La mentira de los protectores solares
(Un Revelador Estudio)
La vitamina D, los hipopótamos y el bronceado increíble de Galileo.
Dícese que los hipopótamos se protegen del sol con barro y no con cremas.
Inspirado por estos admirables animales, para hacerle sombra al sol este verano he cubierto mis hombros y mejillas con una fina capa de arcilla medicinal, el ungüento de la arcilla de hidralgirita (el chaco puneño). Lo que observé es que no sólo logra escudar el sol sino que además deja la piel fresca y libre de grasas sebáceas.
Es decir que la fangoterapia es infiltrada por la radiación solar, el sol excita al barro para ofrecer una prodigiosa medicina, algo que ya los hipopótamos y lagartos deben conocer con desparpajo.
La arcilla está compuesta en gran medida por silicatos de aluminio, una sustancia que al ingerirse o aplicarse en el cuerpo no tiene capacidad de ser absorbida, y al aplicarse tópicamente tiene la virtud de formar un escudo metálico, una calamina de aluminio que nos ampara del sol.
Algo audaz e insólito de la vitamina D activada en el riñón, es que se comporta como un interruptor genético, enciende (activa) y apaga (desactiva) genes en el cuerpo.
Como vemos nuestro código genético no es algo inmutable y rígido, sino más bien un sistema cambiante, y puede afinarse con la ayuda de la versatilidad fisiológica que propicia la vitamina D.
La vitamina D tiene factores de transcripción del DNA, e induce la síntesis de proteínas que modifican la función celular. Se estima que son más de 3000 genes los regulados por la vitamina D, entre ellos los genes que regulan el metabolismo de calcio, y más de una docena de genes los responsables de nuestra inmunidad.
Cada célula del cuerpo tiene su ADN, que es una biblioteca de información necesaria para poder enfrentar cualquier estimulo que afronte la célula, la llave maestra para ingresar a esta biblioteca genética es la vitamina D activada.
Con ciencia sabemos que el sol sintetiza la vitamina D, y ésta favorece la acción de células inmunitarias que son antibióticos naturales para diversas bacterias incluyendo las bacterias tuberculosas.
Debido a que no necesitamos consumirla en alimentos la Vitamina D, estrictamente hablando no es vitamina, es una hormona, que secreta la piel, se activa en el hígado y riñón, se desplaza en la sangre. Toda madre sabe que las gripes más severas se curan con un día en la playa.
Quienes recorran este artículo serán invitados a recapacitar sobre las precipitadas conclusiones que hemos elaborado sobre el sol, la piel y los protectores solares.
Los protectores solares, no son tan inocuos como muchos presumen. Todo lo que vayamos a untar sobre la piel debe ser tan sólo alimentos que podríamos también ingerir por la boca, ya que las lociones forman sedimentos que se trasladan al interior.
Las cremas solares, tienen una larga lista de sustancias químicas cuestionables, entre ellas tenemos los parabenos y metilparabenos, unas sustancias insalubres con todo género de efectos secundarios, entre los cuales está presentar actividad carcinogénica.
Si degustamos un cuarto de cucharadita de protector solar reconoceremos un escalofriante sabor y no dudaremos que es una solución no apta para consumo humano, para nuestra desgracia la piel no tiene papilas gustativas.
La piel tiene sentido del tacto, pero no del gusto, le deleita el masaje de una crema pero no reconoce que ese encanto epidérmico, tan efímero como los vapores de sus fragancias, en silencio se emponzoña la sangre.
¨Parabenos: sustancias bacteriostáticas y fungicidas utilizados en multitud de productos de belleza. Estas sustancias pueden imitar el comportamiento de los estrógenos y favorecer el crecimiento de tumores asociados a los niveles de éstos como es el caso del cáncer de mama. Lamentablemente los parabenos -en cualquiera de sus formas- se encuentran en más del 90% de los productos que permanecen en piel y en más del 70% de los que se enjuagan.¨
Sustancias presentes en los bloqueadores solares:
- Oxido de zinc
- Dióxido de titanio
Estos dos ingredientes son metales pesados que bloquean el sol, pero también hay preocupaciones sobre su impacto en el DNA, no debemos usar versiones micronizadas sobre la piel. Partículas, de titanio con un tamaño de 220 nm, pueden ingresar en las células, y al asociarse con la luz solar se agrava su efecto sobre la célula.
