El movimiento de las ecoaldeas
La aventura de vivir en armonía con uno mismo y el entorno
Por Hildur Jackson
Una ecoaldea es un asentamiento humano, concebido a escala humana, que incluye todos los aspectos importantes para la vida integrándolos respetuosamente en el entorno natural, que apoya formas saludables de desarrollo y que puede persistir en un futuro indefinido”.
Robert Gilman
Crear una ecoaldea entraña una forma de pensar completamente nueva. Se necesita un trozo de terreno para empezar, reunir un grupo de gente motivada, plasmar la idea en un proyecto concreto.
Y entonces hay que diseñar casas, un sistema integrado de energía, un sistema de producción de alimentos y de almacenamiento, un sistema económico. Todo ello es necesario. Todas las facetas de la vida han de ser redefinidas.
Una ecoaldea es un asentamiento sostenible en un medio urbano o rural, que respeta y restaura el sistema circulatorio de los cuatro elementos, tierra, agua, fuego y aire, en la naturaleza y en las gentes.
Estos cuatro elementos abarcan todos los aspectos de la vida humana: estructuras físicas (tierra), infraestructura (agua), estructuras sociales (fuego) y cultura (aire).
Cuando los cuatro elementos se dan juntos en un asentamiento humano, conforman una ecoaldea completamente delineada.
No hay todavía ecoaldeas perfectas
Aunque muchas están trabajando para serlo. Y hay mucha gente en el mundo, que comparte esta idea y el deseo de crear o de vivir en una ecoaldea.
El movimiento de ecoaldeas parte de la idea de una cultura que permita a la gente, sea del Norte o del Sur, vivir en armonía consigo mismo y con el entorno.
Es también la idea de un mundo, en el que las mujeres, los niños, los ancianos y los débiles tengan la posibilidad de vivir una vida plena.
Tierra, el elemento que representa las estructuras físicas
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Producción de alimentos ecológica, local y biorregional.
Las plantas y los animales respetan este precioso ciclo. Coger la materia desde las explotaciones agrícolas y transportarla hasta las grandes ciudades para, una vez digerida, depositarla en mares y pantanos, no es respetar el ciclo.
La producción biorregional de alimentos ecológicos podría proporcionar hasta el 80% de las necesidades locales, asegurando así la circulación local de la materia.
Cada región del planeta debería, ante todo, producir alimentos de calidad, sanos y frescos, y en abundancia para la propia población de la región. Y debería dejar espacio, dentro de los límites territoriales de cada asentamiento, para la proliferación de especies salvajes.
Las exportaciones de alimentos, fibras, etc. sólo deberían llevarse a cabo una vez satisfecha esta condición básica. La permacultura, desarrollada por el australiano Bill Mollison, es una buena solución para este problema.
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Construcción ecológica
Cuando construimos nuestros asentamientos, usamos en lo posible materiales de construcción locales, naturales y no tóxicos: arcilla, madera, hierbas, grava, paja… La pregunta que hemos de hacernos es la siguiente: ¿pueden reciclarse los materiales que utilizamos?
Parte importante del proceso de construcción es la integración de sistemas de energía renovable, de tratamiento de aguas residuales y de suministro de alimentos. Todos los diseñadores deberían aprender a pensar holísticamente.
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Análisis de los ciclos vitales
Los líderes industriales, cuando utilizan recursos naturales para la fabricación de bienes de consumo, deberían preguntarse si esos bienes son necesarios y útiles, si se pueden utilizar materiales locales, naturales y no tóxicos, si se pueden fabricar de tal modo que permita su reciclado.
¿Es el proceso inofensivo para la gente y para la naturaleza?
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Restauración de la naturaleza
La restauración de la naturaleza es un componente esencial de la mayoría de ecoaldeas. La capa de humus se ha reducido drásticamente en la mayoría de lugares. Debemos restaurarla, cuidando de la calidad de la tierra y compostando.
La repoblación forestal es una necesidad en casi todo el planeta. Contribuiría además a crear un buen número de empleos para jóvenes en áreas rurales desfavorecidas.
Agua, el elemento que representa la infraestructura
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El cuidado del agua
El cuidado del agua y la reparación de los daños del pasado es un asunto importante.
El tratamiento biológico de las aguas residuales, el cuidado de las cuencas, de las aguas de superficie y la protección de la calidad del agua y del nivel de las aguas subterráneas son elementos intrínsecos a las ecoaldeas.
Existe todo un saber a nuestra disposición para hacer un uso respetuoso de este precioso regalo que es el agua para todos nosotros.
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Sistemas integrados de energías renovables
La energía creada por el sol, el viento, el agua y la biomasa está a nuestra disposición en cantidades suficientes, siempre y cuando hagamos un uso responsable de ella.
Los sistemas integrados de energía renovable están siendo desarrollados por muchas iniciativas bien afianzadas. Las ciudades del Sur todavía podrían evitar los excesos del Norte.
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Reducción del transporte
La ecoaldea es una forma de vida que limita el transporte de alimentos y bienes, los desplazamientos por trabajo, el transporte ocasionado por las “escapadas al campo”, por el turismo, etc.
Llevará cierto tiempo transformar nuestra necesidad de transporte y disminuir con ello los nocivos efectos que tiene sobre la naturaleza, efectos que pueden ser medidos en emisiones de dióxido de carbono.
El transporte en coche, en camiones o por aire es un problema grave en la mayor parte del mundo. Debería reducirse considerablemente, retirando para ello las subvenciones directas e indirectas al sistema de transporte.
