Las energías renovables llegan al hogar
Pero, ahora, parece que se van perfeccionando con esta finalidad las microrredes o pequeños sistemas inteligentes y autónomos de distribución eléctrica y térmica, que también pueden funcionar conectados a la red pública.
Es decir, la microrred es una red autónoma de generación eléctrica y térmica que aprovecha varias energías renovables: paneles solares, minigeneradores eólicos, microturbinas, pilas de combustible o instrumentos geotérmicos. Es decir, mediante la combinación de todos estos sistemas limpios de generación de energía, una vivienda o un grupo de ellas podría autoabastecerse, convirtiéndose así en autónoma respecto a los sistemas tradicionales.
De momento, se ha utilizado para zonas con escaso abastecimiento de la red pública o en instalaciones que requieren una red auxiliar propia de emergencia, como los hospitales. No obstante, su generalización está aún lejana, pues no existe una legislación específica para ellas.
Y eso que sus ventajas son muy importantes, tanto para el consumidor como para el medio ambiente. Permiten mayor calidad de suministro, así como mayor eficiencia energética, y una autorregulación en el consumo, con el ahorro consiguiente. Y, por otro lado, al abastecerse por medio de energías renovables, el cuidado del medio ambiente está garantizado.
Son muchos los países que están trabajando en el desarrollo de estas microrredes: Estados Unidos, Canadá, o Japón ya disponen de instalaciones piloto en este sentido y existen otras en proyecto. En Europa, los consorcios ‘Microgrids’ y ‘More Microgrids’, en los que participan veintidós empresas de once países, están trabajando en la misma dirección.
También en España se está experimentando con estos sistemas. En Derio (Vizcaya), la empresa Tecnalia ha diseñado e instalado una microrred, cofinanciada por la Unión Europea y los gobiernos nacional y autonómico. Y en Burgos se está ultimando otra instalación de este tipo.
Según los expertos, las microrredes ya son técnicamente viables, aunque pueden mejorarse. Pero la barrera se encuentra, una vez más en los intereses económicos y, con ellos, en los políticos, pues no existe aún una legislación al respecto.
No obstante, los impulsores de estos sistemas son optimistas: calculan que su comercialización podrá iniciarse hacia el año 2013 o 2014.