Sustancias presentes en los protectores solares:
- Benzophenone- 3 ( perturbador hormonal)
- Homosalate (perturbador hormonal)
- Otyl- methoxycinnamato ( perturbador hormonal)
- Padmitato ( daña el ADN)
- Parsol ( daña el ADN)
- Parabenos y metilparabenos ( perturbadores hormonal)
A partir de la década de los ochenta hemos soportado una esforzada campaña que alerta al público sobre la necesidad de protegerse del sol. Las ventas de protectores solares se han multiplicado, pero curiosamente la incidencia de melanomas parejamente también ha incrementado, aun cuando la capa de ozono es ahora más segura que hace 20 años.
Para ponerlo en cifras, desde 1972 el uso de bloqueadores solares se multiplicó por un factor de 18, mientras que la incidencia de melanomas se ha triplicado.
Según la medicina china, el colon, el pulmón y la piel son órganos de eliminación, y los tres contienen tejidos que desprenden mucosidades. Específicamente la piel es considerada como un tercer pulmón, y como tal es un órgano de absorción y exhalación.
La piel como tejido de desintoxicació n, exuda acné, sudores, forúnculos, espinillas, lipomas y otras purulentas excrecencias. Entre las aplicaciones de la cura solar está secar la flema de la piel.
Las cremas de protectores solares al igual que otras pomadas cosméticas de origen sintético y petroquímico, recubren los poros, ahogan la respiración natural de las células de la piel, absorben la humedad de la piel, después de lo cual lucirá como una piel consumida y reseca.
Si se usa cremas humectantes con petroquímicos, o aceites vegetales refinados, estamos taponando las vías de eliminación del órgano, y la piel maltratada con estas aplicaciones aparecerá más seca y deshidratada, y así justificaremos un perpetuado uso de cremas hidratantes.
No sólo no se debe de ungir la piel con cremas densas sino que además debemos adoptar la costumbre del frotado cutáneo con esponjas exfoliantes que procuren poros abiertos, para lograr una piel limpia y oxigenada.
Las profecías de un mundo sin capa de ozono y nosotros calcinados bajo un sol implacable, son una extrema fantasía del desamparo que casi no guarda proporción con la realidad.
Nuestra cultura nos enseña temer el sol, se nos condiciona a comprar cremas industriales, para cubrimos con encarecidas pomadas antisolares, cuando lo que deberíamos hacer realmente es aprender tanto a captar el sol como a cuidarnos con inteligencia de una excesiva exposición.
Es curioso que mientras que unos se cuidan del sol, y otros le huyen despavoridos, no obstante nuestros ancestros del ande reverenciaban al Taita Inti, porque lo comprendieron como fuente suprema e inagotable de toda la vida en la tierra.
Más adelante en la historia, fue Galileo quien imaginó que si los crédulos ilusos volaran el cielo estaría cubierto y no podríamos ver al sol. Galileo, con los innegables honores que merece es el padre del Heliocentrismo.
Fue un hombre muy piadoso, como lo demuestra la correspondencia con su hija, Sor María Celeste, una religiosa del convento de las hermanas clarisas, pero aun así no dejó que su visión telescópica del cosmos fuera obnubilada por hombres sin ciencia, y reconoció el lugar central que tiene el sol, no sólo en el espacio, sino en la vida del hombre sobre la tierra.
Si observamos la tierra desde un punto elevado veremos que sólo es una esfera azul puesta en vida por la luz intangible de otro astro.
El concepto legendario de Prana muchos lo confunden con aire, oxígeno o energía eléctrica. Según los vedas el Prana proviene del sol (surya), es la fuerza vital que el sol le transmite al aire.
A un yogui hindú se le preguntó qué es Dios, su respuesta desnuda detalla que es el espíritu que se aloja dentro del Prana. Los primeros astronautas que regresaron del espacio, se quejaron de una extrema fatiga, como si cayeran desplomados al piso a su regreso llegaron lánguidos y consumidos.
