“Las   palabras habladas son sonidos producidos por las vibraciones de los   pensamientos. Los pensamientos son vibraciones emitidas por el ego o por   el alma.”   
Paramahamsa yogananda.
Sonidos que curan
Idaira Moya, Instituto de Qigong 
A  continuación vamos a centrarnos en el mundo del sonido, viajaremos en  esa energía vibratoria que nos envuelve con sus diferentes ritmos, notas  y frecuencia. 
El sonido es el resultado de una perturbación que se propaga en un  medio elástico produciendo a su vez una compresión en las regiones que  volverán a expandirse creando una compresión más lejos todavía. 
Este  proceso se desarrolla en forma continua haciendo que la perturbación  original se propague a través del aire alcanzando en algún momento la  posición que ocupa algún receptor (por ejemplo un micrófono o un oído).  
El exceso de presión característico de la perturbación descrita se  denomina presión sonora.
Este tipo de movimiento en el cual no es el medio en si mismo sino  una perturbación lo que se desplaza se denomina onda, tales como las  ondas de radio, la luz, la radiación del calor, las ondas sobre la  superficie de un lago, los tsunamis, los movimientos sísmicos, etc. 
Cuando la onda tiene lugar en un medio líquido o gaseoso se denomina  onda acústica. Cuando resulta audible, se llama onda sonora. 
Por lo tanto según esta definición podemos mencionar también a nivel  terapéutico las diferentes terapias de origen oriental u occidental,  investigaciones, estudios y demás conclusiones en los cuales podemos  verificar la importancia tan profunda que tiene el sonido.
1. efectos de la música.
2. efecto Mozart según el doctor Tomatis
3. sonidos curativos del doctor Sun Si Miao
4. terapias de sonidos con los cuencos tibetanos y campanas
5. cánticos de mantras.
6. mensajes del agua según el doctor Masaru Emoto
7. el poder de la voz.

Hoy  sabemos que la música tiene una serie de efectos fisiológicos e influye  sobre el ritmo respiratorio, la presión arterial, las contracciones  estomacales y los niveles hormonales. 
Los ritmos cardiacos se aceleran o  se vuelven más lentos según los ritmos musicales y los ritmos  eléctricos del cerebro también sufren cambios. 
Si uno cierra los  ojos por un minuto y escucha al mundo alrededor se escucha bocinas,  martillos, gotas de lluvia, niños riendo, el ruido de los coches y etc..  
La terapia musical sostiene que lo que uno escucha puede afectar a la  salud positiva o negativamente.
El sonido puede ser un gran sanador.  Los terapistas musicales utilizan el sonido  para ayudar con una amplia  variedad de problemas médicos, que van desde la enfermedad de Alzheimer  hasta el dolor de muelas. 
Los doctores en medicina conocen acerca del  poder del sonido. Los investigadores han producido evidencia de la  habilidad de la música para disminuir el dolor, mejorar la memoria y  reducir el estrés.
El hombre según Tomatis es como un gran oído atento y sensible a los  cambios sonoros del medio ambiente y a la voz, le permite ponerse en  resonancia con el mismo medio, a nivel de la escucha.
La expresión "Efecto Mozart" se refiere a los efectos a nivel  cognitivo que produce escuchar las melodías de W. A. Mozart. También se  utiliza para designar los efectos de la música sobre el comportamiento  humano. 
La música sinfónica e instrumental se utiliza en salas de  hospitales, ante intervenciones quirúrgicas, en fábricas, en bibliotecas  y en otros ambientes, buscando según los casos, la relajación o  concentración.
Todo esto que la música produce se debe a las ppm (pulsaciones por  minuto) que tiene en especial la música de Mozart, ya que cambian el  estado del cerebro y lo hacen más receptivo. 

El  doctor Sun Si Miao, fue un importante médico y alquimista Chino del  siglo V, que guardó celosamente el secreto curativo de 6 silabas: Xu,  Ke, Hu, Si, Chui y Xi, cuyas frecuencias de onda   crean una resonancia  que consigue equilibrar la energía vital o Qi (Chi) de cada órgano  interno  y por tanto de cada esfera funcional física-emocional-mental. 
Sintetizó información de fuentes budistas y taoístas, conocía en  profundidad la medicina Ayurvedica y rechazó el cargo de médico personal  del emperador para dedicarse a la investigación. 
De forma empírica  realizó una serie de experimentos con sonido primeramente instrumental y  luego fónico que le llevó a unos resultados terapéuticos sorprendentes.
¿Qué es la terapia con cuencos tibetanos? Es un masaje sonoro  realizado con estos instrumentos metálicos, los cuencos tibetanos. Se  utilizan golpeándolos o frotándolos con una baqueta y producen un sonido  cargado de armónicos de naturaleza sanadora.
Los cuencos tibetanos han sido creados con conciencia e intención,  están compuestos por una aleación de siete metales y forjados de forma  artesanal.
Toda terapia basada en el sonido, se basa en el principio  de resonancia, que tiene la vibración de llegar más allá, a través de  las ondas vibratorias y provocar una vibración similar en otro cuerpo. 
Es decir es la capacidad que tiene una frecuencia de modificar a otra  frecuencia como por ejemplo una gota de agua cuando cae en el agua  serena. 
Las mujeres que viven juntas o que pasan muchas horas juntas acaban ajustando sus ritmos hormonales. 
El ejército sabe que cuando cruzan un puente no pueden ir en  formación, por el peligro de rotura del mismo, por lo que abandonan la  formación hasta que lo han acabado de cruzar. 
Sendos ejemplos del  principio de resonancia.
Además el sonido modifica nuestras ondas cerebrales, ayudándonos a  entrar en otros niveles de conciencia, donde son posibles los estados de  sanación. 

