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jueves, 1 de septiembre de 2011

Huertos familiares, escolares, en espacios públicos...

Parades en crestall (método de agricultura)
Escrito por Xavi Sun   

Se trata de un sistema de cultivo para huertos familiares, escolares, en espacios públicos o para explotaciones agrícolas de producción ecológica elaborado por un mallorquín, Gaspar Caballero de Segovia y que bautizó con el nombre de parades en crestall atendiendo al lenguaje nativo de la isla donde parada podría ser sinónimo de bancal y crestall de manto orgánico.

El método lleva más de 25 años en centenares de experiencias que han permitido llegar a un perfeccionamiento casi total. En otras palabras, este método que ha revolucionado la práctica de la horticultura donde se implanta, lo podríamos llamar también del bancal con mantillo protector.

El método de Gaspar Caballero se caracteriza porque organiza de forma precisa los bancales que vamos a ubicar en la parcela disponible para cultivo, y diseñado de forma que pueda establecer un sistema de rotación de las plantas que queremos cultivar organizadas por familias botánicas.

Pero, sin duda, lo que distingue el método de otras prácticas agrícolas ecológicas es que no mezcla el aporte orgánico en forma de compost con la tierra sino que lo deposita sobre la tierra que vamos a cultivar como si de un manto o
mulch orgánico se tratara.

Una parada en crestall (método) es un sistema para trabajar la tierra con la mínima superficie de tierra sin productos químicos, con el mínimo consumo de agua sin pesticidas, con el mínimo trabajo de siembra sin necesidad de semillas genéticamente modificadas, con el mínimo mantenimiento y la máximas producción. 

Gaspar Caballero, nacido en Mallorca en 1946, inició este exitoso método hacia 1980.

En la actualidad, a través de la Asociación Cultura de Camp ubicada en la isla de Mallorca continua divulgando su método y desde la cual se puede obtener fácilmente el magnífico libro que lo detalla. Este se publicó profusamente ilustrado y con imágenes de numerosas experiencias prácticas. 

Dada la vital importancia de la horticultura para muchas familias, especialmente en países donde la agricultura familiar es esencial para su supervivencia, el autor, permite la libre distribución de los conocimientos adquiridos durante años , sobre el método de agricultura ecológica detallado. ( video

El ciclo de la vida es básico para conseguir compost, un elemento clave para la fertilidad de la tierra y con el que se inspira el método de agricultura ecológica . ( método)

La revolución en el huerto: “las paradas en crestall”

El huerto es sin duda un elemento clave en el desarrollo de la sociedad humana. Los métodos y la experiencia de generaciones nos ha legado un patrimonio cultural básico para algo tan elemental como comer. El huerto es sinónimo de familiar, pero en los últimos años también lo es de recurso educativo y de ecología.

El huerto ecológico trabajado sin venenos químicos ni fertilizantes sintéticos se ha convertido en la bandera del vivir en armonía con el entorno y de respeto del patrimonio natural.

Las aportaciones técnicas y metodológicas sobre horticultura ecológica son el resultado del esfuerzo de muchas personas que han convertido el trabajo de la tierra respetuoso en una filosofía de vida.

Además la horticultura ecológica ha invadido también el espacio urbano generando incluso movimientos sociales como los Green Guerilla en Nueva York que llevan más de 20 años promoviendo huertos urbanos en esta metrópolis. Hoy, plantar un huerto es un acto revolucionario.

Pero, debemos añadir, si es ecológico. Sin embargo, hablando de horticultura no podemos olvidar que estamos ante una técnica que varía según las condiciones geofísicas y climatológicas de la zona. Así pues como dice el refrán “cada maestrillo su librillo”.

En los últimos años un método elaborado por un mallorquín y conocido por “parades en crestall” ha revolucionado la práctica de la horticultura. Su divulgación se ha centrado durante años en esta isla del Mediterráneo, pero el éxito de la misma está empezando a traspasar fronteras.

Ante la falta de documentos en internet que divulguen este método, LuxVitae.com como portal entusiasta con la ecología urbana y seguidora también del concepto del huerto en las ciudades y en las áreas periurbanas como “la despensa urbana” muestra éste documento que a modo muy práctico sintetice las bases para que cualquiera pueda comprender y aplicar en su huerto este inmejorable método de las “parades en crestall”.
La agricultura ecológica le debe el haber conseguido un método de horticultura con tres objetivos: sencillez, mínimo esfuerzo y máximo rendimiento.