Se resolvió el problema entendiendo que el oxigeno no es suficiente para la vitalidad del hombre, el aire además debe estar ionizado y magnetizado, el sol juega un rol imprescindible en nuestra vitalidad.
Para completar el tema, no es sólo el aire quien debe contener al sol, también debe de estar en nuestros alimentos, de ahí la importancia del alimento vivo y fresco. El agua que bebemos también chispea, se limpia e ioniza con el sol. El mejor horno para preservar la integridad del alimento es el horno solar, cocinado en ollas de arcilla.
Otro compuesto natural lo constituye el aceite de ajonjolí con unas gotas de aceite esencial de lavanda. Se dice que esta combinación nos da un factor de protección #15. El aceite de ajonjolí es considerado un aceite depurativo de la piel, y es el aceite usado en los masajes en la medicina ayurvédica.
Tanto el aceite de ajonjolí como la arcilla de chaco tienen la virtud de escarbar y remover toxinas del cuerpo. Hay mujeres que se angustian por la estética que ofrece la arcilla, para otras mujeres no deja de ser sugerente estimular la memoria con las obscenas luchas sobre el fango, (mud fights), caminan con un tenue paño gris donde con comodidad se adivina el contorno del bikini.
Después de comer el chancho se revuelca en el barro y luego se extiende bajo el sol. El sol le seca la flema de su digestión descompuesta, y el barro es una terapia que regula su temperatura, junto con el sol escurre las mucosidades y participa en el proceso de remover toxinas de su sangre.
Por el hecho de aplicarnos un protector solar no va a forjarse un pellejo de titanio, ni de resistencia ilimitada a los rayos ultravioleta. Más aún se sabe que la luz ultravioleta origina reacciones químicas con las cremas anti-solares, se generan radicales libres y mutaciones que desencadenan un efecto de agresión al núcleo de las células, estos son factores promotores de enfermedades como el cáncer. Investigaciones científicas han concluido que no se conocen ingredientes en los protectores solares que podamos considerar seguros.
La piel es un órgano de desintoxicació n y no se aconseja taponarla con aceites petroquímicos, los cuales saturan las células, y ahogan las membranas. La piel es un órgano muy versátil con capacidad de purificar el cuerpo.
Si por algún motivo la piel recibiese un exceso de exposición al sol, se puede aplicar tópicamente la sábila y/o el aceite de coco. El aceite de coco es el aceite propio para el bronceado así como también para resguardo del sol.
El consumo regular del aceite de coco hace que la piel contenga las maravillosas grasas saturadas de cadena media, (el ácido laúrico, caprílico y cáprico) estas delicadas mantecas de palmas nos protegen la piel de los daños causados por los rayos ultravioleta.
Hay maneras inocuas y elementales de protegerse del sol, la vestimenta, los sombreros y las sombrillas, y también no exponerse al sol directo entre las 11am y 2-3 pm.
Si bien es cierto que el abuso del sol es sin lugar a duda perverso y maligno, debemos apreciar que una mesurada exposición al sol de 20 minutos es una inigualable medicina. A partir de los sesenta años la síntesis de vitamina D se restringe, por lo que las personas mayores deben procurar un especial cuidado y no dejar de exponerse y rejuvenecerse con el sol.
Entre las diferentes virtudes que ofrece la vitamina D, está presentar una excepcional actividad antitumoral. Se estima que dos terceras partes de la humanidad no reciben suficiente vitamina D.
El común de la sociedad convive bajo el techo de su casa, son 40 horas de la semana laboral que realiza faenas bajo la sombra de la fábrica u oficina, y cuando sale a la calle y no está cobijado bajo un transporte público, sólo expone la cara y manos al sol, que es menos del 5% de la superficie de su cuerpo.
Es importante exponer la piel, el sol no asegura absorción de rayos ultravioleta B, por ejemplo, envueltas en velos, las mujeres de arabia saudita, que practican purdu, presentan las más severas deficiencias de vitamina D.
Hoy en día estamos iniciando una prodigiosa campaña informativa sobre los beneficios de la vitamina D para combatir el cáncer. El dos veces premio Nóbel Linus Pauling, con singular pasión promovió la terapia de mega dosis con la vitamina C, tristemente ahora se conoce que después de sus profundas investigaciones se equivocó por tan sólo una letra. Todo paciente con cáncer debe exponerse al sol como mínimo dos veces al día por un lapso de 20 minutos.