Otro  factor de la terapia del sonido con cuencos tibetanos, son los  armónicos.
Cada vez que se produce un sonido aparecen los armónicos. 
Estos armónicos tienen efectos altamente beneficiosos sobre nuestro  cuerpo y sobre nuestro campo energético. 
Aunque no podamos escuchar  frecuencias que están fuera de nuestro campo auditivo, ni podamos  producir sonidos o frecuencias que estén fuera de nuestra capacidad, sin  embargo mediante los armónicos podemos resonar con ellas. 
El médium  Edgar Cayce predijo que el sonido sería la medicina del futuro y esto ya  está ocurriendo.  
Los expertos en terapia de sonido ya han descubierto  científicamente que mediante el sonido se puede conseguir la  auto-destrucción de las células cancerosas. 
Las personas que han experimentado un masaje sónico con cuencos  tibetanos experimentan grandes cambios, mayor claridad mental, aumento  de la creatividad, mayor concentración, mayor visión de futuro y una  gran sensación de paz, regula el sistema inmunitario y la mente.
Según el gran maestro bodhisattva tibetano Gwalwa Karmaza, los  cuencos cantores del Tíbet emiten el sonido del vacío, que es el sonido  del universo manifestándose. 
Los orígenes de los cuencos tibetanos y  su historia detallada se pierden en el pasado lejano y seguramente es  un regalo de la religión chamánica Bon, que existía en el Tíbet varios  siglos antes de la llegada del budismo.
Tradicionalmente los cuencos tibetanos se utilizaban para la meditación y la sanación en los monasterios de monjes.

Según  la metafísica hindú todo está hecho de sonido, y cada cosa contiene una  representación simbólica de las pautas de energía que la componen; eso  es el sonido "semilla" o raíz, bija mantra. 
La intención de estos  mantras es la de poner a la persona que lo pronuncia en resonancia con  el objeto cuyo sonido raíz ha invocado.
De esta forma, mediante el conocimiento de los mantras se obtiene un  dominio sobre la esencia de las cosas, permitiendo crear, destruir o  alterar de diversas maneras.
Por ejemplo, cada chakra guarda  correspondencia con su elemento, resulta que los sonidos raíz  proporcionan acceso a las cualidades de tal elemento. 
El mantra puede ser una palabra o grupo de palabras, pronunciados en  voz alta o interiormente de forma rítmica y repetitiva. Con cada eco, el  mantra acentúa la magia sobre la textura de lo corporal y de lo mental,  en el sentido de promover la armonía. 
El ritmo sonoro funcionará en el plano inconsciente por ello no es de  tanta importancia pararnos a pensar el significado de dicho cántico  simplemente con empezar a entonar o a escuchar esa vibración empieza a  cambiar la frecuencia de todo nuestro alrededor, como si fuera humo que  poco a poco lo impregna todo a su paso. 
Doctor diplomado y licenciado en Medicina Alternativa  se ha dedicado a la investigación de distintos tipos de agua. 
Algunas de las conclusiones que podemos ver en su libro "Mensajes del agua":
•  el agua tomada en fuentes y arroyos de montaña forma bellas estructuras  cristalinas en contraste con los cristales deformados que conforman las  muestras de agua polucionada o estancada.
• Las moléculas de agua  expuestas a música clásica adoptan formas delicadas y simétricas muy  similares a las que adoptan ante el sonido de la palabra gracias. 
•  Cuando las muestras de agua fueron sonorizadas con música heavy metal o  expuestas a palabras negativas o cuando se enfocaron sobre ellas  intencionadamente pensamientos o emociones negativos, el agua no sólo no  formó cristales sino que en su lugar se crearon estructuras caóticas y  fragmentadas.     
             
 • Cuando el agua fue tratada con  aceites florales aromáticos los cristales tendieron a imitar la forma de  la flor original. Lo que parecería demostrar que el agua ha captado la  información de la flor. 