Y desarrollando en su lugar, modos alternativos de transporte, con especial énfasis en el transporte colectivo.
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Acceso a la comunicación
La comunicación puede, en ciertos casos, ser una alternativa al transporte físico, por ejemplo a través del intercambio electrónico de información: teléfono, telefax, correo electrónico e Internet. Conectar el Sur es una tarea prioritaria.
Cada aldea necesitará inicialmente un único centro de información, y esto puede hacerse con tecnología conocida.
Fuego, el elemento que representa la estructura social
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Toma de decisiones a nivel comunitario
Los asentamientos no deberían ser demasiado grandes para permitir a todo el mundo poder ser oído directamente, formar parte del círculo.
En el encuentro de ecoaldeas, celebrado en Findhorn en octubre de 1995, el sentimiento general era que el tamaño óptimo de una comunidad era de 500 personas.
Todos los participantes, venidos de diferentes lugares del planeta, estuvieron de acuerdo en esa cantidad.
Algunos sugirieron hasta 2000 o 3000 personas, pero nadie pensaba que entidades mayores fueran convenientes. Necesitamos estructuras de decisión que sean realmente democráticas.
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Economías sostenibles
La economía no deja de ser un invento humano, debe ser reinventada para servirnos en lugar de imponernos reglas. Es vital que la comunidad de negocios, actualmente el poder fáctico más importante del planeta, forme parte de este proceso.
Las economías locales han de ser estimuladas para que el dinero pueda circular localmente, sin que acabe por alimentar a las grandes ciudades.
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Cuidado de la salud
El tema de la prevención y del cuidado general de la salud es un área que debe ser transformada. En el Norte, podríamos ahorrar hasta el 80% de los costes de salud, si creáramos estilos de vida saludables y asumiéramos la responsabilidad de nuestra salud.
Esto sería especialmente beneficioso para los ancianos, los niños, las mujeres y los marginados (drogadictos, alcohólicos y parados). Lo que no implica que hayamos de renunciar a los beneficios de la medicina occidental.
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Enseñanza y Formación
La enseñanza será una herramienta necesaria para que ocurran estas transformaciones. Todas las primeras ecoaldeas han puesto en marcha centros de enseñanza de desarrollo personal y de cómo crear una ecoaldea.
Aire, el elemento que representa la cultura
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Creatividad, arte y desarrollo personal
La creatividad y la expresión de la singularidad de todo ser humano a través del desarrollo personal es parte esencial del individualismo comunitario, que se opone claramente al conformismo que se da en la sociedad de masas.
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Rituales, celebraciones y diversidad cultural
La gente crea festivales, rituales y celebraciones como formas de manifestar su conexión con los demás y con la naturaleza. El sentimiento de interrelación nos aproxima unos a otros, sumiéndonos en un estado de dicha y de pertenencia.
Transciende el modo dualista de nuestra comunicación. Cuando este tipo de experiencias se ofertan en el sector servicios se convierten en pobres substitutos. A través de dicho sentimiento, la tolerancia y la comprensión de la riqueza de la diversidad se nos hace palpable.
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Una nueva visión del mundo, circulatoria y holográfica
La transformación ha de ir acompañada de un cambio de conciencia. Conciencia global podría ser el nombre para este nuevo paradigma.
Una nueva visión del mundo, circulatoria y holográfica esta emergiendo. Los cuatro elementos se reflejan también en nuestros cuerpos.
Lo que sucede a la naturaleza sucede a nuestros cuerpos.
Este es el principio holográfico. Conocido por las culturas más avanzadas de la Antigüedad, ha sido redescubierto por la moderna ciencia occidental.
Aprendamos a apreciar las antiguas culturas y a los líderes espirituales del mundo, y tratemos también de comprender las enseñanzas de la ciencia moderna.
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Un proceso hacia la paz, el amor y la conciencia global
Hay muchos caminos para integrar esta conciencia global en nuestro pensamiento y en nuestro comportamiento.
Lleva tiempo y esfuerzo erradicar los errores de la cultura industrial occidental en nuestros cuerpos y en nuestros pensamientos.
Lo importante es emprender el camino y aceptar su necesidad. Las ecoaldeas son lugares perfectos para empezar a andar.
¿Cómo crear una ecoaldea?
El proceso será diferente dependiendo de dónde comiences, pero la idea central parece no diferir mucho de un lugar a otro del planeta, en el Norte o en el Sur, en el campo o en la ciudad, en un asentamiento existente o en uno de nuevo cuño, sean tus motivaciones esencialmente ecológicas, sociales o espirituales.
¿Por qué es en cualquier caso tan difícil? ¿Por qué hay tan pocas ecoaldeas? Crear una ecoaldea entraña una forma de pensar completamente nueva.
Se necesita un trozo de terreno para empezar, reunir un grupo de gente motivada, plasmar la idea en un proyecto concreto.
Y entonces hay que diseñar casas, un sistema integrado de energía, un sistema de producción de alimentos y de almacenamiento, un sistema económico.
Todo ello es necesario. Todas las facetas de la vida han de ser redefinidas.
Por último hay que superar uno de los mayores problemas: cómo resolver los conflictos que se producen en la ejecución del proyecto.
Y probablemente, al mismo tiempo que haces todo esto, tengas que ganar dinero y sacar adelante una familia. Y tengas que luchar con las autoridades y la administración para conseguir permisos.
Es una tarea casi imposible. Y sin embargo, hay gente que está en ello, y sin apoyos de ningún tipo.
Más información: www.gaia.org
Reportaje sobre la ecoaldea de Findhorn www.revistanamaste.com/ecoaldea-de-findhorn