Estudios epidemiológicos señalan que la incidencia del cáncer recrudece conforme nos alejamos de la franja ecuatorial. Ciudades sombrías y nebulosas tienen mayor incidencia de cáncer y depresión. El Norte de EEUU padece más cáncer, suicidios y otras enfermedades degenerativas con respecto al más soleado sur del país.
Las muertes por cáncer de vejiga, colon, ovario y próstata son cuatro veces más comunes en el norte de EEUU.
Eximidas de pudor las mujeres pueden considerar exhibir los senos al sol para así reducir el riesgo de cáncer de mama. En Nebraska se hizo un estudio con un grupo de mujeres mayores de 55 años que tomaron 1100 ui de vitamina D en cápsulas, durante 3 años, con respecto al grupo control mostraron un riesgo general de cáncer 77% inferior.
La luz ultravioleta tiene dos espectros UVA y UVB. La luz UVA, tiene una frecuencia de 320 a 400nm, debido a la absorción en la capa de ozono atmosférico el 98.7% de la luz UV que ingresa a la tierra es bajo la forma de UVA. Por otro lado, la luz UVB es la que necesita el cuerpo para sintetizar la vitamina D, tiene una frecuencia de 290 a 320 nm.
Lo paradójico es que la mayoría de protectores solares nos protegen de la UVB y son menos eficaces para protegernos de la más peligrosa luz UVA, que es la frecuencia de UV más relacionada al cáncer. Hoy se sabe del efecto poderosamente antitumoral de la vitamina D3, entre tantos beneficios la vitamina D es un inigualable protector contra el temido melanoma de piel.
¿Será posible que los protectores solares, dejando de lado sus dudosos componentes, estén en efecto entorpeciendo que el cuerpo ejerza su capacidad de sintetizar las hormonas que nos protegen del cáncer?
En pocas palabras la exposición mesurada e inteligente al sol nos protege del cáncer, mientras que los protectores solares con la extendida y oculta carbonización que propicia son prácticas antitéticas e incompatibles con la salud.
Con fogonazos naturales el sol aguijonea las glándulas y hace que descarguen unas exquisitas secreciones para la felicidad, las gónadas también liberan unos fluidos ambrosianos que ningún afrodisíaco logra aventajar.
En celebración privada en la noche compartimos y gozamos los fluidos de las glándulas que fueron entibiadas en una previa cocción durante el día. Un cuerpo que le huye al sol, es como un escarabajo que vive en grutas oscuras, está destinado a una coexistencia parasitaria y a marchitarse con sus glándulas decrépitas y resecas.
Galileo fue un hombre fascinado por los satélites de Júpiter y las misteriosas manchas solares, con su telescopio proscrito de lentes ahumados observó el sol y a través de su retina taciturna transitaron rayos solares que luego iluminarían sus geniales neuronas.
Otros hombres, igualmente extravagantes, fueron y son imantados por la radiación solar, tan es así que su oficio ahora es profesar el evangelio de la absorción de energía solar. El maestro Hira Ratan Manek, practica sun gazing desde hace 40 años, la contemplación del sol.
Los rayos del sol pasan por la ventana de la retina y el nervio óptico, así las células nerviosas de la corteza cerebral y luego todas las células del cuerpo se cargan de energía fotovoltaica.
Con el sol los fotones hacen chispear de satisfacción a las células, y como es energía disponible se mengua el hambre. Al parecer el sistema nervioso autónomo es vegetativo y acaso también vegetalista, hace una singular fotosíntesis o efervescencia de cargas eléctricas de las neuronas.
El sol provoca una estimulación celular, un playazo interno de toda nuestra anatomía.
Durante por lo menos unos 30 años el oficialismo ha inculcado una cultura de alarma y desconfianza del sol. Con la sensatez de saber que la helioterapia no es comerciable, pero las cremas anti solares si, participan en estas “campañas informativas” las transnacionales, fraguando la ciencia. Es difícil encontrar una revista magazín que no esté aceitada con un reportaje sobre la piel, el cáncer, los bloqueadores solares y las cremas humectantes.
