El Aloe Vera es una planta con mucho potencial para uso terapéutico o medicinal. El aloe nos proporciona un gran aporte de nutrientes y estimula la regeneración de las células, lo que producirá que las células retrasen su envejecimiento. Vamos a ver algunos de sus usos para cosmética y salud natural.
El gel de aloe vera
El gel se aplica de forma externa y lo podemos utilizar en pieles secas, cuando hay manchas, acné, alopecia, heridas, quemaduras, irritaciones, eccemas, psoriasis, picaduras de insectos y ortigas, dermatitis, cortes, pies y piernas cansadas, artritis, reuma, esguinces, para después del afeitado, arrugas, etc.
Empezamos sacando el gel de la planta. Esto se consigue cortando por la base una de las hojas que esté más externa y cercana al suelo, que deberá medir al menos 6cm de ancho y unos 40 de largo.
Una vez que tenemos la hoja o penca, la lavamos y quitamos las espinas que presenta a cada lado. Si vamos a utilizar el aloe en ese momento, podemos, simplemente, cortar la hoja por la mitad y la utilizamos sobre la zona a tratar directamente.
.También, una vez que hemos cortado la hoja de aloe por la mitad, se puede extraer el gel con una cuchara:
Para evitar irritaciones, debemos asegurarnos de que al arrastrar el gel con la cuchara no haya nada de savia amarilla, y si fuera así, la desechamos.
Si queremos dejar el aloe preparado para utilizarlo en otro momento, una forma de conservarlo es cortándolo, dejándolo secarse al sol y almacenándolo en un recipiente de cristal, en un lugar fresco y donde no reciba la luz del sol directa. Así podrá conservar todas sus propiedades.
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El zumo de aloe vera
Para elaborar zumo de aloe vera, cortamos una hoja longitudinalmente y eliminamos la savia amarilla, sacamos la pulpa y la licuamos junto con alguna fruta, preferentemente que sean ricas en vitamina C como naranjas, mandarinas o pomelos y añadimos 1 litro de agua.
Si quieremos aprovechar al máximo las propiedades del aloe, podemos utilizar también la parte exterior de la hoja, que es rica en vitaminas y minerales. Lo conservaremos en el frigorífico y lo podemos tomar antes de las comidas como protector ante ardores, problemas digestivos, úlceras, etc.
Cómo hacer jabón de aloe vera
Puedes hacer fácilmente en casa un jabón con tan sólo dos ingredientes y sin necesidad de usar sosa caústica.
Este jabón te va a venir muy bien para hidratar y regenerar la piel, además de para desinfectar heridas, como antiinflamatorio, suavizar la piel, mejorar los eccemas, llagas, psoriasis, acné, manchas, y en definitiva todas las propiedades que posee el aloe.
Necesitamos simplemente 250 g de glicerina (que sea neutro, sin colorantes), por cada 10 g de gel de aloe vera (que habremos batido o licuado).
Ponemos al baño María el jabón de glicerina en un recipiente de cristal, y cuando esté casi disuelta en su totalidad, lo retiramos del fuego, removemos bien con una cuchara de madera y añadimos el aloe vera y seguimos removiendo bien la mezcla.
Rellenamos los moldes y cuando esté solidificado lo desmoldamos. Se puede empezar a utlizar inmediatamente.
Esta es la fórmula base, si quieres añadir algún aceite esencial para darle otras cualidades al jabón lo puedes echar en el momento en el que añades el aloe vera.
Si quieres que el jabón mantenga durante más tiempo sus cualidades, también puedes agregar 10 gotas de un aceite rico en vitamina E, como son el aceite de argán, de coco, germen de trigo y almendras.
Aunque, como siempre, es preferible ir haciendo el jabón en la medida que lo vamos necesitando.
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