará con ellos si dan la cara. El médico tiene su formación, y esta formación no se cambia de un día para otro; pero muchos médicos hoy día ven estos resultados espectaculares de la stevia y están cambiando. No lo pueden recetar, pero sí que están recomendando a la gente que además de la medicación tomen stevia.
–Al dar la cara como voluntarios en este proyecto no estamos desafiando la legalidad, ¿verdad?
–Esto no tiene nada de ilegal.
–¿Cómo colaborar o integrarse en esta asociación?
–Tenemos los dominios de
dolcarevolucio.cat y dulcerevolucion.com. Hoy en muchos foros la gente da sus testimonios anónimos, pero así no sabemos lo que hay detrás, o si la persona está hablando de una forma interesada o desinteresada. Si tú das la cara, la experiencia que cuentas va a tener que ser auténtica. No permitiremos la publicidad de ningún laboratorio aunque sea de productos naturales, ni de ningún consultorio terapéutico. Entendemos que la función de la asociación es recomendar plantas y terapias naturales, y que la gente busque la planta o al mejor profesional.
Habrá plantas que la persona podrá encontrar con facilidad; al lado de casa o en el césped se pueden encontrar plantas interesantes que con frecuencia son maldecidas como malas hierbas.
“Hoy los remedios naturales se sintetizan químicamente y sólo pueden recetarlos los profesionales, pero es necesario preservar el conocimiento de lo natural y las plantas sin perversiones, para hoy y para el futuro”.
MAS INFO: http://buenasiembra.com.ar/salud/fitoterapia/que-es-la-yerba-dulce-o-stevia-rebaudiana-736.html
Entrevista por Francesc Prims para
Revista Athanor
Imagen: Dulce Revolución
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