Con mayor rigor científico, hoy en día los altos investigadores especializados en la Vitamina D observan que la humanidad padece de falta de exposición al sol, (cerca del 85% de la población) se estima que sólo en EE.UU. podría prevenirse entre 200 mil a 300 mil casos de cáncer al año, si los niveles de Vitamina D en la sangre fueran normalizados, pero no es sólo el cáncer que se previene con esta Vitamina, también las enfermedades auto inmunes como esclerosis múltiple, enfermedades al corazón y la osteoporosis.
En los últimos 100 años nuestra exposición al sol ha disminuido notoriamente mientras que la incidencia de cáncer de piel ha incrementado. Este dato nos abre interrogantes. El riesgo de cáncer de piel quizá ha sido algo dramatizado. Se calcula que por cada caso fatal de cáncer de piel debido a un abuso de ultravioleta hay más 200 que mueren de otros tipos de cáncer por insuficiencia de UV, y niveles ínfimos de vitamina D.
Ciertamente la peligrosa insolación incrementa el riesgo de melanoma, pero la exposición moderada al sol reduce el riesgo de melanoma en un 15%. Después de exponerse al sol es muy importante esperar una media hora, y no bañarse con jabón el cual remueve la vitamina D que aun está en la piel.
Los protectores solares introducidos en 1988 son responsables de la actual epidemia de deficiencia de vitamina D.
Desde esa fecha se incremento el cáncer de piel, debido a las creencias inculcadas actualmente, puede parecer una declaración iconoclasta en exceso decir que el sol nos protege del cáncer. Por desgracia a partir de un factor de protección solar #8 se reduce la vitamina D en 97.5% y un factor #15 lo reduce en 99.99%, será verdad decir que estas cremas nos protegen del cáncer cuando sabemos que:
Maneras en que la vitamina D combate el cáncer
1. Aumenta diferenciación celular
2. Aumenta la apoptosis o suicidio de células malignas
3. Baja la proliferación de células malignas
4. Reduce el potencial metastásico
5. Reduce la angiogénesis
“Los datos demuestran que la vitamina D es un potente anticancerígeno y un exquisito regulador inmunitario. Aunque muchas de esas propiedades se manifiestan sólo cuando la concentración sérica de la vitamina D es superior a la media de la población.” Revista Scientific American enero 2008 Luz Tavera y John White Investigadores Phd de la Universidad de Harvard
Hoy se sabe que la “vitamina solar” es una quimioterapia natural para las células del cáncer, esta vitamina actúa como regulador del crecimiento celular. Estudios en laboratorio, en animales y epidemiológicos, muestran que la deficiencia de vitamina D, está ligada a los cánceres más frecuentes, cáncer de mama, próstata, colon y piel.
En el cáncer la Vitamina D bloquea la capacidad de división de las células tumorales, alterando la función de genes implicados en esta enfermedad. Ahora bien el exceso de luz UVB altera el DNA de las células dérmicas y aumenta el riesgo de convertirse en células cancerosas.
Cuatro fotones de UVB se combinan con una molécula de colesterol llamada 7´DHC para crear la llamada vitamina D3. Casi no hay defectos metabólicos conocidos que impidan la activación de la Vit D3. Por otro lado, la vita D2 es sintética, es usada en lácteos y como suplemento es menos eficaz.
Si se consumen suplementos de vitamina D, debemos asegurarnos que sean en la presentación de Vitamina D3. En general no es recomendable tomar lácteos que han sido suplementados con Vitamina D, ya que se dañan las arterias, se exacerba la peroxidación lipídica con la xantino oxidasa producida en la homogenizació n de la leche.
Entre las virtudes de la Vitamina D o calciferol está reducir la Proteína ¨C¨ reactiva, un indicador del grado de inflamación crónica en el cuerpo. Dosis mínimas de Vitamina D pueden bajar la inflamación hasta en un 25%. Se ha encontrado que casi todos los pacientes con enfermedades crónicas, tienen a la par severas deficiencias de vitamina D.
Un claro ejemplo, son las enfermedades autoinmunes, como artritis reumatoide, Alzheimer, esclerosis múltiple, y diabetes juvenil. En todas estas enfermedades aumenta su incidencia conforme disminuye la concentración sérica de vitamina D.