Su trabajo de divulgación de la horticultura ha dejado numerosos ejemplos prácticos de su método en escuelas, huertos municipales, fincas particulares, etc. Inicialmente, con el apoyo de CAMPER, la firma de calzado mallorquina en 1998 desarrollaron el concepto de Jardines comestibles que se instalaron en Madrid, Roma, Londres e Inca, donde está ubicada la sede central de Camper.

La idea de los jardines comestibles como opción de diseño de espacios verdes urbanos es viable por la estética que entraña el método de Gaspar Caballero y lógicamente,porqué el crecimiento de los vegetales le da un aspecto inmejorable a la plantación.

Actualmente, Gaspar Caballero, desde la Asociación Cultura de Camp continua difundiendo su método y en ella se puede adquirir el libro del método.

Este artículo de divulgación del método Gaspar Caballero aunque intenta sentar las bases del mismo de ninguna manera es un substitutivo del libro editado por el autor.

El libro Parades en Crestall. El huerto ecológico fácil para familias, escuelas, espacios públicos y fincas agrícolas si bien describe el método que no tiene secreto alguno constituye, sin embargo, un documento excepcional por sus impresionantes ilustraciones.

Cualquiera que empiece a practicar el método en su pedazo de tierra y vea los primeros resultados querrá ser partícipe de esta revolución hortícola y poseer el libro original que Gaspar Caballero de Segovia nos ofrece. 
 

 Información cedida en libre distribución por Terra.org





En el 2000 se llevó a cabo un increíble proyecto de permacultura en Jordania, mediante el cual se demostró que la restauración ecológica es posible incluso en las condiciones mas adversas.


miércoles, 22 de septiembre de 2010

Crece la lucha por el Agua ...

La tierra se seca y crece la lucha por el agua en Los Andes

Cambio climático. Perú es el país que más padece el calentamiento global en el mundo. Ecuador también sufre. Sube la temperatura, se derriten glaciares pero hay repentinas heladas. Amenaza cultivos y estilos de vida milenarios.

PorSilvina Heguy
Cusco. Perú. Enviada Especial

Gumercinda Catunta hace tiempo que anda con la intención de “sembrar y cosechar lluvia”. Pero cuando va a pedir ayuda a las autoridades de Pampamarca obtiene siempre la misma respuesta: no hay presupuesto.
Gumercinda repite su pedido en la plaza del pueblo de la provincia de Cusco, en Perú. Tiene 41 años, tres hijos y está parada bajo el monumento que recuerda que estas tierras son las de Tupac Amaru y de su compañera, Micaela Bastidas.

Son las tierras que forman parte del país que más sufre los efectos del cambio climático en el mundo y donde ni la ayuda del Estado ni de los países responsables del calentamiento global llegan.

A más de 3.800 metros, la falta de agua, la retracción de los glaciares, las temporadas desdibujadas, las heladas repentinas, las épocas de lluvias cada vez más cortas e intensas, los fríos cada vez más fríos y el calor cada vez más alto son las manifestaciones más concretas del cambio climático, esas variaciones del tiempo atribuidas directa o indirectamente a la actividad humana.

Gumercinda habla mientras una banda de músicos suena dentro de la municipalidad de este pueblo a unas dos horas del centro turístico de Machu Picchu y anticipa la salida de una pareja de recién casados seguidos por un enjambre de parientes y amigos y una nube de papel picado, la única nube que se ve a miles de kilómetros.

El cambio climático amenaza con la vida tal como se la vivió durante años en la región de Cusco.

“Antes sabíamos cuándo sembrar porque comenzaban las lluvias. Antes había tres manantiales de donde sacábamos el agua para regar. Ya no están, pero están las nuevas plagas y las papitas que se malogran”, enumera Roberto Lazo, uno de los vecinos que participa de un proyecto que involucra a 6.500 familias para poder adaptarse al cambio climático. La asociación Ararina es la encargada de trasmitir 24 técnicas no contaminantes orientadas a mejorar la productividad del suelo, el manejo del agua y su conservación.
“Hace tres años que las temperaturas son tan frías que nuestros niños se enferman de cosas nunca vistas. Además de sufrir la desnutrición, mueren de neumonía”, cuenta Gumercinda.

A unas dos horas de Pampamarca está Espinar, otra de las provincias peruanas que forma la región de Cusco. “Aquicito el pasto no crece como antes” y la Puna seca se ve cada vez más seca.

