Los fertilizantes naturales son un aspecto básico, que hemos de tener claro, cuando queremos plantearnos la agricultura ecológica, biológica u orgánica.
El término natural a la hora de definir algunos tipos de abonos, podría resultar ligeramente ambiguo, debemos dejar claro el concepto de natural y ecológico. Cuando hablamos de los diversos tipos de compost, cuya materia prima puede ser de origen muy diverso, el reglamento comunitario deja bien claro cuáles son estos materiales de partida y los distintos procesos de elaboración.
Así pues, el estiércol de cualquier ganadería en principio es un producto natural, sin embargo el reglamento es estricto en este sentido, pudiéndose sólo utilizar para compostar el estiércol de ganadería extensiva o ecológica. Los restos de podas, y demás restos vegetales que no estén contaminados por sustancias nocivas (como metales pesados) de modo tal que el resultado final del compost sea un producto de calidad, exento de contaminantes, metales pesados, etc. Dicho esto queda entonces claro que los fertilizantes naturales que sean utilizables en la producción ecológica serán un sinónimo de seguridad.
Existen una serie de ventajas y desventajas del abono animal. En fincas donde haya animales de granja, el estiércol es un subproducto que podemos y debemos utilizar. Aunque hay algunos estiércoles muy ricos en nitrógeno como la gallinaza, sin embargo el exceso de algunas sales como el sodio y el cloro pueden ser un handicap.
En cuanto a los distintos modos de aportar nitrógeno, decir que la estrategia del abonado nitrogenado es vital para el éxito de nuestros huertos. Podemos hacerlo aplicando estiércol compostado, compost comerciales, harinas de plumas y sangre, pero sobre todo, con siembras de abonos verdes, segando para incorporar al compost o segado e incorporado directamente al suelo.
Importancia de la materia orgánica
Definir en un pequeño espacio la importancia de la materia orgánica es casi una contradicción por que necesitaríamos horas de disertación para semejante hecho. Lo cierto es que un suelo es fértil sólo si dispone de cantidades importantes de materia orgánica. ¿Por qué? Porque es el combustible primordial para los microorganismos que viven en el suelo, la mayor comunidad viva del planeta.
Al contrario de lo que se piensa, las plantas no pueden vivir sin esta flora especializada que es la encargada (cada grupo de estos organismos especializado en un determinado ciclo o función) de poner a disposición de las plantas los distintos elementos minerales (nitrógeno, fósforo, potasio, azufre, calcio, etc.), además de ser también los fabricantes de sustancias tan importantes como antibióticos, vitaminas, diferentes tipos de ácidos orgánicos, etc. En definitiva son la clave de la nutrición.
Además la materia orgánica permite retener en el suelo agua y nutrientes, comportándose como un reservorio, que abastecerá a los diferentes cultivos. Mejora la estructura del suelo, permitiendo la circulación de aire y agua, fundamental para el eficiente funcionamiento de las raíces, en equilibrio entre ambas sustancias.
Origen de los fertilizantes Naturales
Dentro de los fertilizantes naturales tenemos los de origen orgánico y mineral.
Fertilizantes naturales de origen orgánico
Tradicionalmente el estiércol ha sido el fertilizante por excelencia. Aunque en tiempos pasados existen datos de cómo ciertos grupos como los Templarios no estercolaban sino que elaboraban compost. En términos generales el estiércol no se debería incorporar directamente al suelo, sino tras su compostaje.
El compost es el resultado de una serie de procesos y fenómenos (fermentación, oxigenación, pasteurización, enriquecimiento de flora microbiana beneficiosa, etc.) que da como resultado un nuevo producto alejado de la materia prima base (o mezcla de materias), libre de virus y agentes patógenos, exento de semillas de malas hierbas y enriquecido con microorganismos beneficiosos. Podemos compostar estiércol sólo o adicionándole otros restos como paja, hierbas, hojas secas y frescas, restos de poda, etc. O incluso un compost de origen vegetal exclusivamente.
A veces el compost se enriquece con materias de origen mineral, como fosfatos naturales, arcillas, sales de potasio y magnesio, etc. De ahí surgen los abonos organominerales.
Dentro de los fertilizantes naturales también tenemos la turba aunque su mayor uso es como sustrato base para esquejes, plantas de vivero, macetas, pequeños plantones de árboles y arbustos, etc. Mención especial requiere el humus de lombriz, compost de gran calidad elaborado por las excreciones de las lombrices en un delicado proceso.
Fertilizantes naturales de origen mineral
Como la epsonita, kieserita, rocas dolomíticas, fosfatos naturales, carbonato cálcico de origen natural como la creta, margas, roca calcárea molida; sales de potasio como la kainita y la silvinita, patenkali, etc. También algunas arcillas y bentonitas como el caolín, atapulgita, etc.
Tanto los abonos de origen orgánico como mineral, pueden ser la materia prima para la elaboración de abonos líquidos y también de los correctores de carencias.
Antonio J. Morales Miñano
http://www.crisolnature.com
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