La vitamina D activada en la glándula adrenal regula la tiroxina hidroxilasa una enzima necesaria para la producción de la dopamina, epinefrina y norepinefrina. Esto explica como la deficiencia de vitamina D, propicia la depresión y fatiga. Concluyentemente, y sin acudir a bibliografía alguna, todos sabemos que un poco de sol nos alegra la vida.
Fuentes de Vitamina D
1. Yema de huevo un huevo 20 ui de Vit D2
2. Productos lácteos enriquecidos un vaso 60 a 100 ui de D3 o D2
3. Atún cocinado 100 gr 200 a 360 ui de Vit D3
4. Aceite Hígado de Bacalao 1 cda 1360 ui de Vit D3
5. Hongo Shitake 100 gr 1600 ui de Vit D2
6. Exposición al sol, en tez clara 20 minutos 10,000 ui D3
Cremas protectoras de elaboración casera
Damos seguidamente la fórmula de dos aceites protectores de fácil preparación con productos naturales:
Ingredientes:
50 ml de aceite de soja
20 ml de aceite de nueces
30 ml de aceite de aguacate
1º. Mezcla los aceites en una fuente.
2º. Remuévelo todo con una cuchara de madera y guarsa la mezcla en una botella limpia y seca.
3º. Aplícatelo por todo el cuerpo antes de tomar el sol.
Otro aceite protector
Ingredientes:
20 ml. de aceite de nuez
20 ml. de aceite de aguacate
20 ml. de aceite de soja
4 gotas de esencia de limón
1º. Pon el aceite de nuez, el del aguacate y el de soja en una fuente y remueve bien con una cuchara de madera.
2º. Añade después la esencia de limón y sigue removiendo durante un minuto.
3º. Guarda el aceite en una botella limpia y seca.
Para aplicar el aceite protector, vierte unas gotas en la palma de la mano, mezclándola con un poco de agua y lleva a cabo un suave masaje en la piel antes de tomar el sol.
En conclusión la vitamina D es un modulador genético, un regulador de la inmunidad, un antibiótico, una medicina para la felicidad y la sexualidad.
Mucha gente se acostumbra a vivir enferma, la felicidad, el amor, y un remedio gratuito le resulta sospechoso. La increíble revelación es que la espontánea ternura del sol y el nutriente más potente del mundo son gratis.
Todas las enfermedades, más que enfermedades son fundamentalmente sanciones por haber partido de la fuente. Si a todos los movimientos que transcurren en nuestro planeta le buscamos un origen, por encima de todo siempre llegamos al sol. Radiante y con gran expansión el sol no sabe lo que es la sombra ni la enfermedad, su oficio es brillar sin descanso y a grandes risas.
Para que la cura sea completa, no basta ver la anatomía palpable del enfermo, su sangre también debe encenderse con el origen de todas las fortalezas.
En las hierbas hay jugos verdes, como si fueran aguardientes condensados, todo alimento es en esencia sol emplastado, luz atornillada, amasada hasta moldearse en un plátano maduro, o una papa, que es un pedazo de sol enterrado a dormir bajo la tierra.
Tomada la decisión de curar, y una vez pedido permiso, es fundamental curarse desde lo más alto. Los remedios no pueden ser solamente remedios, sino son aguas extraviadas en un cuerpo que anda sin orden o conocimiento.
El sol ordena y empareja los genes y la mente, su luz canjea las órdenes de los genes, cura la sangre y transforma la conciencia.
Para sintetizar vitamina D debemos exponernos al sol, ni muy temprano, ni bajo un sol demasiado vertical. Una regla general es:
Si tu sombra es más corta que tu tamaño entonces estas produciendo vitamina D
Si tu sombra es más larga que tu tamaño no estás produciendo Vitamina D.
MAS INFO: http://buenasiembra.com.ar/salud/terapias-alternativas/helioterapia-708.html
http://buenasiembra.com.ar/salud/terapias-alternativas/fangoterapia-803.html
http://buenasiembra.com.ar/salud/alimentacion/efectos-del-adnarn-forageno-en-el-sistema-inmunologico-humano-1009.html
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