El cordón montañoso que rodea las comunidades campesinas está marrón oscuro. “Antes había nevados y glaciares, pastizales enormes, pero sin hielo ya no hay agua”, explica Adriano Paucara, uno de sus pobladores.

Perú y Ecuador son los dos países de América latina que tienen glaciares tropicales, superficies heladas entre el Trópico de Cáncer y el de Capricornio y que según los estudios científicos están desapareciendo .

Más allá de que la retracción y avance de estas masas heladas es un proceso natural, la intervención del hombre modificó este ciclo. Y sin glaciares no hay agua y sin agua no hay vida. Entonces, la lucha por el agua no es un vaticinio de ciencia ficción. Un estudio de 2007 por la Comunidad Andina pronostica que en América latina las tensiones por el agua involucrarán entre 7 y 77 millones de personas.
Y eso sucede en Perú, donde ciudades como Espinar tienen sólo dos horas diarias de agua.

Este país ya perdió el 40% de bloques helados en los últimos 30 años y casi la misma proporción se derritió en Ecuador. Los dos países están anotados para recibir el fondo de compensación y para adaptación al cambio climático que se lanzó en la Cumbre de Copenhague. Pero poco se ha avanzado.

Los fondos serán el tema del próximo diciembre durante la reunión de Cancún.
Pero ni el dinero ni las negociaciones llegan, por ahora, a estas tierras altas de los Andes.
Sólo los campesinos, las ONGs y la cooperación internacional.

Adriano Paucara es uno de los pocos que ya siembra y cosecha lluvia. Gracias a fondos de Oxfam a la ONG regional Asociación Proyección construyó un reservorio de agua y un sistema de riego por aspersión que hace que su parcela sea un lunar verde entre tanto seco. Un modelo que intentan copiar otros pobladores. A 4.400 metros en Camanoccla hace seis meses que se lo está copiando.

No hay pasto como antes. El sol quema como nunca. Antes caminábamos en patitas, ahora necesitamos zapatos. Hay heladas repentinas que malogran las cosechas. Vienen huracanes y enfermedades a los niños”, cuenta uno de sus moradores de la comunidad formada por 500 familias. En lo que va del año “30 angelitos se nos fueron al cielo. No soportaron el frío y la neumonía que antes no había, pero que ahora sí”.

MAS INFO:
http://buenasiembra.com.ar/ecologia/articulos/cambios-climaticos-del-agua-el-fuego-el-sol-hoy-441.html

viernes, 28 de mayo de 2010

CULTIVAR en el DESIERTO

Agricultura en el desierto

Una práctica esencial para paliar el cambio climático y posibilitar el desarrollo de países desfavorecidos
Cultivar en el desierto puede parecer anecdótico, pero no lo es. Más de la mitad de las tierras cultivables del planeta son áridas o viven bajo la amenaza de la sequía. En los próximos años, podría ser incluso peor: el cambio climático provoca la reducción de las precipitaciones y el aumento de las temperaturas globales. La agricultura en el desierto proporciona alimentos a millones de habitantes y la recuperación de espacios naturales. Países como Somalia, Etiopía, Níger, Egipto, Israel o Chile demuestran que la innovación y el uso de técnicas sencillas hacen posible el cultivo de diversas especies.

Las ventajas ecológicas y sociales de aprovechar zonas desérticas para su uso agrícola son diversas: los suelos se vuelven más fértiles y se reduce la erosión, un problema ecológico que ha aumentado en los últimos años; se mitigan los efectos del calentamiento global; los habitantes de estas zonas logran un recurso alimentario y económico que mejora sus condiciones de vida, en especial de los más desfavorecidos, y evita el éxodo rural a las grandes ciudades.
Masanobu Fukuoka, uno de los pioneros de la agricultura sostenible, emprendió hace unas décadas un sistema de cultivo que ha recuperado regiones áridas de Somalia y Etiopía. Según este experto, el desierto puede ofrecer los recursos necesarios si se siguen unos métodos naturales sencillos. Fukuoka asegura que si los países ricos quisieran ayudar a los subdesarrollados no les deberían enviar alimentos, sino semillas para que sus habitantes tuvieran sus propios cultivos.