En  la vía terapéutica nos dice también que la más poderosa combinación de  pensamientos en términos de capacidad de transformación y de sanación  son 'amor' y 'gratitud' ya que al emitir estas palabras los cristales  que aparecen son hermosos y armónicos.
Desde este punto de vista las  oraciones y las meditaciones pueden llegar a curar. La consciencia  cambia el cristal del agua. 
Desde esta base las personas pueden  aprovechar esta sabiduría. También en lo cotidiano como una forma de  vivir. 
Hay cuatro principios a tener en cuenta: forma, pureza, ley de  similitud y resonancia, el agua no sólo recoge información sino que  también es sensible a los sentimientos y a la consciencia, por tanto si   nuestro cuerpo tiene más de un 60% de agua en su estructura quiere  decir que estamos expuestos a las diferentes reacciones a causa del  sonido que nos envuelve.
Escuelas budistas consideran la voz en el mismo rango que el cuerpo y  la mente y nexo entre ambos. Recientes descubrimientos nos dicen que  con toda seguridad oímos desde el cuarto mes de gestación y que tenemos  memoria auditiva.
Además, durante los últimos meses del embarazo sabemos  que el bebé intrauterino hace gestos y muecas y emite sonidos. Nada más  nacer nuestra voz surge a raudales de nuestro interior.
Según crecemos vamos distinguiendo diferentes voces, tonos y acentos y  sabemos cuando la gente habla con ternura y amabilidad y su voz nos  resulta agradable, y cuando la voz de alguien es áspera, brusca y nos  asusta o nos hace sentir mal. 
De ese modo, fonema a fonema, palabra a  palabra, va configurándose nuestro sistema mental de pensamiento y de  lenguaje y la voz de nuestro pensamiento, que es la misma pero sin  sonido o apenas un susurro cuando pensamos en voz alta, configura toda  nuestra conciencia del mundo y de nosotros mismos.
Sabemos que de todos los instrumentos musicales, es la voz humana, el  más poderoso en un sentido terapéutico, como poderoso medio  transformador de nuestro estado de ánimo y del estado de ánimo de  quienes nos escuchan, como gran catalizador de emociones.
El gran músico  y maestro Sufi Inayat Khan dice en su obra “La Música de la Vida”:  Todas las personas, desde la mañana a la noche, hacen formas invisibles  en el espacio mediante lo que dicen.
Cada individuo crea vibraciones  invisibles a su alrededor y, por tanto, produce una atmósfera  particular. 

Sabemos  que la voz es tan poderosa que consigue que quien la escuche mueva  absolutamente todo su cuerpo al compás de lo que está oyendo. 
Párpados,  dedos, labios, los músculos faciales que intervienen en la gestualidad,  las piernas y brazos, el cuello y las vértebras cervicales, nuestro  pálpito cardiaco, nuestra respiración. 
Todo se mueve al son de la voz y  del contenido o información que nos trasmite quien está hablándonos o  cantándonos, incluso aunque no esté delante de nosotros por teléfono o a  través de cualquier otro medio de comunicación. 
Nuestra voz nos delata, habla por nosotros por encima incluso de  nuestra voluntad y de nuestra conciencia por eso no debemos despreciar  un modo de mejorar nuestra voz. 
Nuestra voz es tan única que es como una  huella digital sutil, invisible, que vamos dejando en el aire.
Observaciones y reflexiones:
Todo lo que vive vibra, todo lo que se organiza para alcanzar una  participación reflexiva frente a la vida, manifestada por los ritmos,  los ciclos y las secuencias, se orienta a la elaboración de un sistema  nervioso.
Y todo demuestra que la actividad de este sistema depende del  número de estimulaciones que reciba.
Todo lo que vive emite, de alguna manera y en sentido más ontológico  del término, su propia secuencia vibratoria, su propia música. 
Nuestra voz y nuestro oído, no sólo configuran y nos impulsa hacia  una mente cada vez más compleja, sino que también nos pone en contacto  directo con el entorno humano y no humano que nos rodea, la voz nos abre  las puertas de la imaginación, de la fantasía, de otros mundos….
Una afirmación expresada en forma de mantra, surte poderosos efectos,  ya que en cualquier idioma, las palabras son una forma de  estructuración interna del objeto aludido. Por ejemplo: "Estoy seguro,  estoy aquí"; "Soy fuerte, soy capaz"; "Soy feliz”... La consciencia lo  impregna todo y hay sustancias, como el agua, extremadamente sensible a  las vibraciones, los sentimientos y los pensamientos que almacenan esa  información.
… con todos estos conceptos y estudios del sonido (como viaja, como  se puede curar enfermedades, como cambia en nuestro cuerpo el ritmo  cardíaco, etc.) tenemos que cuidar lo que pensamos, lo que decimos,  incluso lo que oímos … somos energía y expuestos a todo tipo de  vibraciones, ya que en algunas ocasiones el sonido se puede convertir en  un arma de doble filo: puede curar o por el contrario perjudicarnos.
“Las  palabras habladas son sonidos producidos por las vibraciones de los  pensamientos. Los pensamientos son vibraciones emitidas por el ego o por  el alma.”   Paramahamsa yogananda.