Cultivar en el desierto para el desarrollo local

El desierto proporciona los recursos necesarios si se siguen unos métodos naturales sencillos
La colaboración entre gobiernos, ONG e instituciones internacionales supone una esperanza para millones de ciudadanos sin recursos. Así lo han demostrado diversas iniciativas que han introducido la agricultura en zonas desérticas de países en vías de desarrollo. El Sahara cubre la gran mayoría de Níger, uno de los países más pobres del planeta. La aplicación, desde hace dos décadas, de varias técnicas sencillas y de bajo coste han recuperado para su cultivo varias áreas del desierto. El esfuerzo ha merecido la pena: en la actualidad, cuatro millones y medio de personas viven gracias a los productos cultivados en una extensión que ocupa una superficie similar a la de Aragón.
Las instituciones egipcias pusieron en marcha hace una década un plan para transformar áreas desérticas en cultivables mediante diferentes métodos agrícolas. De esta manera, se ha conseguido a la población un medio de vida y se ha evitado la emigración en varias partes del país.


- Imagen: Kevin Dooley -

Israel, con un 60% de sus tierras de cultivo en zonas de desierto, ha demostrado que la aplicación de diversas técnicas innovadoras supone resultados sorprendentes. Los recursos hídricos se obtienen de varias formas, gracias a un sistema de canalización desde el Mar de Galilea o del reciclaje de aguas grises de las zonas urbanas.
Los agricultores israelíes han introducido especies adaptadas a estas condiciones extremas, como la jojoba, la pythaya, el cactus opuntia o varias especies de flores. El cultivo en invernaderos especiales proporciona diversos tipos de verduras, hierbas y flores para su exportación. En las zonas de dunas se cultivan cítricos o mango con agua reciclada y las zonas de colinas con escasas precipitaciones y muy erosionadas en el pasado se han recuperado mediante una intensiva reforestación. En otros lugares, también con condiciones áridas, se ha logrado el cuidado de ganado para productos lácteos, otras especies como avestruces o pescados como la Tilapia.

Investigar para los cultivos de desierto

Israel ha demostrado que la aplicación de diversas técnicas innovadoras logra resultados sorprendentes
Los científicos son fundamentales para extraer el máximo provecho de las zonas áridas o afectadas por la desertificación. En la Universidad de Chile, un grupo de investigadores de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales estudia diversas especies vegetales, como la jojoba, la higuera, el granado y la alcaparra, para su explotación económica en tierras desérticas chilenas. Estos expertos señalan que estas zonas son cada vez más extensas en su país y se requerirán más de este tipo de cultivos adaptados a condiciones de estrés hídrico.
Los investigadores de la Universidad de Chile también señalan que el cultivo en áreas desérticas necesita un cambio de enfoque. En su opinión, la investigación mundial en estudios de resistencia o tolerancia a la sequía se ha centrado en la producción alimentaria convencional y, en concreto, en los cereales y algunas leguminosas. Sin embargo, estas especies no son las más aptas para las zonas desérticas. Por ello, destacan, lo lógico es trabajar en especies con características naturales de resistencia a este tipo de condiciones y que no compitan con suelos destinados a otras especies.


- Imagen: Andy -
La experiencia de pueblos antiguos que han vivido durante siglos en condiciones de aridez puede ser de gran ayuda en la actualidad. Los indios nativos americanos en el Desierto de Sonora se basan desde hace siglos en un sistema natural de riego que aprovecha las inundaciones estacionales y las laderas para sus cultivos. En el Valle de Salt River, en Arizona, un sistema de canalización para riego creado hace unos quince siglos sin el uso de metales o de la rueda ha servido de modelo para los ingenieros actuales.

Agricultura en desiertos urbanos

Las ciudades son "desiertos" que se pueden cultivar para beneficio de sus habitantes. Así piensa Nathan McClintock, de la Universidad de California-Berkeley, que estudia el potencial de la agricultura urbana en barrios desfavorecidos. Este experto se ha centrado en Oakland (California, EE.UU.), donde la comida rápida es predominante y el acceso a los alimentos frescos es escaso. McClintock utiliza técnicas de cartografía espacial para localizar tierras públicas que se puedan utilizar para la producción urbana de alimentos. El investigador estima que el aprovechamiento agrícola de estos espacios podría proveer hasta el 10% de las necesidades de productos frescos.

MAS INFO: http://buenasiembra.com.ar/ecologia/agricultura/masanobu-fukuoka-914.html

http://buenasiembra.com.ar/ecologia/articulos/la-revolucion-de-un-rastrojo-en-america-del-sur-1110.html


http://buenasiembra.com.ar/ecologia/articulos/que-es-permacultura-818.html

http://buenasiembra.com.ar/ecologia/articulos/la-permacultura-la-agricultura-organica-del-futuro-1011.html